BECAUSE I LOVE YOU

Invitación.

- Ya llegue- la castaña abrió la puerta del local y los amigos de Shinichiro voltearon a verla.

- Hola, Yumi- le saludaron todos alegres de ver, de nuevo, a la chica. Takeomi es el que más aprecio le tiene, ya que ha llegado a cuidar de Senju y Akashi sus dos hermanos por lo que ellos también la quieren mucho y envidian a los hermanos Sano por pasar más tiempo con la castaña.

- Como te ha ido en tu trabajo pequeña -

- Veo que ahora también ya le traes comida al flojo de Shinichiro- el mencionado se sonrojo y ella sólo se puso nerviosa.

- Bueno, en la casa estoy sola así que aveces vengo a pasar el tiempo con Shini -

- Hasta tienen apodos- dijo Wakasa haciendo que la chica se pusiera aún más nerviosa.

- Acaso ya tienes envidia de que Shinichiro por fin tendrá una novia- le comento Benkei haciendo que el peliblanco frunciera el entrecejo.

- Yo jamás le tendría envidia al chico que fue rechazado veinte veces- hablo con burla haciendo que sus amigos comenzarán a reírse. Les gustaba hacerlo enojar y más cuando se trataba de sus relaciones fallidas.

- Gracias por haber traído mi comida -

- No es nada, No les importa si me quedo otro rato o Sí -

- No, eres bienvenida así que por eso hemos venido a hacerte nuestra invitación formal -

- El día domingo vamos a celebrar la fundación de nuestra pandilla, los Black Dragon así que por eso vamos a hacer una fiesta en la casa de Wakasa, sus padres no están así que tenemos el patio para nosotros y los miembros de la pandilla -

- En verdad me gustaría pero prometí que haría dorayakis para Mikey este fin de semana además de que cuidaria de ellos y sus amigos -

- Es cierto, Akashi me dijo que Mikey lo había invitado a una pijamada este domingo así que Senju también iría para jugar con Emma -

- Lo siento, Pero no quiero perder el trabajo y me agradan los niños -

- Cuantos hermanos tienes?- pregunto Wakasa sorprendiendo a todos. - Es sólo que siento que tu cara ya la había visto antes -

- Bueno, tengo cinco tal vez viste a uno de ellos en alguna parte -

- No, era un chico con tus mismos rasgos, recuerdo que me ayudó de unos tipos cerca de Akihabara -

- ¿Tu conociste a Yoichi?- pregunto con duda temiendo lo peor, pues ella creía que sin haberse dado cuenta dejó que uno de los hombres de su padrastro descubriera donde estaba y pronto la matarían por haber intentado matar a su patrón.

- La verdad no recuerdo su nombre, eso pasó cuando tenía 15 o 16 años -

- Viviste cerca de Akihabara -

- Por un tiempo, pero después nos mudamos para acá así que ya no lo volví a ver, acaso es tu hermano -

- Sí, Yoichi siempre fue un tonto queriendo ayudar a todos y al final su mejor amigo lo terminó matando- respondió con irá al recordar como él mejor amigo de su hermano lo había matado a sangre fría frente a sus ojos. 

- Acaso el está... -

- Si, pasó hace tres años, si me disculpan ya debo irme, Shinichiro recuerda que tienes que pasar por Emma y Mikey a las dos, como él domingo es mi día libre pero cuidare de ellos estos días saldré temprano- ninguno respondió y la chica salió del local. Comenzó a caminar por todos lados, siempre mirando hacia atrás cada que sentía pasos.

Algo que aprendió viviendo y trabajando con su padrastro fue volverse una maldita paranoica pero en el mundo en el que vivía Sayumi tenía que aprender a cuidar de sus pasos ya que la podrían matar en cualquier momento.

Nerviosa y aún asustada se detuvo antes de tomar el tren que la dejaría en Akihabara, pues si volvía le esperaría una bienvenida y no como las de las películas y está vez no tenía la protección de la mafia de su padrastro. Se dio media vuelta y decidió perderse por un buen rato, despejando su mente de todos esos pensamientos fue a parar hasta una tienda, entró y pidió una cajetilla de cigarrillos. Comenzó a fumar después de la muerte de su hermano y los trabajadores de su padrastro fumaban cada que acababan de terminar con una misión, así que descubrió que eso la ayudaba a calmar sus nervios.

Estuvo caminando por un buen rato, viendo pasar a todas las personas y amigos que venían saliendo de la escuela e iban de regreso a sus casas y como la mente siempre es traicionera la hizo recordar el último día en que vio a su hermano, sin imaginarse que justo frente a ella vería como su primer amor y mejor amigo lo mataba sin rastro alguno de arrepentimiento en su ser.