› 10. 𝘽𝙚𝙖𝙘𝙝.

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Mientras Minah preparaba una de sus tantas clases matutinas en aquel campamento, Sunghoon, su mejor alumno de cara al público, hablaba con ella sobre cómo le estaba yendo

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Mientras Minah preparaba una de sus tantas clases matutinas en aquel campamento, Sunghoon, su mejor alumno de cara al público, hablaba con ella sobre cómo le estaba yendo. Era un chico tímido, pero alegre y que, una vez que agarraba confianza, se soltaba y no había quien lo callara. Era encantador y eso la pelinegra no lo podía negar, por lo que esperaba impaciente a que le contara sobre alguna chica, aunque eso no sucedía, ni tampoco había tenido el honor de verlo con una.

-Dime, Sunghoon, no hay... ¿nadie? -lo miró pícara, tratando de añadirle un poco de emoción extra a aquel verano, una distinta donde pudiera conocer mejor a otros alumnos aparte de Sunoo y vivirlo de la manera típica, cotilleando, divirtiéndose.
-No. -se encogió de hombros, abriendo su libreta cuando el reloj marcó las nueve. La primera clase de esa mañana era la de su curso con Minah, por eso se encontraban previamente en el aula.
-Qué poco emocionante -suspiró.
-¡Profesora! -alguien la llamó con clara alegría en el tono. Se volteó curiosa, reconociendo al instante esa chillona pero afectuosa voz, la de una de sus mejores alumnas.
-¿Qué pasa, Tsuki? -cuestionó sonriente. Amaba el rostro feliz que siempre portaba la expresiva chica. En eso le recordaba a Sunoo, que aunque para otros no lo sería en absoluto, ella había podido comprobar por su cuenta que su rostro hablaba por sí solo muchas veces, por ejemplo, cuando no entendía algo en sus clases privadas, o cuando Minah hacía alguna broma y fingía que no le hacía gracia, poniendo muecas extrañas.
Le entristecía saber que Sunoo no le mostraba esa faceta tan real y maravillosa al mundo, pero se la mostraba a ella, exclusivamente a ella y eso, por una parte, le hacía feliz.
-Se rumorea que iremos a la playa esta tarde. ¿Es cierto?

La más alta, sorprendida, puso una mueca de sorpresa y dudó un poco antes de responder.

-¿De dónde has sacado eso? -rio.
-Dicen que han escuchado a la maestra Jimin decirlo, pero no sé quién ha empezado el rumor.

Un par de toses culpables se escucharon a su lado. Lentamente, retrocedió hasta mirarlo fijamente.

-¿Sunghoon?
-Sí. Yo he escuchado a la señorita Jimin decirlo mientras venía hasta aquí.
-Bueno, es probable. Como yo estaba aquí aún no sé nada, pero quién sabe. -sonrió.

Fue entonces cuando su atención se desvió hasta la puerta, como siempre ocurría cuando Sunoo entraba, su aura de tristeza y soledad envolvía la sala y todos lo miraban por cortos segundos, apreciando (o despreciando) ese semblante serio y vacío de emoción que cargaba consigo para, después, como si nada, olvidarse de su mera existencia.

Y Minah no lo hacía. Admiraba su entrada, porque ella hacía ya tiempo que la veía de forma distinta; a través de toda esa fachada de la que aún no se revelaba razón aparente, veía al chico que siempre le sonreía.
Y después, aunque como le prometió, no le hiciera caso, su imagen permanecía en su mente y revivía cada vez que intercambiaban breves miradas y se sonreían sin captar del todo la atención de los demás.

-Bueno, ¡tomad asiento, que empieza la clase!

-Bueno, ¡tomad asiento, que empieza la clase!

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𝗖𝗢𝗟𝗗 | Kim Sunoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora