Capítulo 1

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La mañana había sido agitada, los exámenes finales siempre lo eran, por suerte mis clases de hoy duraban solo hasta las dos de la tarde y me reuniría a almorzar con Nami, entre mi hermana y el trabajo necesitaba un pequeño respiro.

– Señorita Robin. – la secretaria de la preparatoria me llamo desde la puerta, solo me quedaba una hora más de clases antes de salir a mi tan esperado descanso.

– Dime Tsujuro. – le sonreí amablemente

– La directora Hina la necesita en dirección. – me dijo de la misma manera.

– De acuerdo, voy enseguida. – me levanté de mi escritorio donde estaba revisando parte de los exámenes que ya había tomado y me dirigí hasta las oficinas de los directivos de la preparatoria.

– Robin que bueno que estas por aquí, tenemos que hablar. – aunque el tono de la directora Hina era jovial, sus palabras me preocuparon. – no te asustes linda, no es nada malo, siéntate. – me invito a pasar a su oficina, inmediatamente tome asiento en el cómodo sitial frente a su escritorio.

– Usted dirá directora. –

– Me he reunido con los representantes del consejo estudiantil y la junta de padres y maestros. – comenzó a decir la directora cruzando sus manos sobre la mesa, suspire expectante a sus siguientes palabras. – la verdad es Robin que todos hemos llegado a la misma conclusión y es que durante todo este año que has sido maestra adjunta, lo has hecho excelente y cada uno de nosotros estaríamos complacidos de tenerte como maestra de planta, a cargo del salón de quinto grado a partir del próximo semestre escolar. – no podía creer las palabras de la directora.

– Eso... eso sería espectacular, directora Hina, de verdad le agradezco enormemente la oportunidad, le aseguro que no se arrepentirá.

– De eso estoy segura. – me sonrió y continúo explicándome los términos y condiciones de mi nuevo contrato, como las vacaciones de verano comenzaban en una semana dejaríamos todo el papeleo listo desde ya, así que firme el anexo con los nuevos términos del contrato, al ser maestra titular recibiría mayor salario, y aunque mis horas también aumentarían, estaba feliz por mi ascenso.

Al terminar mi jornada me dirigí hasta el restaurante donde me reuniría con mi mejor amiga, almorzábamos una vez por semana, cada miércoles nos reuníamos en el mismo restaurante.

Estaba nuevamente intentando comunicarme con mi hermana menor cuando Nami se sentó frente a mí, mi mejor amiga era ejecutiva financiera en un banco, traía su largo y anaranjado cabello recogido en una cola de caballo, vestía su uniforme de trabajo, una entubada falda negra, una blusa blanca y una chaqueta del mismo tono de la falda, para finalizar el atuendo un pañuelo en diversos tonos de rojos y naranjas adornaban su cuello.

—perdón la demora linda, el trafico esta horrible. – se excuso

—no hay problema Nami, acabo de llegar. —le sonreí y le entregué la carta que el mesero había traído hace unos minutos.

— ¿Qué tal ha estado la última semana de clases?

—relajada, ya todos los chicos han rendido sus exámenes y ahora solo esperan con ansias las vacaciones. — respondí sin poder evitar la sonrisa que se instaló en mis labios.

—cuéntame todo, ¿conociste a un guapo maestro de educación física? — mi amiga movió las cejas sugestivamente y logro sacarme un sonrojo, cada vez que nos veíamos me hacia la misma la pregunta y yo siempre le respondía de la misma manera.

—no es ningún hombre Nami, pero si tengo noticias. —comencé a relatarle mi conversación con la directora.

—eso es genial Robin, al fin te ascendieron.

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