Capítulo 15: Perdida en la autodestrucción

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                                                                                             Aviso:
La historia a estado plagada de avisos.
Desde la descripción del libro puse que se tocarían varios temas delicados y no fue mentira.
Ya no voy a poner los avisos cada episodio, a estás alturas ya queda claro que la lectura es bajo la responsabilidad de ustedes.

Ya no voy a poner los avisos cada episodio, a estás alturas ya queda claro que la lectura es bajo la responsabilidad de ustedes

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Ya había pasado mucho tiempo, se había esperado que aquella epidemia pudiera contenerse en solo dos semanas... Eso se decía hace ya tres meses. Meses en los que aquella pequeña tricolor solo había sufrido.

¿Por qué cuando había comenzado a salir de fiesta le pasaba aquello?

¿Qué debía hacer?

¿Por qué Brasil no le había hablado desde la última vez que se vieron?

Y en efecto, Brasil no le había dado señales de vida desde aquella tarde, era como si se hubiera desaparecido de la faz de la tierra. La mente de México le jugaba varias bromas pesadas constantemente, haciéndole creer que aquello había sido mentira.

Y claro, el no poder distraer su mente con el alcohol y la música fuerte también le generaba estragos.

¿Y cómo no?

No es tan fácil superar que a quien creías el amor de tu vida resultará nunca haberte amado.

De hecho, parecía imposible para México, quien ya se encontraba en el suelo después de haber comido Teonanácatl; como solían referirse  a los hongos psilocibios antes de que España e Imperio Mexica se conocieran, una sonrisa decoraba su rostro mientras la risa resonaba en su voz. Podía escuchar un sonido similar al viento proviniendo del blanco color del techo.

Había perdido la noción del tiempo en cuanto la sinestesia atacó su cuerpo, olvidando por completo las lágrimas y gritos que había dejado salir hace unas horas.

Y ahora esa era su rutina: Despertar prometiendo que no lo volvería a hacer y que comenzaría a olvidarla... Para terminar llorando por las tardes, mientras sus piernas temblaban al gritar de impotencia frente al espejo por no haber sido suficiente.

Luego de sentir como la tranquilidad después del llanto la llenaba sacaba las drogas de aquella caja blanca; oculta en el cajón de su ropa interior, para dejarse llevar por lo que ese día quisieran mostrarle las alucinaciones.

Casi siempre veía el olor de Canadá por el departamento o escuchaba su voz en el color azul claro del cielo, culminando en un túnel que parecía un caleidoscopio conformado por los más vibrantes colores. Una vez terminado el viaje, México se iba a dormir para iniciar de nuevo.

Y hoy no iba a ser la excepción; o eso creía ella, pues una notificación en su celular llegó  de improviso. Ella sintió como la alegría la recorrió al reconocer el tono personalizado, miró al dispositivo en la mesa de centro; colocada en el medio de su ya desaliñada sala, aquellas ondas de colores vivos y cambiantes que veía en el sonido solo indicaban una cosa.

Era diferente a esas líneas verdes que veía en su tono normal, eran colores que solo le correspondían a una persona.

Vaya que había deseado ver esos colores.

Se levantó como pudo del suelo; dando tropezones y chocando con los sofás a pesar de estar a una distancia corta del celular, una vez lo tuvo en sus manos se maravillo ante el olor que desprendía aquel nombre.

Fresco y radiante como el sol, no había duda.

Era él.

Un mensaje de voz se encontraba en su chat, recién enviado. Llegando justo cuando la mexicana había sido atacada por la típica euforia que los hongos le generaban; además de haber sido en la fantasiosa hora de 11:11, al presionar el botón de "Reproducir" sintió como su cuerpo era llenado por una ola de alegría.

¿Y cómo no?

Si no esperaba las palabras que salieron en forma de espirales luminosas desde el celular.

"Bom dia hermosa, lamento no haberte enviado un mensaje antes, creí haberlo hecho. Además de que con todo lo que está pasando tuvo unas cosas más urgentes que atender. ¡No digo que no seas importante!, solo que estaba ocupado... En fin, no quiero agobiarte con mis cosas, no vale la pena. Solo quería saber como has estado y si has pensado en lo que te dije cuando nos vimos... Porque yo sí y quisiera saber pronto tu respuesta a lo que te dije, porque la ansiedad me ha estado matando... De verdad, no sabes lo mucho que quisiera ser más que amigos"

México sintió la sobriedad llegar de golpe; tal vez su cuerpo creó resistencia a los hongos o simplemente su mente regresó a la realidad, no había pensado en la respuesta que le daría a Brasil. Un sentimiento de culpa se anido en ella; oprimiendo su pecho y dificultándole respirar, ¿Cómo podía ser tan desconsiderada?.  

Soltera; pero, nunca solita (Countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora