Por convivencia

1.4K 185 166
                                    

—Así que... ¿amnesia? — yo continuaba observándola embelesada, y ella, como muestra de confusión ante mi silencio, arqueó una de sus magníficas cejas, moviendo una mano frente a mí —¿Hola? Tierra llamando a Sam... ¿estás allí?

Fue cuando hizo chasquear sus dedos que pestañeé varias veces, saliendo de mi trance ¿qué mierda? ¿Qué fue eso? ¿Por qué me sentía flotando? ¿Acaso Samantha se fumó algo sin decírmelo? Me concentré en la persona frente a mí... Alex Danvers... ¿por qué estoy suspirando en mi mente? ¿Qué mierda? Contrólate Reign, respira, no es la primera vez que hablas con una chica... es decir, sí es la primera vez que te atrae una, pero... no es para tanto. Sólo sé casual.

—Holis.

¿Qué mierda fue eso? Qué asco, soné tan tonta, tan nerviosa, tan virgen... ¡tan Samantha! Afortunadamente ella soltó una risa, una hermosa risa, la risa más hermosa que mis oídos podrían escuchar alguna vez, soy tu fan Alex, lo juro.

—Holis ¿disfrutaste el viaje? —yo arqueé una ceja, sin entender su comentario y ella me señaló de arriba abajo con una sonrisa en sus rosados y apetecibles labios —. Estuviste mirándome como si cupido acabara de meterte una flecha en el trasero.

Reí ¿escucharon eso? Ella es tan graciosa, tan genial, tan elocuente, tan... perfecta para mí. Pero no puedo decírselo, debo ser casual, actuar como si no fuera nadie especial y así atraparla en mis redes venenosas, justo cómo lo hice con Zack, Liam... y Fred, con quién Samantha aun no descubre que estuve y si tengo suerte, nunca lo descubrirá.

—Yo sólo admiraba tus... pestañas.

Señores, está científicamente comprobado que las personas que sufren de T.I.D. les contagian su estupidez a sus demás personalidades ¡de nuevo eso se escuchó tan Samantha! Pero ella soltó otra magnifica risa, negando con su cabeza y yo me uní a su risa. No puedo evitarlo, ella es tan hermosa.

—Eres tan graciosa, no creí que una chica con tan mala reputación entre las 'populares' fuera tan casual.

Comenzó a caminar por los alrededores, sin adentrarse mucho en la zona boscosa. Yo sólo la miré fascinada ¿qué tiene esta chica, joder? Parece un imán ¿no se supone que los polos iguales no se atraen? ¡Un momento! ¿Qué clase de comentario nerd y virginal fue ese? ¡Basta Samantha, ve a crear otra personalidad a la cual contagiarle tu estupidez! A mí déjame ser la chica genial, ruda y rebelde.

—Así que has escuchado hablar de mí —caminé en su dirección, ella asintió con la cabeza como toda respuesta y yo sonreí —¿Y qué has escuchado con exactitud? Si puedo saber, claro.

—Que eres una perra —bueno, eso fue bastante directo, sí, lo soy, pero no tenía que decirlo así... sin anestesia —, pero hay algo curioso en ti.

—¿Algo curioso? —alcé una ceja, ella sacó mi caja de cigarrillos de su bolsillo y me la aventó. La tomé en el aire sin despegar mi mirada de la suya y ella pareció asombrarse por eso —Y exactamente ¿qué es ese algo?

Abrí la caja, desviando mi mirada de la suya sólo para asegurarme de que ningún cigarrillo cayera al suelo cuando sacara el que iba a fumar. Posé mi vista en ella cuando llevé el cigarro a mis labios, buscando ahora entre mi ropa un encendedor. Excelente, Samantha no había traído ninguno.

—Bueno, para ser sincera, no creo mucho en las cosas que escucho, menos si vienen de la boca e Cindy. Yo te he visto con mis propios ojos y te he analizado un tiempo —ella comenzó a acercarse a mí y yo sentí mi corazón acelerarse. Va a besarme, lo sé, mi instinto homosexual, que acabo de descubrir que existe, me lo dice —, no eres la típica 'chica mala y rebelde', esa que viste de negro y escucha rock pesado, que se tiñe el cabello a un tono más oscuro, o se pinta las uñas y los labios de color negro —cuando llegó a estar frente a mí me quitó el cigarrillo de los labios, colocándolo en los suyos y haciéndome soltar un suspiro. Sacó un encendedor Zippo de sus jeans, parecía una de esas cajas para jugar que Sam utiliza de vez en cuando... ¿un Game boy? Sí, eso. Necesito un encendedor de esos —. Tú únicamente has sido una perra con aquellas que han tratado de molestar a Lena, eres como su ángel guardián, uno bastante peculiar. No molestas a las personas que no te molestan y aunque te relacionas con personas, en realidad, tú única amiga es Lena —encendió el cigarrillo, dándole una calada y haciendo que mi piel se erizara cuando lo sacó de sus labios para colocarlo en los míos... estoy en el cielo, de verdad. Ella dejó salir el humo en formas de 'o' y yo pude jurar que me vine, listo, no hay más que decir... ¡esta chica es perfecta y la amo, tiene que ser mía a como dé lugar! —. Pienso que eso te hace poco convencional, te hace una persona interesante, una a la que me gustaría conocer.

Dulce y AgriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora