› 15. 𝘼 𝙙𝙞𝙛𝙛𝙚𝙧𝙚𝙣𝙩 𝙘𝙡𝙖𝙨𝙨.

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El corazón le retumbaba contra las costillas, los nervios hacían que le pitaran los oídos por una postura incorrecta

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El corazón le retumbaba contra las costillas, los nervios hacían que le pitaran los oídos por una postura incorrecta. Se incorporó, estiró su espalda y se preparó para que Sunoo entrara a seguir disfrutando de sus clases particulares que a veces ni siquiera eran clases.

Era ocho de agosto, los días pasaban rápidos cuando estaba con él, porque el tiempo nunca era suficiente.

Su necesidad de hacerlo feliz hacía que, por ende, la privación de información que tenía sobre él le resultara abrumadora. Se veía ya en la obligación de descubrir más para poder poner fin a lo que fuera que apagaba la brillante luz de Sunoo.

Sunoo tocó la puerta repentinamente. El sonido de esos dos dulces y suaves golpes ya resonaba en su cabeza cada vez que lo echaba en falta, melodioso a pesar de lo que era. Sin tener que decir nada, Sunoo abrió con una adorable sonrisa de oreja a oreja y un par de cuadernos bajo uno de sus brazos. Con su mano libre, cerró cuidadosamente la puerta sin llamar demasiado la atención para quienes estaban en sus habitaciones o por los pasillos.

-Hoy he decidido cambiar un poco la modalidad de nuestras clases -mencionó tan pronto como él tomó asiento a su lado y la saludó con un beso en la mejilla.
-¿A qué te refieres?
-Este tema de los verbos conjugados te cuesta un poco, así que he decidido motivarte con una recompensa por cada respuesta correcta. -le sonrió ampliamente, dándose a sí misma el placer de ver su divertida confusión, alzó una ceja interrogante sin borrar ese ápice travieso de su mirada-. Te daré un beso donde tú elijas cada vez que aciertes.
-¿Donde yo quiera? -repitió él.
-Sí, pero no te pases, estamos en clase.

Ambos rieron, dándose ella cuenta de que, a ojos de cualquiera, parecerían un par de adolescentes enamorados, pero no lo eran... al menos no adolescentes.

Seguía cuestionándose si denominar "amor" a algo como aquello, aunque la palabra ya no le asustaba.

-Empecemos entonces. Yo escribiré el verbo y el tiempo verbal que quiero que me digas, y tú deberás de escribirlo justo al lado.

Sunoo asintió, sacando de su pequeño estuche un bolígrafo con determinación en la mirada.
Minah no perdió tiempo, esta vez no quería, teniendo en cuenta la forma en la que tendría que recompensar al chico.

Ir, primera persona del plural, pretérito imperfecto.

Sunoo dudó un poco, pero al parecer la motivación de Minah funcionó cuando escribió la respuesta correcta rápidamente.

Íbamos.

-Está bien -dijo, feliz. Dirigió su vista hacia él esperando una indicación de dónde debía besarlo. Sunoo señaló sus labios, empezando por algo común pero directo, lo que le hizo sonreír por la amplia sonrisa de satisfacción del chico.

Minah apartó un poco la mesa para tener el espacio suficiente para aproximarse a él, apoyó sus manos en el respaldo de la silla de él, rodeando su cuello, y atacó sus labios repentinamente con suavidad y dedicación. Los deslizó sobre los suyos, húmedos, lamió su labio superior sin poder ocultar una sonrisa que le escapó ante un suspiro de él.
Sunoo sujetó cada una de sus mejillas delicadamente, chocando sus lenguas y mordiendo el labio inferior de la pelinegra al separarse.

𝗖𝗢𝗟𝗗 | Kim Sunoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora