15. Día del exámen

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CHAPTER FIFTEEN

22 de diciembre del 1986

Narra Steve:

Después de este fin de semana movido, volvimos a la rutina. Le dije a Robin que si quería que podía tomarse sus días de duelo, pero ella no quiso quedarse sola en casa, prefería tener la mente ocupada en el trabajo.
Aún no mencionó muy bien lo que hablaron en la reunión, pero tampoco pregunté.
Beth sí sabía lo que pasaba y me dijo que si Robin no habló, pues ella tampoco. Ya que le dije que era, asunto de su familia.

A veces odio mis palabras.

Por un lado estaba feliz de tener a Robin devuelta en casa y que tuviera algo de paz lejos de sus padres, después de todo lo que pasaron.

Narra Betty:

Al fin llegó el día del exámen de Geografía.
Pasé a buscar a Eddie a su casa temprano con unos vasos de café que compré y unos pankes que había recién hecho en casa.

Y como siempre aún dormía.

El señor Wayne aún no llegaba de su trabajo y raramente, la puerta estaba abierta.
Entré con curiosidad ya había un desastre. Fui rápidamente a la habitación de Eddie para ver cómo estaba y ahí estaba, acostado boca abajo. Comienzo a zamarrearlo y no lograba que se despierte, asique como pude lo di vuelta.

Mierda.

Quedé en shock al ver lo que tenía en frente.
Eddie comenzó a despertarse y saltó de la cama al verme que estaba ahí.

— ¡A-amor! , ¡¿qué haces aquí?! - me dice sorprendido.

— ¡¿Qué carajos es toda esa sangre Eddie?! - viendo su remera y sus sábana manchada de ésta.

— Mierda, no quería que me vieras así - se escapó al baño para darse una ducha.
— Saliste de caza. ¿cierto? - le digo del otro lado de la puerta. Había notado sus colmillos cuando habló.

— ¡Soy un vampiro Betty! - grita desde la ducha - ¡¿Cómo crees que me alimento para no matar a un ser humano?! 

— Perdoname freaky, a veces se me olvida. ¿E-estás bien?

— Si, no te preocupes nena. - sale de la ducha con la toalla puesta en su cintura y otra secando su cabellera.

La imagen de su torso desnudo, me estaba torturando, ahora era yo quien quería morder a alguien.

— ¿Todo bien Harrigton? - sonríe al verme distraída.

— Ehhh, sí todo bien. - volví a la realidad y me hice la tonta - te traje el desayuno, pero veo que ya te has alimentado...

— Oww eres tan linda - se acerca a sujetar mis mejillas para darme un beso – gracias amor, lo guardaré para después.

— Cómo quieras... ahora cambiate rápido que tenemos que ir a la escuela. Te esperaré en el comedor.

— Ok... oye espera - sujeta mi mano para que no me vaya – viniste a casa y no me has dado los buenos días – sonríe coqueto.

— Ohhhh, es cierto. - también sonrío coqueta.

Le respondí con una sonrisa y me acerco para sujetar sus hombros trayéndolo hacía a mí para así juntar nuestros labios. Él me corresponde abrazando mi cintura. El hecho de que mis manos estén en contacto con su piel expuesta, hacía que no pare de besarlo.

De repente, se escucha la puerta abrirse y gritar el nombre de Eddie.

— ¡Mierda! Tu tío ya llegó...

LA BASTARDA HARRINGTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora