Llorando.
Él estaba llorando.No era exagerado, ni siquiera llamativo, sus lágrimas caían lentas, como si acabara de comenzar a producirlas. Suspiraba lentamente, su respiración entrecortada y no se había percatado de que Minah lo miraba.
Abrazaba sus rodillas con una mano, con la otra, sostenía su teléfono ante él, el cual no dejaba de mirar conforme su rostro se volvía más y más afligido y sus dedos se deslizaban por la pantalla. Un sentimiento de tristeza la invadía a ella con cada lágrima que se deslizaba por la mejilla del de cabellos rosados, las cuales adoptaban un color parecido, tal y como su nariz.Se agachó, quedando a su altura, aún fuera. Sus rodillas descubiertas tocaron la húmeda hierba del exterior y sus manos fueron hasta su teléfono para, simplemente, apartarlo de él y dejarlo dentro. Fue así como captó su atención, desviándole de lo que le hacía daño.
-Ven conmigo -susurró tomando ahora sus manos, las cuales estaban gélidas. Congeladas. Se percató de que siempre lo estaban.
El chico no habló, no rechistó, se dejó hacer por la mayor, levantándose para ir tras ella.
El ruido era nulo, tan solo se escuchaban las cigarras a lo lejos, los pájaros dormían tal y como sus compañeros y los estudiantes, el césped oscurecido por la noche crugía bajo sus pies con cada paso acelerado que daban hacia la zona más alejada, donde solo existía la vegetación, las vallas que delimitaban la zona, los sonidos de la naturaleza y ellos.
Iluminados por la luz de la luna, Minah y Sunoo tomaron asiento delante de una cerca de madera vieja, aparentemente de roble, con roturas naturales. Esta estaba constituida por troncos finos que dejaban grandes huecos entre ellos, por donde podían ver el mar muy a lo lejos y más y más campo, vegetación, color verde esperanza y el movimiento leve que la poca brisa creaba sobre la hierba más alta y lejana.
No era la primera vez que le veía derramar lágrimas, y esta vez incluso le dolió más.
Siempre le iba a doler, pero conforme incrementara el tiempo que pasaban juntos, sería más dañino verle en ese estado, porque tal vez la situación siempre era la misma, pero el cariño crecía, y crecía, y no dejaba de crecer hasta desbordarse del vaso que Minah llamaba "corazón".Lo miró, repleta de dolor, tratando de contener minúsculas lágrimas amenazantes que se acumulaban en sus húmedos ojos.
El viento les arrebataba el calor, aquella noche de verano era especial por muchos factores.
Porque Minah lo miraba mientras él se tranquilizaba con su simple presencia y, por su mente, pasaban ideas descabelladas y sentimientos que cada vez adoptaban una mayor claridad. Miraba su perfecto rostro que siempre le pareció maravilloso, pero nunca tan increíble que hasta le curaba las ganas de llorar. ¿Acaso era posible que cada día fuera mejor, o es que el cariño le hacía verlo inigualable?Viendo que las lágrimas caían menos, pero su respiración seguía agitada, se le dificultaba regularla y su mirada era triste hacia el horizonte, Minah tomó tímidamente su mano sobre el césped.
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𝗖𝗢𝗟𝗗 | Kim Sunoo ✓
Fanfic𝐖𝐀𝐑𝐌 | "Crees que lo sabes todo sobre ti, pero la realidad es que no te conoces a ti mismo". Ella era alegre y sentía le necesidad de hacer felices a los demás. Él cargaba con el peso de una extraña dependencia en sus manos, y estas, congeladas...