𝗫𝗜𝗜𝗜

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MIRABA CONFUNDIDA A ROBIN, QUIEN PARECÍA NO DARLE IMPORTANCIA AL ASUNTO, decidiendo que los colores grisáceos eran más interesantes que el rostro tenso del señor del sueño o simplemente prefería ignorarlo, antes que despertar su furia ante las pal...

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MIRABA CONFUNDIDA A ROBIN, QUIEN PARECÍA NO DARLE IMPORTANCIA AL ASUNTO, decidiendo que los colores grisáceos eran más interesantes que el rostro tenso del señor del sueño o simplemente prefería ignorarlo, antes que despertar su furia ante las palabras que sacó de su boca, pues más que restarle importancia, tensó su mandíbula intentando controlarse de correrlo del lugar o incluso, mandarlo al mismo sueño eterno al que mandó a Alex, su estómago se revuelve ante el recuerdo, pues lo había esperado un tiempo en el infierno, pero ahora se sentía diferente, era un gran agujero que tragaba todo lo que tocaba e incluso, tragó aquel sentimiento que se había acumulado estando por debajo de toda luz, entre las sombras que no conocían más allá del significado de las palabras poder y locura, en un torbellino desesperanzador que la había tocado, sus músculos se sentían pesados, gracias a la adrenalina que había inyectado en su cuerpo aquel sueño, no podía olvidar el miedo de su hermano, como aquella sonrisa que antes bramaba alegría ahora se había convertido en un recipiente para el miedo de mil personas, ¿cómo habían llegado a eso? En su garganta, había subido el famoso nudo que venía acompañado de una constante picazón en sus ojos y fue cuando era obvio. Iba a extrañar a su hermano, no a aquel Alex que derramó sangre,no a aquel Alex que la asesinó sin dudarlo con la punta del cuchillo, si no al Alex que le había ayudado de niña, al Alex que solía jugar con ella en las tardes de un verano caluroso, era aquel niño sonriente que realmente amaba y la razón por la cual su corazón seguía tan pesado como el plomo sobre su pecho rígido, pero aquel Alex murió cuando la primera bala salió del cañón de la escopeta, ahora sólo quedaron las cenizas de aquel incendio, entre aquellas llamas y sangre logró sobrevivir, en la negrura espesa cabía una luz a pesar de las cenizas y el aire intoxicante. Esa luz nunca había sido tan opacada por dos personas.

—Veo que has salido, serás bienvenido nuevamente en la ensoñación, Robin. Después de todo, Oberón te corrió del reino de Fairie—sintió como si el agua bulliera sus pies, brotando nervios desde dentro de su pecho, ¿se conocían? Sus venas y arterías se congelaron dentro de recipientes de cristal que no podía poner bajo el sol.

—Auch, eso sí dolió, pero me alegra verdaderamente, porque fueron 10 años infectuosos en el reino mortal, pero varios siglos con Estrella de la Mañana. Aunque gracias a está humana que llegó como el viento de la primavera, pude salir. Estoy eternamente agradecido con ella, así que quiero llevarla conmigo, a la ensoñación, puede quedarse conmigo en mi cabaña si es que quiere—las comisuras de sus labios se elevaron suavemente, como el bajar de una pluma, tan suave y liviano que no podría distinguirse por el rabillo del ojo. Pues de aquella forma cumpliría su palabra que había mantenido con Sueño y no dejar a Robin de lado, no entendía cómo él vivía en el reino de Morfeo, pero eso ya poco le importaba, pues aquella adrenalina penetrante había abandonado su cuerpo, adueñándose de su cuerpo un sentimiento regocijante  que no la dejaría dormir, elevándola hasta el canto de la luz lunar.

—No—fue cuando la pluma liviana cayó a la tierra, cuando la luna dejó de cantar y cuando su sonrisa cayó de la misma forma que se elevó—Ella estará con Lucien en la biblioteca, ya lo he decidido—tenía tantas ganas de reprocharle, de que le explicara mil y un motivos por aquella negación.

𝗗𝗿𝗲𝗮𝗺𝘀 ▬▬▬▬▬ 𝘛𝘩𝘦 𝘚𝘢𝘯𝘥𝘮𝘢𝘯 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora