CEDRIC
El bar estuvo bueno, pero mejor está la disco. Es la primera noche después de las vacaciones de Navidad y, no sé por qué motivo, la gente siempre asume los nuevos comienzos a tope. Me acerco a la barra y pido otro whiskey porque de por sí la noche va bastante bien, pero con tragos va mejor. Mientras pago la bebida, la morena del lado me desliza una servilleta. No lo tengo que mirar para saber que es su número. Se lo cojo, con una sonrisa de medio lado, pero sé que lo voy a perder antes de terminar la noche porque soy un desorden. Es guapa, la verdad, así que me lo pienso dos veces y la invito a nuestro grupo de amigos. ¿Por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy? Ella sonríe y me provoca bailándome y diciéndome cosas al oído. Tiene un buen par de pechos y sé que nos divertiremos una vez se acabe la fiesta.
Mientras el segundo trago me está haciendo efecto, me percato de la chica que está bailando a unos metros de mí. Su amiga y ella parpadean con las luces delante de mis ojos y parecen sacadas de una puta película. Me quedo hipnotizado mirándola porque se ve jodidamente sexy. Ella no se da cuenta de mi presencia -básicamente de la de ningún chico en esta discoteca- y me encanta cuando pasan estas cosas. Sí, es como una peli en la que ella es la protagonista y yo otro espectador más de los que la miran. Sí, porque estoy seguro de que la miran, no tengo necesidad de comprobarlo. Pero lo que hace entonces me pega como un puño en el estómago: se acerca demasiado a su amiga y se dan un corto beso en los labios. No sé si me ha molestado o excitado, pero me hace quitarle los ojos de encima en un segundo y concentrarme en la morena que está a mi lado buscando mi atención.
La noche casi termina y la mitad de los presentes están borrachos. No me incluyo porque no me afecta demasiado la bebida, aunque sí lo suficiente como para ponerme bien contento. Entonces siento como alguien me pellizca el trasero, sí, mi puto trasero. Mi primer pensamiento es mirar a la morena, pero está concentrada en su móvil, así que no puede haber sido ella. Miro a mis espaldas y la veo, pasando por detrás de mí, mirándome por encima de su bebida con ojitos morbosos... Olivia. Me hace reír, sin poder evitarlo, porque le importa un bledo que yo esté acompañado. Da la vuelta a la disco y se coloca donde antes para seguir bailando, solo que esta vez sus ojos no se apartan de los míos... mierda, ni los míos de ella. Estoy hipnotizado viéndola con su pequeño vestido negro y solo quiero pedirle que se vaya a mi cama hoy. Pero no debo hacerlo. Bien podrías haber aparecido antes, Olivia, hoy le toca a la morena. Como si hubiera escuchado mis pensamientos, la chica se acerca a mí y me da un beso. Me vuelvo a centrar en lo que de verdad importa: el polvo de hoy y me esfuerzo por no volver a mirar en su dirección en el resto de la noche.
*
Echo mi cabeza atrás mientras la morena me come la polla en la silla de su habitación. Me ha llevado a su casa y ni siquiera pienso mucho en cuántos habrá traído aquí nada más conocerlos. Es un poco zorra pero la chupa bien. Me pongo de pie y le hago una cubana. No me equivoqué cuando pensé que tenía buenos pechos. La verdad no la pasé nada mal mientras la doblaba sobre el respaldo de la cama y me la follaba como si no hubiera un mañana. Mientras me iba de su habitación me dice que no pierda su número y le respondo que sí, pero esa servilleta está en la basura hace ya bastante rato.
***
Es la primera noche de muchas en la que mis amigos y yo no vamos a salir. Solemos inventarnos algún plan cada noche, desde bares y discotecas, hasta acampadas y fogatas en la playa. Pero hoy no. Hoy nos quedaremos en la habitación que compartimos a hablar y conversar como casi nunca hacemos. A pesar de que no solemos contarnos mucho nuestros problemas y situaciones personales, sabemos que el resto está ahí para nosotros cuando haga falta. David nos cuenta que está comenzando 'algo' con una chica de la propia universidad y nos habla sobre ello. El resto, solo hablamos de nuestros últimos ligues. Yo me ahorro los detalles porque no me gusta hablar mucho de las mujeres con las que tengo algo. Entonces David me pregunta por la chica con la que me -y cito: vio acaramelado en las escaleras hace algunas semanas'-. Me río. Acaramelado... yo.
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Más que un fuckboy
Fiksi RemajaEl primer amor de mi vida era un hombre que me llenaba de vida en la cama, pero que me destrozaba la vida fuera de ella. A pesar de saber que involucrarme sentimentalmente con ese tipo de chico no me convenía para nada, no parecía poder salir de ese...