Yoooo, no le debo nada a nadie, a mí no me lloren ni me recen ni me nada.
He decidido acabar con esta historia este año, así me cueste la vida *guiño, guiño* "¿Por qué esta y no otras, Diosa?", porque es lo que una Diosa hace y esta fue la primera historia que dejé en hiatus.
En fin. NO LEO LLOROS.
.....................................................................................................................................
Estoy enojada.
Sam estaba sorprendida, contrariada, quizás un poco alterada, pero más que nada, enojada.
¿Por qué?
Oí algo, lo sé.
Sé que escuché algo.
Algo a veces sucede cuando Sam y yo intercambiamos lugares. Como cuando una idiota en la secundaria le dijo que su libreta de Frozen era ridícula. Sam se enojó y yo lo escuché. Ese grito agónico retumbando en mi cabeza.
El mismo grito que me hace sentir enojada sin motivo la mayoría del tiempo.
Pero cuando lo escucho sé que ella estaba enojada, desprotegida y, lo más importante, me necesita. Me necesita para afrontar algo que ella no puede.
Miro a mi alrededor.
Ruby está sentada frente a mí y Alex a mi derecha. Estamos en casa. No veo a Patricia, supongo que Alex está aquí sin su consentimiento.
¿Qué está sucediendo?
Señalé a Ruby, quien pareció entender al instante que Sam ya no es Sam.
—Tú, yo, el baño. Ahora. —dije con firmeza, levantándome de mi lugar en la mesa.
—E-Espera, Sam. —dijo Alex. Ella parece confundida, pero yo lo estoy más—. No quise hacerte molestar, quiero decir... sólo eran unas niñas tontas y yo-
—Ruby. —gruñí entre dientes. No entiendo de qué está hablando Alex—. El baño.
—Eh... está bien, Alex... ella no está molesta. —dijo mi hermanita menor.
Tan tierna, Zafiro. Pero sí estoy molesta. Estoy molesta con alguien, no sé con quién.
Odio esto.
Caminé al baño de invitados, dejando entrar a Ruby, que se sentó sobre la tapa del inodoro, mirando al suelo con pesar.
¿Qué carajo? ¿Por qué se ve como si quisiera llorar? Como sea. Cerré la puerta baño.
—¿Qué hace Alex aquí? —pregunté confundida.
—E-Ella está... no sé... Sam la hizo entrar por su ventana y... no lo sé.
Ugh. Odio a esta mocosa. ¿Por qué no puede dejar de tenerme miedo? ¡Sólo le quebré un jarrón en la cabeza hace años, por Dios! Y ella se lo buscó por decir que Reign, la del show televisivo, se murió de forma estúpida.
Nadie puede decir eso frente a mí y salir ileso.
Ni siquiera mi estúpida hermana menor. Ni siquiera Samantha. ¡Ni siquiera Lena Kieran Luthor!
—Ya, ¿y de qué estaban hablando? Necesito estar en la onda. —pregunté con fingido desinterés.
—Eso... es... yo... Reign, no quiero que te molestes. —susurró Ruby, cubriendo su rostro con sus manos y comenzando a sollozar.
Rodé mis ojos. ¡Soy la justicia, niña! Si hiciste algo malo te voy a tener que reprender por idiota, esa es la ley de la vida, eso e-
—Alguien me molesta en clases.
ESTÁS LEYENDO
Dulce y Agria
HumorSam es una joven de 17 años amable, afectuosa y algo insegura que a sus 15 años descubrió que sufre el trastorno de identidad disociativo, siendo su otra personalidad Reign, quien es más bien ruda, odiosa e incluso altanera. En sus dos años de terap...