Huir de casa me pareció una idea sencilla... claramente no contaba con que al bajar por aquel árbol del vecino su estúpido perro comenzaría a ladrar, llamando la atención de varias personas que pasaban por allí. Este es un vecindario tranquilo, como la mayoría de vecindarios de Midvale, es usual que, a esta hora, seis y cuarenta de la tarde, las personas saquen a sus perros a pasear o simplemente salgan a trotar si no pudieron hacerlo en la mañana. Tuve que saltar la cerca hasta mi casa para que aquel canino detuviera sus tontos ladridos... cosa que no sucedió hasta que me alejé en dirección a mi casa a rastras, escondiéndome por aquellos rosales que tiene Patricia en los alrededores de la casa. Solté una risa cuando me vi fuera de casa, lista para ir con el amor de mi vida y proponerle huir hacia el amanecer. Fue entonces, cuando estaba por salir de aquel rosal que vi a Lena saliendo por la puerta principal, ella me vio y abrió sus ojos con sorpresa, deteniéndose en seco y evitando que mi progenitora pudiera observarme. Con unas señales de mi mano para que volviera a entrar a la casa, ella se giró y logré escuchar como decía.
—¿S-Sabe qué? Pensándolo bien, creo que me gustaría quedarme a cenar... ya he despreciado muchas veces su hospitalidad.
Con ello, cerró la puerta, evitando que Patricia pudiera mirar fuera de la casa. Creo que para ella fue un logro hacer que Lena se quedara a cenar; pues la mayoría de las veces mi mejor amiga la rechaza más por pena que por cualquier otra cosa; así que quizás decidió ignorar las obvias intenciones de Lena de evitar que mirara fuera de la casa. Yo sólo caminé lejos de la casa con una amplia sonrisa y no fue de extrañar que mi teléfono vibrara segundos más tarde. Era Lena.
—¡¿Qué estás haciendo?! ¡Tu mamá se dará cuenta que no estás aquí y armará otro escándalo!
—Lidia con él, amor.
Le respondí a mi amiga, enviándole una foto de mí misma, sacando un poco mis labios, queriendo darle a entender que la besaría por ello. Ella no respondió, supongo que tuvo que esconder su teléfono para que no vieran la foto. Yo sólo continué con mi camino hasta la casa de mi amada y hermosa Alex Danvers. Voy a pedirle que sea mi esposa, que se olvide de su estúpida novia y que me permita doblegarla y jugar con su cuerpo como juego con el mío mientras pienso en ella las últimas noches.
"¡Detente! Ahora mismo, sólo... ¡date la vuelta y vuelve por dónde has venido!"
Odio no poder ignorar a "la paciente". Sam suele ser muy molesta cuando estoy haciendo algo que quiero y ella no está de acuerdo. La única forma de evitar escuchar su voz es fumando un cigarrillo, así que, sacando la cajetilla y el encendedor de mi mochila, me apresuro a llevar uno de ellos a mis labios y encenderlo con rapidez. Ok. Son las siete... ya oscureció, debería apresurarme a ir donde Alex, pues no somos exactamente vecinas, ella vive en otro vecindario así que... caminando tomará media hora o más. Afortunadamente en las calles se encuentran varias personas, no es como que caminar hasta allá vaya a ser una escena de terror, aunque... ¡excelente! Por culpa de Samantha "la paciente" Arias dejé mi navaja en casa. Bien, no hay problema... aún puedo partirle el trasero a cualquier imbécil que intente atacarme o algo parecido, soy una badass. Soy Reign Arias, gobernante de esta calle ¡y la siguiente! Y ahora que lo pienso... tengo que hacer mis planes de vida, ya que faltan... casi nueve meses para que tenga mis dieciocho años, debo idear un plan para sobrevivir en ese tiempo sin manutención por parte de mi tan cruel y despiadada madre.
"No hay forma, ¡sin su autorización no tendrás un trabajo de medio tiempo!, no va a tardar en descubrir que te estás quedando en casa de Alex además de que no creo que su familia esté de acuerdo con otra boca que alimentar, así que analicemos tus opciones... opción A: Volver a casa. Opción B: Vivir bajo un puente. Opción C: Vivir en la calle. Opción D: VOLVER A CASA, donde vivimos cómodamente, tenemos una cama, televisión por cable, wi-fi, ¡comida!"
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Dulce y Agria
HumorSam es una joven de 17 años amable, afectuosa y algo insegura que a sus 15 años descubrió que sufre el trastorno de identidad disociativo, siendo su otra personalidad Reign, quien es más bien ruda, odiosa e incluso altanera. En sus dos años de terap...