Linda || SeGyeom

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Sus ojos se abrieron al escuchar un golpeteo desesperado en su puerta que lo hizo levantarse, algo desorientado, paso sus manos por su rostro, y tomando su celular, viendo la hora.

3:54 AM

Con un suspiro resignado se levanto de la cama y camino en dirección a la puerta que era constantemente golpeada. Y al abrirla se encontró con Hangyeom con cabello más corto que cuando la vio hace tan solo unas horas.

Y ella al ver que abrio la puerto entro con rapidez y la cerro, encerrandoce en el baño, él confundido no dijo nada y se dirigió a su cama acostandose nuevamente, pero luego recapacito sobre la situación y vio a donde se habia metido la chica.

Suspirando, se volvio a levantar y se acerco a la puerta de su baño para tocarla, sin escuchar sonido alguno de ahí dentro.

- ¿Hangyeom nonna? - pregunto para luego carraspear al tener la voz muy ronca debido a que estaba dormido minutos atrás.

La situación estaba realmente confusa, no entendia muy bien que estaba pasando, pero no se rindio y siguio golpeandola y llamando a la mujer dentro de ese lugar.

Él mencionado al otro lado de la madera se encontraba con la cabeza entre sus piernas mientras temblaba, y se abrazaba él mismo, mientras lloraba aterrado.

Sebin había entrado a su habitación realmente molesto y se acerco a él solo para golpear su rostro y decirle que él estaba haciendo todo mal, que por que le era tan difícil actuar como su mujer ideal.

Él asustado le respondio aquello que él hombre odiaba.

"- Es por que yo no soy una mujer, Sebin, soy un hombre"

Ante esas palabras él mayor habia perdido la cabeza, sabiendo que nadie le ayudaria habia decidido uir de esa habitación, logrando escapar de su esposo y entrando en el cuarto de su hermano.

Sentia sus labios temblar por el miedo.

- Nonna... - se escucho el golpe en la puerta - ¿Se encuentra usted bien? - se escucho de nuevo.

La voz calmada y dulce de Yechan lo hacia sentir tranquilo, que se levanto algo desconfiado y abrio está, dejando que él menor lo mirara con ojos grandes confundidos que lo observaban atentos.

Y sin poder evitarlo, llora nuevamente, asustando al jovencito, y este lo toma entre sus brazos, para intentar tranquilizarlo.

Estaba confundido, no entendía que pasaba, pero no presionaria a la chica.

Solo llevaba un día aqui, y todo se estaba tornando muy extraño.