Ánima

Epílogo

Natasha POV

Los dulces ojos verdes melosos de mi hermana están felices. Su sonrisa no se ha quitado de su rostro y verla tan contenta por mí me llena de una ternura infinita que me hace agradecer a la vida por ella.

—Espero tu mano soporte el peso —dice mientras ve la sortija en mi mano.

—No puedo creer que haya hecho eso —suspiro recordando a mi Kate sentada a mi lado pidiéndome que me casara con ella.

—No puedo creer que haya esperado tanto, ¿hace cuánto que se mudaron?

—Poco más de dos años.

—Demasiado tiempo, tomando en cuenta que iban a la velocidad de la luz.

—Creo que ambas sabemos que no necesitamos esto; estamos enganchadas la una a la otra desde el primer te amo.

—Mesera. —Levanta la mano. —Una cubeta para que pueda vomitar. —Bajo su mano de inmediatamente.

—Deja de hacer un escándalo —le pido riendo. Varias cabezas voltean a nuestra dirección.

—Las amo, pero son empalagosas.

—Envidiosa.

—Soy la soltera más cotizada de toda Nueva York, ¿qué podría envidiar?

—Estar perdidamente enamorada de alguien que se siente de la misma forma por ti.

—Buen intento, pero no. Las historias cursis de finales felices se las dejo a ustedes. —Me sonríe. —Sigo esperando los detalles.

—Max fue cómplice de todo esto. Aun no sé cómo se las arregló para no decir nada.

—¿Lista para la hora de colorear? —pregunta mi novia.

—Sí, mamá, sólo voy por un vaso de leche. —Sonrío ante la respuesta de mi hija. Hace un poco más de un año el "mamá" ha sido muy constante en nuestra vida. Puedo ver el corazón de Kate inflándose cada que lo escucha.

—Hola, mamá —digo sentándome en sus piernas.

—Hola, mi amor —replica con un beso.

—¿Quieres una copa de vino?

—No, gracias, estoy bien.

—¿Qué te parece una cena temprana y una película sólo nosotras dos?

—Eso suena maravilloso. —Dejo un prolongado beso sobre su mejilla. Es increíble la fuerza con la que la amo. Hago el intento por poner de pie, pero me vuelve a jalar a su regazo.

—Te amo. —Tomo su preciosa cara entre mis manos.

—También te amo, cariño. —Ahora sí me levanto, no sin que antes me dé una nalgada.

—Espero con ansias la noche de películas. —No puedo contestar más porque nuestra hija entra.

—Estoy lista.

—Yo también, mi cielo. Hoy vamos a intentar trabajar con acuarelas. —Sonrío antes de dejarlas solas.

Es mágica la conexión que tienen y lo buena que se ha vuelto Max. La dedicación que mi novia le pone a la niña, el tiempo que le da, lo paciente que es con ella es fuera de este mundo. Y es en ambas partes, la pequeña ama con locura a su mamá. No tiene reparos en decir que tiene tres mamás y que es muy feliz. Nunca creí que la redención viniera en esta forma. La emancipación de mis demonios ha sido un camino largo y sombrío que ha visto la luz gracias a mi hija y a Kate. Mis anclas a la realidad.