𝐖𝐀𝐑𝐌 | "Crees que lo sabes todo sobre ti, pero la realidad es que no te conoces a ti mismo".
Ella era alegre y sentía le necesidad de hacer felices a los demás. Él cargaba con el peso de una extraña dependencia en sus manos, y estas, congeladas...
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Mensajes, mensajes y más mensajes... el estrés llegaba a través de la pantalla, las palabras escritas resonaban en su cabeza adoptando la voz de quien las mandaba. Y ahora ella sabía que no estaba sola en eso, que a Sunoo le sucedía lo mismo con una persona diferente y que, a diferencia de como lo hacía él, no sabía ayudarlo.
Se acercó a él con la intención de descubrir qué misterios le rodeaban y aún no lo lograba, pero lo peor de todo era que no conseguía evitar que Sunoo llorara, se desplomara y sufriera a sus espaldas, al menos no como ella quería. Y necesitaba conseguirlo, porque estaba enamorada de él.
Era medianoche, aquel día fue movido entre los profesores; reuniones, trabajo, preparativos para el nuevo curso... lo de siempre, y Minah no pudo estar junto al chico tanto como le hubiera gustado, por lo que su cabeza creaba ideas locas que se le amontonaban. Se preguntaba cómo sería todo si no le hubiera conocido, si el campamento sería igual de importante en ese entonces para ella, si se le quedaría en la memoria como estaba segura de que pasaría, gracias a él.
Y era muy aburrido el querer sentir sus labios sobre los suyos y no poder, porque cada uno estaba en su cuarto, ella preguntándose qué estaría haciendo él, y él cuestionándose lo mismo sobre ella.
Minah se levantó, cansada de que las notificaciones explotaran en su bandeja de entrada, de que el sonido del teléfono fuera constante y que, de quitarlo, entonces este vibrara, de que Hyun fuera una molestia de tal tamaño que ni siquiera la dejaba dormir.
Aprovechó que aún iba vestida y salió de su cuarto tal y como estaba, lo único que portaba en su mano era una pequeña linterna. Atravesó el pasillo de las habitaciones de profesores, llegando hasta el centro. Y antes de que pudiera avanzar, la figura de un somnoliento Sunoo interrumpió su camino, ambos chocaron en la entrada del pasillo del alumnado, sorprendiéndose, pero sabiendo en un instante que se trataba de ellos.
-¿Qué haces? -le preguntó él, utilizando su teléfono móvil para iluminar alrededor de ambos, tal y como ella con su linterna. -Iba a buscarte -sususrró con una sonrisa, la cual Sunoo correspondió-. ¿Y tú? -Lo mismo.
El silencio era sepulcral, sus murmullos eran todo lo que llenaba el espacioso recinto, que estaba repleto de sus compañeros durmiendo. Minah se dio cuenta de esto, y decidió tomarle de la mano y salir fuera, sin hablar, tan solo guiándose el uno al otro hasta aquella mesa de picnic donde, también de noche, ambos celebraron rápidamente el cumpleaños del chico. No había pasado tanto tiempo de eso, pero a Minah le pareció una eternidad, pues al recordarlo y darse cuenta de todos los avances de su relación, parecía que había pasado mucho más tiempo.
-¿Qué haremos? -interrogó nuevamente él, revolviendo su cabello rosa para colocarlo medianamente bien.
Minah se encogió de hombros, observando bajo la luz de la luna y la de sus linternas su bello rostro.
-¿No podías dormir? -cuestionó curiosa, con un ápice de miedo por la respuesta. No quería creer que, una vez más, Sunoo estaba siendo atormentado.
