Capítulo 7

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— De acuerdo vamos. — acepto mi propuesta y nos levantamos, se quitó la ropa quedando solo en bañador y me fue imposible no quedarme embelesado mirándola, tiene el cuerpo de una diosa y aquel diminuto bikini negro contrastaba con su pálida piel y resaltaba cada una de sus curvas, mi corazón inmediatamente comenzó a bombear más sangre acelerando mi pulso y llevándola directamente hasta mi cabeza, cabe aclarar que no la que está sobre mis hombros, deje de mirarla y me concentre en cualquier otra cosa que me ayudara a salir de mi creciente problema.

— ¿vamos? — volvió a repetir tomando mi mano esta vez

— He... si claro, vamos. — caminamos de la mano hasta el mar, al llegar a la orilla Robin se detuvo.

— No temas, prometo que te cuidare. — le susurre y afirme su mano aún más fuerte, comenzamos a adentrarnos en el mar poco a poco y cuando el agua llego a su cintura, dio un pequeño salto y se vivió a detener. — aquí está bien. — le dije y me puse de espaldas al horizonte y frente a ella para que no mirara a las olas que venían por detrás de mí. — mírame a mí, mírame a los ojos, no te fijes en las olas, estoy aquí y te cuidare ¿vale?

— De acuerdo. — estaba algo asustada, pero me sonrió con confianza, teníamos ambas manos tomadas y Robin saltaba cada vez que una ola rompía en mi espalda y la suave onda que quedaba hacia que el agua le llagase hasta el pecho.

— Perdón, tengo un pequeño trauma con el mar. — confeso algo avergonzada.

— No tienes que pedir disculpas, no me molesta, al menos nos podemos refrescar, si quieres salir podemos hacerlo. — sugerí

— Solo acompáñame hasta la orilla, puedes continuar bañándote si quieres. — refuto

— Claro que no, espérame un segundo. — le pedí, me miro sin comprender, sin embargo, asintió ante mi petición.

Solté sus manos y me zambullí en el agua, solo un pequeño chapuzón y Salí, sacudí mi cabeza para quitar el exceso de agua de mi cabello y pasé mis manos por mi rostro con la misma intención, quitarme el exceso de agua.

Cuando la miré, me di cuenta que me observaba con un brillo en sus ojos que no supe descifrar y se estaba mordiendo el labio inferior, sonreí con algo de arrogancia ante ese gesto.

Sin decir nada, tome su mano y caminamos de regreso a la isleta donde habíamos dejado nuestras cosas, no me pasaban desapercibidas las miradas lascivas que otros hombres le dedicaban, sinceramente no me incomodaban para nada, Robin era hermosa y más aún estábamos recién conociéndonos. Yo era totalmente consiente de las miradas que atraía, pero realmente no me importaba, Robin por el contrario parecía estar totalmente ajena a toda la atención que recibía.

Volvimos a sentarnos bajo la sombrilla, Robin se puso encima un hermoso vestido de playa blanco, que al estar mojada se transparentaba mostrando aun su bikini por debajo de este.

— ¿estas disfrutando el paseo? — me golpee mentalmente por aquella estúpida pregunta, de verdad le estaba preguntando aquello, ¿Qué tan estúpido podía volverme al lado de esta mujer?

— Si, ha sido una mañana maravillosa. — me sonrió y yo le devolví el gesto, Robin se recostó sobre la manta de playa y saco un libro de su bolso.

— La próxima vez, traeré mi guitarra. —

— Sería maravilloso oírte tocar en vivo. — celebre aquella pequeña victoria, no se estaba cerrando a que nos viéramos nuevamente.

Crucé mis manos tras mi cabeza y cerré los ojos mientras ella leía, no estaba del todo dormido y de vez en cuando la miraba de reojo, no sé cuánto tiempo estuvimos así, hasta que el rugido de mi estómago nos sacó de aquella cómoda burbuja, porque, aunque la playa estaba llena, a mí me parecía que solo éramos ella y yo.

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