CAPÍTULO 15: SOMETIMES WE CHOOSE FAMILY

623 59 28
                                    

—— SOMETIMES WE CHOOSE FAMILY ——

Davina recorrió las calles de la ciudad atenta a todo cuanto veía, hacia cien años que no visitaba el mundo mortal de aquella forma, pudiendo admirar lo rápido y lo lejos que la humanidad había llegado, y de alguna forma se sentía orgullosa de los...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Davina recorrió las calles de la ciudad atenta a todo cuanto veía, hacia cien años que no visitaba el mundo mortal de aquella forma, pudiendo admirar lo rápido y lo lejos que la humanidad había llegado, y de alguna forma se sentía orgullosa de los suyos, así como de ser testigo de lo que vía, ya que aquello era algo único. Desde que se había despertado había preferido no hablar de lo que había pasado, así como de lo molesta que estaba con Sueño por haber invadido sus sueños. Sí, lo había hecho para encontrarla, pero había roto la normal, había invadido su privacidad y se sentía incómoda, principalmente por lo que podía haber visto, ya que aquellas horas que estuvo inconsciente muchos fueron los recuerdos con los que había soñado, recuerdos que en su mayoría la habían hecho bastante daño. Pero había preferido fingir que no sabía de ello, que su cabeza no la martilleaba, pero todo ello también venía por el accidente y la pelea, así como el miedo que seguía teniendo, ya que sabía que él la estaba buscando.

—Hacia tiempo que no te veía.— Davina se detuvo en seco al escuchar una voz masculina, era la voz de Gideon, puede que hubieran pasado seis siglos, pero jamás se olvidaría de ella.

—Gideon.— Sonrió mientras se acercaba a él y la abrazaba, sin creerse que el protector la hubiera dado aquella sorpresa.

—Vaya, has... cambiado.— Comentó sorprendido, ya que no se parecía tanto a la Davina que recordaba. —Asumo que es por el siglo que Sueño pasó encerrado.— Respondió con obviedad, viendo que Davina ya no mostraba un rostro inocente e infantil como antes tenía, ahora aparentaba más mayor aunque seguía pareciendo inocente, pero cualquiera que pudiera conocerla sabía que ella no tenía nada de inocente, ninguno de ellos lo era.

—Sí, deje de tener la apariencia de una niña de dieciocho años.— Admitió mientras ambos caminaban por las calles como si no pasara nada, como si el hecho de que ambos tuvieran el pelo blanco no llamará la atención de los viandantes.

—Supe lo que te ocurrió, todos los protectores lo supimos. Y ahora con lo difícil que es encontrar a uno..., nos andamos con mucho cuidado.— Añadió mientras los dos se adentraban en la ribera del río.

—No necesito que te compadezcas de mi, Gideon.— Respondió la protectora con frialdad, haciéndole ver aquella misma cara que le mostró los primeros días que se conocieron. Ahí estaba la Davina que guardaba para si misma todos los sentimientos, la que intentaba mostrar que era más fuerte de lo que podía ser, la versión de ella que no quería seguir siendo herida aún sabiendo que eso era algo inevitable.

—No lo hago, Davina. Pero lo que te ocurrió... Recuerdo a la perfección aquella sonrisa después de tu primer vuelo, era evidente que amabas aquello por encima de todo.— Explicó su mentor sabiendo que arrebatarles aquello era como matarlos en vida, y evidentemente Davina murió aquella noche cuando la robaron las alas. Ahora solo quedaba una sombra de quien había sido, una sombra que cada día que pasaba una parte de ella era consumida por el deseo de venganza.

𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐒 ||ᵗʰᵉ ˢᵃⁿᵈᵐᵃⁿ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora