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ESTABA TRATANDO DE MANTENERSE CUERDA EN AQUELLOS instantes, su mente parecía ser más grande que ella y consumía cada parte de su ser como un gusano aferrado a su cerebro

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ESTABA TRATANDO DE MANTENERSE CUERDA EN AQUELLOS instantes, su mente parecía ser más grande que ella y consumía cada parte de su ser como un gusano aferrado a su cerebro. El deseo de hacer sufrir al mayor de los Burgess la estaba consumiendo lentamente, cada segundo en aquel lugar aquella antes mosca se volvía un huracán catastrófico que arrasaba con ella y todo lo que había en su interior, revolviendo y rompiendo lo poco que le quedaba en esos momentos, ni la belleza del árbol de magnolias le hacía volver en sí, empezaba a sentir una presión en su pecho, robándole el aliento como si volviera a estar viva nuevamente pero esa vida se iba lentamente, como el agua sobre una tela cayendo al vacío eterno, donde no podría volver a recuperarla, perdiéndose en la noche moribunda y fue ahí cuando lo volvió a sentir, el frío en su espalda en forma de fantasma de la última mirada que le dio a Sueño, como aquel filo desgarraba su espalda y lo último que le quedaba lo perdía, como un simple abrazo había sido el causante de su muerte, por simplemente haber confiado. Y el cuchillo se clavaba más, llegando a sus huesos. Un dolor que no podía describir con palabras pero lo podía sentir, en cada fibra de su ser, corrompiendo su alma y reduciéndola a no más que fragmentos, de su boca escapa un grito desgarrador lleno de sólo una fracción de lo que sentía, se arrastraba por el suelo, viendo su sangre caliente llenar el suelo, pero entre más movimientos hacía, aquel cuchillo se insertaba más en su espalda, una mueca de dolor se inserta en su rostro, queriendo la muerte en aquellos momentos para no volver a sentir más aquel filo que se aferraba a sus músculos con fervor y vehemencia. Fue cuando lo pudo ver. A su "querido" hermano, viéndola desde arriba, como si fuera más grande que ella, teniéndola a sus pies desangrando y muriendo como la última vez que lo vio, pero está vez, mantenía una sonrisa de superioridad en su rostro, como si estuviera disfrutando aquella escena y sus gritos de dolor, pero aquel dolor que la asesinaba tan lentamente se convirtió en rabia pura, las ganas de verlo a sus pies, desangrándose como ella lo estaba haciendo no se hicieron esperar, su deseo la movía como un títere atado a las cuerdas, quitándose el cuchillo sin importar el calor recorriendo la zona, palpitando como un segundo corazón.

—Sabes lo mismo que yo Avic, eres tan mala como lo somos padre y yo, compartimos la misma sangre y mataste a papá—revoloteaba a su alrededor, como un buitre asechando a una presa que no podría defenderse aunque peleara con garras y dientes.

—No soy como tú, fue un accidente, yo no quería asesinarlo, en cambio a ti es otra cosa—y desapareció entre las sombras, sumergiéndola en un gran silencio que la mantenía alerta.

—El infierno te está envenenando Avic, vuelve conmigo y tendrás la vida que has querido. Un lugar a lado de Sueño, seguir en el campo verde que tanto amabas, en aquel árbol donde leías tus historias románticas en cada atardecer, la maquina de escribir que tanto le solías pedir a papá—la oscuridad se desvaneció, mostrando el radiante sol al horizonte ocultándose en las montañas, dejando rayos de sol filtrarse por los huecos de las hojas de los árboles, una escena que antes era hermosamente cotidiana pero ahora sólo le trae un sentimiento amargo a su boca, tras los recuerdos de todo lo que había perdido y dejado junto a aquella casa donde albergaba todo lo que alguna vez conoció—Lo siento mucho hermanita, por lo que te hice, pero vuelve conmigo, liberaré a Sueño, volverás a tu árbol que tanto amabas, la biblioteca será toda tuya y nadie te molestará, sólo perdóname y deja el infierno, regresa conmigo—el rostro de súplica fue el mismo que conocía desde pequeña, como volver a ser niños otra vez en aquel árbol que los arropaba con su sombra, quería regresar con él, estaba dispuesta a hacerlo. Como un robot empieza a caminar hacía su hermano, sintiendo el viento sobre su rostro y haciendo bailar su vestido blanco entre sus piernas, sintiendo la textura de la tela acariciarla, el verde pasto golpear las plantas de sus pies como volver a estar viva. Pero una imagen borrosa rompe todo aquel paisaje de ensueño, era Robin, cerca de ella, lucía preocupado agitándola con desesperación. Algo andaba mal. Sale de aquel paisaje, volviendo en sí, pues aquel hombre fue el que la mandó a aquel lugar, desconfiada, retrocede buscando una salida de aquella pesadilla—¿Hermanita, por qué no vuelves conmigo? Este lugar te está intoxicando, te perdonaré por haber asesinado a papá

𝗗𝗿𝗲𝗮𝗺𝘀 ▬▬▬▬▬ 𝘛𝘩𝘦 𝘚𝘢𝘯𝘥𝘮𝘢𝘯 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora