Capitulo 1

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Primer día del último año de secundaria. El estrés se podía sentir en el aire, en especial en el trailer park donde vivía Donnie y Rapha, aunque al chico grande de rojo poco le importaba estos temas ya que sabia lo que iba hacer al terminar sus estudios, para desgracia de morado, ese no era su caso.

El mejor alumno de la única escuela del diminuto pueblo donde vivían, Waymart, Pensilvania. Pintoresco, rupestre, tranquilo, se puede definir así este lugar, alejado de las grandes ciudades y su estilo de vida lleno de luces neón y locura, bueno es algo que diría un adulto normal de este pueblo si le preguntaran.

Incluso en un pueblo así de olvidado por dios, había cosas interesantes para el turismo, si es que algún día aparecía algún turista, no?.

Contaba con un centro comercial simple pero interesante, lo mas formidable de ese lugar era la tienda de video juegos, donde se concentraba la mayoría de los adolescentes después de clases para jugar y ustedes saben, ir en grupos y hablar mal de otras personas, algo normal en la adolescencia, supongo.

Lo que le daba un espacio de realidad era el enorme hotel cinco estrellas que se alzaba en el centro de la ciudad, el único en su clase, el mas lujoso y hermoso para gente de clase alta, con sus enormes vidrios y puertas doradas. Los dueños de este edificio celestial no eran para nada humildes y sabían que siendo los únicos con poder adquisitivo alto, eran mejor que la prole de afuera. Su único hijo, Leonardo, era una copia irreal de ellos, incomodo de ver por donde lo quieran. Egocéntrico, caprichoso, tantos adjetivos que no me entran en esta historia, pobre Leo.

Mejor hablemos del otro lado ahora. Casi en el límite del pueblo, está el trailer park sun and clouds, un nombre rebuscado considerando que los inviernos son crudos en este lugar, hay días entero en los que el sol no quiere ni siquiera salir.

En trailer con la pintura gastada y casi oxidado sobre el lado derecho, vive Donnie, como dije el señor inteligente y junto a él, el trailer sin ninguna falla a la vista de Rapha, ¿ellos donde eran mejores amigos desde? Bueno, desde que nacieron, toda su vida vivieron uno al lado del otro y Donnie pasaba mucho tiempo ahí ya que su madre, trabaja día y noche sin descanso, así que no viene casi nunca a ver a su único hijo, pero no importa, el esta bien por que rojo lo cuida como si fuera su hermano, ambos se protegen mutuamente y se ve el cariño que formaron por eso es tan triste para Rapha ver a Donnie nuevamente en ese estado de estrés, tiene miedo de que su hermanito menor caiga de nuevo en depresión, ansiedad o algo peor.

- Donnie! Donnie! - lo llamo por varios minutos, sin respuesta, pero siguió. - ¡Necesito que te concentres, no pienses demasiado en eso! Todavía hay tiempo, ¡un año completo! - al terminar de hablar lo miro para sonreírle, por suerte morado respondió, de forma nerviosa, pero volvió a la realidad luego de un lapso de disociación.

- Rapha, por favor, estoy... no se que decir, pero tranquilo! No voy a caerme a pedazos, solamente un momento, es lo que me hace falta, para respirar y ver qué pasa. - tomo un vaso con agua y empezó a beberlo como si su garganta fuera un desierto. - Hoy es el día sí?, un nuevo año escolar, el ultimo... Solo debo ir a la dirección, ¡hablar con la directora y conseguir esa beca! Fácil no?... no?.... - se tapo la cara con sus manos para que su hermano no viera el sudor que estaba empezando a emanar.

- No necesito decir que apostaría algo en esto, por que se que vas a lograrlo. ¡Es imposible que no te den la luz verde para esto Donnie! - Se levanto del sofá donde estaba sentado para ir directamente a morado y poniendo su mano en la espalda de la tortuga de mucho menos tamaño que el, suspiro. - Vas a estar bien, eres la persona mas inteligente, determinada, emmm... genial! Que conozco. Eh... Donnie? Que hora es?!.-

Esta charla se había alargado mas de lo esperado por que cuando miraron el reloj de la pared al mismo tiempo notaron que solo faltaban 10 minutos para que sonara la campana de inicio escolar!. El pánico comenzó automáticamente, los dos corriendo dentro del diminuto trailer, buscando sus mochilas para luego salir corriendo al mismo tiempo con una sincronización irreal hacia la puerta, atascándose en el proceso entre el enorme caparazón de rojo y el pequeño de morado. Tras un forcejeo con lágrimas, pudieron salir, subiéndose a sus bicicletas para ponerse a pedalear como si sus vidas estuvieran en juego ahí mismo.

Distant WorldsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora