• Propuesta inesperada •

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[Capítulo siete]


Después de varios días, decidí por primera vez, ir a la cafetería a almorzar. Buscaba por todos lados la mesa del club Hellfire. Podía notar que todos estaban divididos en grandes grupos diferentes: Las porristas, los deportistas, los nerds, las atléticas, y a mitad del salón se podían ver a los famosos Freaks. Esa era mi mesa. Dustin me ve y me levanta su mano en señal de que me acerque a su mesa.


—Hola— saludo tímida— ¿puedo?


— ¡Hola Betty! Claro que sí, siéntate. — me dice Dustin, amable


— ¿Cómo estás nena? Qué bueno verte por aquí.


—Estoy bien Munson, gracias.

                 
—A propósito— Dustin llama la atención del grupo — chicos ella es la Betty de la que les había hablado.


El chico que estaba sentado al lado mío, se me acerca y me susurra — ¿asique eres hermana de Steve?


—Así es, y les agradecería que no me llamen por mi apellido, por favor.


— ¿Por qué? — me mira extrañado.


—Si Betty dice que no, es no. ¿De acuerdo Wheeler? — le dice Eddie


— ¿Wheeler? ¿Tú eres, familiar de Nancy Wheeler? — le pregunto al chico, curiosa.


—Es mi hermana. Ella y Steve fueron novios.


—Sí, Steve me lo había mencionado.


—Bueno… Asique ¡Betty! — me habla Dustin— ya conoces a Eddie y a propósito, él es Mike. Te presento al resto del club; él es Gareth, él es Jeff y él es…


Chico x— dime Cody —añade.


Cody, sí. Oh y falta nuestro amigo Lucas Sinclair, pero no ha venido hoy.


—Es un placer chicos— les sonrío.


—Entonces, querida Betty — me mira Eddie— ¿Qué dices de integrarte con nosotros… en el club Hellfire?


— ¿QUÉ? — se sorprenden todos.


— Nunca mencionaste sobre una nueva integrante — le recuerda Gareth.


—Lo sé. Pero si somos más, mucho mejor ¿no creen? — Se acerca a mí—Qué dices Betty… ¿Te nos unes?


— Bueno, debo decir que es una oferta tentadora, pero antes que nada tengo que aprender a jugar, para entrar a su club ¿no crees?


—Por supuesto. Y nuestro maestro de aquí te enseñará, ¿cierto Henderson? — le dice Eddie, mientras apoya una mano en su hombro.


—Claro, no hay problema. — Dice algo intimidado, al sentir el apretón de Eddie— ¿Qué te parece si empezamos hoy mismo Betty?


Me quedo pensando y veo las caras de los demás esperando mi respuesta —… Emm sí, claro. ¿Por qué no? — sonrío.


— ¡Perfecto! Pronto tendremos una nueva integrante. — anuncia Eddie.


Y así pasé mis días. Aprendiendo a jugar el famoso Calabozos y Dragones. Dustin venía todas las tardes a casa para enseñarme algunos trucos, los ataques, los personajes, y también me enseñaba los dados que tenían hasta 20 caras. No era una clase de juego de mesa que solía jugar, era raro, pero me gustaba y era divertido y bastante entretenido.

Para el domingo ya estaba practicando jugadas y ataques con Dustin. Le estaba empezando a seguir el ritmo.

Cuando terminamos la práctica del día, fuimos  con Dustin en el auto a buscar a Steve a su trabajo.

Esta era la primera vez que iba y conocería el famoso lugar Family Video  en donde trabajaba, junto a su compañera y amiga Robin. No eh tenido la oportunidad de conocerla. Steve sólo me ha contado que es un poco rara y hablaba mucho. Pero era divertida y una buena amiga.

Dustin me iba indicando el camino y al fin llegamos.


— ¿Qué onda Viejo? — entra Dustin abriendo la puerta bruscamente— Justo a tiempo para alquilar una buena película —dice mientras busca entre los estándares.


— Apoyo  su idea, ¿cuál es la recomendación de hoy hermanito? Por cierto, muy lindo tu lugar de trabajo. — le digo, mientras observo a los alrededores.


—Llegaron 10 minutos tarde, ¿no vieron el cartel de "CERRADO”? Robin ya se fue y yo quedé aquí solo esperándolos — nos dice, molesto.


—Perdón Steve, es que teníamos que terminar una partida de D&D. Manejé lo más rápido que pude — le digo, revoleando los ojos.


—Ok. Tú Henderson, deberías darle un respiro con ese juego y tú mocosa — me fulmina con la mirada— nunca más vuelvas a manejar de esa manera, ¿de acuerdo? — señalándonos, molesto.


— Lo siento viejo, se suponía que hoy era nuestro día de descanso — me mira — pero Betty me insistió en terminar una  partida. Y debo decir, que no le fue nada mal.


— ¿Qué? Pero ¿cuánto tiempo llevas jugando Beth?


—Menos de una semana. Hoy practicamos mi primer batalla.


— ¿Es una broma? Yo me rendí al primer día que Dustin intentó enseñarme.


— Con la diferencia, que ella sí prestó atención — añadió Dustin.


Steve se sorprendió, pero no dijo nada más. Estaba cansado, asique agarró una película de la sección terror y suspenso  y nos fuimos a casa. Invitamos a Dustin a que se quedara a cenar con nosotros. Miramos una de Viernes 13, un clásico. Fue una agradable noche. Aprovechamos a festejar con el motivo de que mañana comenzaba la última semana de clases. ¡Faltaba poco para las vacaciones!


***

LA BASTARDA HARRINGTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora