XXI

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LO PRIMERO QUE VE AL ABRIR LOS OJOS ES MÁS OSCURIDAD, APENAS Y LA LUZ DE LA LUNA lograba entrar por las cortinas negras del cuarto

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LO PRIMERO QUE VE AL ABRIR LOS OJOS ES MÁS OSCURIDAD, APENAS Y LA LUZ DE LA LUNA lograba entrar por las cortinas negras del cuarto. Al levantarse de la cama rápidamente, un dolor punzante azota su cabeza y un mareo la hizo quedarse aún en aquella cama, ¿cuánto tiempo estuvo explorando sus memorias perdidas, el Eterno ya había llegado? ¡Qué importancia tenía él en esos momentos! Acaba de recuperar todo su pasado con Robin y eso era lo que verdaderamente importaba en ese ahora, no sobre el Eterno que le decía palabras que la herían sin importarle, viéndola como lo que verdaderamente era: Una humana muy inferior a él, incluso un abrazo nunca significó nada para él, todos sus secretos, sueños, miedos y pesadillas que había tenido él los había conocido dentro de aquella jaula que lo mantenía cautivo sin ninguna posibilidad de salir, pero nunca pensó que lo único que quería era ahogarse en su soledad, no quería comprender si sus emociones eran como las de un humano, pues se había enamorado de una, Nada, su alma gemela, ¿tan fuerte era aquel vínculo que fue capaz de enamorar a un Dios? Quizá lo era, después de todo Robin cometió las mismas locuras que ella por una persona, cambiando todo para estar con ella, un peso sobre sus hombros provocaba ese pensamiento, pues no quería ser la culpable de que se alejara de su hogar, de todo lo que conocía, pero así él lo había decidido, una estupidez cambiar todo eso por alguien como ella, alguien que seguramente volvía al infierno después que se cumpliera el año que tenía fuera de los dominios de Estrella de la Mañana.

Necesitaba olvidar, necesitaba una bebida, nunca había tomado, pero su madre solía decirle que así podía olvidar cualquier pena, no lo entendió cuando era una niña, pero ahora necesitaba verificarlo por cuenta propia. Quería olvidar a su padre, el sentimiento y el sonido de su cabeza siendo golpeada contra el vidrio de cristal, saber que él fue el despiadado asesino de su mejor amigo de la infancia, Holly, Alex, el Eterno y el infierno. Todos esos recuerdos queriendo acabar su cerebro como si fueran un martillo golpeando múltiples veces al clavo, haciendo entrar más en la madera sin poderlo sacar una vez más. Estaba jodida si no podía olvidar todo lo que pasó, solo había querido ser una humana más y terminó sin su familia, a punto de perder su alma. Incluso su padre había sido un desastre en su último adiós, la última vez que lo vería, o al menos eso esperaba.

Al bajar por las escaleras de fierro se topa con Caín, quien se encontraba cubierto de sangre, la limpiaba con un trapo con total tranquilidad, sin darle ningún tipo de importancia por haber cometido un crimen, quizá debería hacer lo mismo, pero faltaba alguien en ese lugar, no quería pensar lo peor de él, pero conocía aquella historia bíblica, el primer asesino y la primera víctima, quizá esa sangre había sido de Abel, pues si el hombre tuviera una herida no estaría tan tranquilo limpiándose con un trapo que cambió de color blanco a uno rojo que se asemejaba al color de la cereza..

—¿Y Caín?—no pudo evitar preguntarle, pues no quería dormir con la preocupación de compartir el techo con un asesino, quizá la próxima sangre sea la de ella y le dé la sorpresa de llegar más pronto al infierno a Lucifer, un gusto que no quería darle después de casi hacerla comer el corazón de un hombre moribundo que habían torturado para una fiesta enferma.

𝗗𝗿𝗲𝗮𝗺𝘀 ▬▬▬▬▬ 𝘛𝘩𝘦 𝘚𝘢𝘯𝘥𝘮𝘢𝘯 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora