Capítulo Dos

510 57 0
                                    

- ¡Malditos hijos de puta!

Jeon Jungkook un omega al que todos le temían, jefe de la mafia Jeon. Él era un omega especial, ya que desde pequeño nunca le había afectado la voz de mando de ningún solo alfa. Él había heredado el negocio familiar a los doce años, para él nada fue fácil, ya que desde tan temprana edad tuvo que darse a respetar en ese negocio.

En estos momentos lo habían hecho enojar y mucho, porque un depósito de armas fue robado, por lo que todos en esa habitación tenían mucho miedo.

- ¡Pará qué putas les pagó si no hacen bien su maldito trabajo!

Por instinto y por el miedo, las personas que estaban en el lugar retroceden unos pasos, tenían miedo de lo que les fuera a pasar, ya que Jeon nunca perdonaba.

- Quinientos mil dólares en armas y no pudieron hacer bien su trabajo.

Con la poca paciencia que le quedaba agarro el arma que tenía en su escritorio y les apuntó a los guardias.

- ¿Qué nos va a hacer?

- Los quinientos mil los pagarán con su vida - Sonrió - Espero y tengan dulces sueños y que se pudran en el infierno.

Sin piedad alguna jalo del gatillo diez veces, cada una con tiros limpios directo a la cabeza.

- Limpien todo esto, no quiero ver ni una sola gota de sangre cuando vuelva.

Sin renegar, los guardias que estaban en el lugar empezaron a limpiar, mientras que, por otro lado, Jungkook se encontraba buscando a su amigo y socio Namjoon.

- ¡Kim!

- ¿Sí?

Respondió de forma repentina y apareciendo detrás de aquel chico, haciéndolo saltar del susto, por lo que voltea a verlo.

- ¡Hijo de puta! ¡Casi me matas de un infarto!

- No seas exagerado Jeon.

- Ni seis ixigiridi jion.

- Pareces un niño con esa actitud.

Por mucho que Jungkook fuera el jefe de Namjoon él no le tenía miedo, bueno un poco sí, pero no tanto por la confianza que se tenían.

- Hay por favor, no me vengas con eso.

Antes de que el mayor le pudiera responder, apareció uno de los socios y amigos de Taehyung, Hoseok.

- Jeon.

- ¿Qué sucede ahora?

- Un camión que transportaba 10 toneladas de cocaína fue robado.

Oh mierda, esto se va a poner feo, pensó Namjoon.

- ¡¿Qué?! - Gritó - ¡¿Cómo carajos paso eso?!

- Uno de los nuevos reclutas nos traicionó.

- ¿Lo atraparon?

- Si - Respondió - En estos momentos está siendo interrogado por Min.

- Dile que lo deje - Ordenó - De ese malnacido me encargo personalmente.

- Como diga.

Con la paciencia echa una mierda, se dirigió al lugar en donde tenían a la persona que lo había traicionado, la cual era una bodega a unos cuantos minutos de su mansión.

- Señor Jeon, lo estábamos esperando.

Habló Yoongi en tono de burla por la cara que tenía su amigo en esos momentos.

- Hoy no estoy para tus bromas Min - Murmuró - ¿Dónde está el desgraciado? Quiero darle un pequeño regalo.

- Celda número cuarenta y tres.

Sin agradecer o decir nada, se dirigió al lugar con la frente en algo y con una mirada, la cual los guardias presentes juraban de que hoy de ahí no salían con vida.

Al pasar de los minutos llegó al lugar correcto a lo que el guardia le abrió la puerta, antes de entrar calmo su irá un poco y entró seguro de que de ahí ese chico no saldría con vida y él sin alguna respuesta.

- Vaya, vaya, que tenemos aquí.

- Señor Jeon.

Murmuró nervioso aquel chico que se encontraba amarrado en una silla.

- Kang Min-tae un beta de dieciséis años, soltero, su madre es una profesora que no gana mucho, su padre es un alcohólico y su hermana mayor está estudiando para ser nutricionista.

- ¿Cómo sabe todo eso?

- Yo lo sé todo - Respondió - Eso debiste saberlo antes de entrar a este mundo y también debiste saber que los que me traicionan lo pagarán con su vida.

- No me mates, por favor - Súplica - No puedo dejar a mi hermana y a mi madre con ese degenerado.

- Ese no es mi problema niño - Respondió - Tú me traicionaste y ahora lo tienes que pagar.

Aquel chico se empezaba a lamentar lo que había hecho, ya que gracias a su avaricia ahora terminaría muerto.

- ¡Min!

Un chico pelimenta entra al lugar con unas ratas en una caja y la deja enfrente del chico.

- Qué mierda.

En definitiva estaba jodido.

- ¿Te gusta mi regalo? - Sonrió - Verás, lo que sucederá es que esta caja será colocada encima de tu estómago con una abertura en la parte interior con las raras dentro y se les aplicará una fuente de calor por lo que las ratas se empezarán a abrir paso por tu estómago, lo que te causará un sufrimiento insoportable.

Sonrío al ver la cara aterrada de aquel chico, ya que le importaba en lo más mínimo el cómo se sentía.

- Min - Murmuró - Sabes qué hacer.

El pelimenta agarro al chico y lo recostó en una mesa que tenían en el lugar y lo empezó a amarrar encima de esta, cuando ya estaba asegurado, agarro la caja de ratas y las puso sobre el estómago del chico, para luego colocar el aparato que le aplicaría el calor a la caja.

Jungkook sonrió, le encantaba ver a sus víctimas sufrir, pero como ese día no tenía mucho tiempo, decidió usar este método.

No tardo mucho cuando las ratas empezaron a morder y rascar el estómago de aquel chico, a lo que él reaccionaba con quejidos que poco a poco se convirtieron en gritos, y poco a poco la sangre empezaba a escurrir de el beta.

Satisfecho por lo que estaba viendo, Jungkook decidió irse del lugar, ya que tenía mejores cosas que hacer.

¿Moraleja? Nunca traiciones a un Jeon, porque lo pagarás con tu vida.

Jerarquías sobrevaloradas | Kookv |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora