- ¡Kim Namjoon! - Gruñó - ¡Dónde carajos estás?!
- Jin - Estornudó - Cálmate, por favor.
- ¡¿Cómo quieres que me calme si dejó que te enfermaras?!
Ante esa pregunta, el menor decidió no responder, por qué sabía que en estos momentos Jin no estaba ni para hablar ni para negociar, así que prefería mantenerse callado.
- ¡Si no sales en este momento de tu escondite, te irá peor Kim!
Estaba muerto.
- Aquí estoy mi vida.
Murmuró saliendo de su escondite.
- ¡Mi vida ni que tres cuarto de mierda! - Jin gritó encolerizado - ¡¿Por qué mierda dejaste que Tae se enfermara?!
- No fue mi intención - Respondió - Lo traje lo más rápido posible, no entiendo como logro resfriarse.
- ¿No entiendes? - Preguntó - Te haré una simple pregunta, ¿cuánto tiempo pasó desde que lo encontraste hasta que se subieron al auto?
Sabía que de esa no se salvaba, aquel omega no era una persona muy pacífica y tampoco se dejaba intimidar por nadie.
- Cinco o diez minutos - Murmuró - La verdad no me acuerdo.
- Tae ¿Cuánto tiempo llevabas afuera hasta que Nam te encontró?
- No sé, quizás entré diez y veinte minutos.
- ¿Kim?
Mierda.
- ¿Sí?
- Corre lo más que puedas por qué si te agarro te voy a matar.
Ante esa advertencia de parte de su pareja, el alfa decidió hacerle caso y correr fuera de la casa con las llaves del auto en su mano, ya que si no escapaba, ese día sería su final.
Corriendo lo más rápido que pudo logró llegar al auto y se fue del lugar.
- Cobarde.
Jin murmuró entre dientes viendo como el auto se alejaba.
- Jin - Estornudó - Ya déjalo, mejor volvamos a dentro.
- ¿Y tú que haces aquí afuera?
- Es que si agarrabas a Nam yo debía evitar que lo matarás.
- Ay, ajá.
- Jin, mejor entremos ya.
- Está bien - Murmuró - Solo por qué no quiero que te enfermes.
Resignado, entro a la casa pensando todavía en lo que le sucedería a su prometido.
- Bien, ¿qué quieres hacer?
- Qué tal si vemos una película - Sugirió - Casi nunca tengo la oportunidad de ver una tranquilo.
- Está bien... Tae iré a preparar unas palomitas, mientras yo hago eso puedes empezar a buscar la película.
- Oh... Está bien.
El omega salió del lugar, mientras que el menor con entusiasmo se sentó en el sofá con las piernas cruzadas y empezó a buscar alguna película para ver.
El hecho de que no pudiera tener una vida como otros chicos lo entristecía, aunque sabía que tampoco vivía la peor vida, pero para él era una tortura que no sabía cuando acabarían.
Con ese pensamiento en mente se distrajo rápidamente de lo que estaba asiendo y se puso a pensar por unos minutos el cómo era su día a día, hasta que un grito lo sacó de sus pensamientos.
- ¡Taehyung!
- ¿Qué sucede?
- ¿Ya elegiste la película que quieres ver?
- Uh, sí - Murmuró - Veamos "El rey León" solo la he visto una vez, aunque ni siquiera la vi completa.
- Está bien.
Con las palomitas en mano, el omega se sentó en el sofá al lado del menor para empezar a ver la película que tanto había marcado su infancia, pero que aquel alfa nunca la pudo disfrutar en su totalidad.
[...]
- Eso fue todo por hoy, pueden retirarse.
Sugirió o más bien ordenó un omega leyendo los papeles que tenía en mano, a lo que inmediatamente los alfas que estaban en el lugar acataron la orden inmediatamente, dejando solo a Jungkook y con total tranquilidad.
Aún qué eso no le duró mucho cuando a los minutos la puerta de su despacho fue abierta abruptamente.
- ¿Y ahora qué? - Preguntó con calma dejando con cuidado los papeles en el escritorio, para luego dirigir su vista hacia aquella persona - ¿Qué te hizo Jin o que te iba a hacer?
- ¿Y tú como sabes que Jin me iba a hacer algo?
- Lo supuse - Respondió con tranquilidad y viéndolo a los ojos - Siempre que Jin te hace o te va a hacer algo, vienes aquí.
- ¿Siempre hago eso?
- Sí.
- Uh, perdón por eso.
- Está bien, no importa - Respondió - Pero, ¿qué fue lo que hiciste?
- Pues un amigo de Jin y también mío, se enfermó por qué estuvo mucho tiempo en el parque a horas de la noche.
- Déjame adivinar - Dijo Jungkook - ¿Estás hablando del chico llamado Taehyung?
- ¿Cómo lo supiste? - Preguntó incrédulo viendo cómo el contrario se servía una copa de vino.
- ¿Será por qué la mayoría de veces qué pasa algo similar era por la misma razón? - Preguntó sentándose en el sofá con la copa de vino en mano, y antes de que el contrario le contestara empezó a hablar - Sí, yo digo que es por eso.
- Debí imaginarlo.
Murmuró algo apenado y algo avergonzado, a lo que el omega dejó escapar una pequeña risa.
- Ya, no te rías.
- Como digas mi amigo alfa - Respondió con un notable tono de burla.
- Hijo de perra.
- No es novedad.
- ¡Jungkook!
- ¿Qué?
Justo cuando el contrario estaba a punto de responder, fue interrumpido por el ruido de tres golpes ligeros a la puerta del despacho.
- Adelante.
Elevó un poco su voz para que lo escuchara, a lo que rápidamente la puerta fue abierta.
- Jung.
- Jeon.