Capítulo Siete

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Tras aquella noche el grupo de amigas se hizo más unido, pasaban todo el tiempo juntas, saliendo a la playa de Magix, estudiando o simplemente cotilleando de otras hadas. Por primera vez en mucho tiempo Bloom se sintió plenamente feliz, aquello sí que era un verdadero grupo de amigas pero lo que hacía latir verdaderamente el corazón de la pelirroja ahora mismo era el especialista rubio llamado Brandon.

Desde el baile habían estado hablando, se sentía tan bien con el chico, se sentía querida por primera vez en toda su adolescencia; desde que sus ojos azules se encontraron con los del chico, le gusto, era sin lugar a dudas amor a primera vista.

"Puede que me esté enamorando" pensó la pelirroja mientras garateaba en su libreta de dibujos, podía reconocerse los rasgos de Stella a quien Bloom le encantaba dibujar siempre que tenía oportunidad. Puede que ahora mismo hablará mucho con Brandon y con el resto de Winx pero Stella era simplemente parte de ella, se entendían tan bien y le daba paz cuando la rubia estaba a su alrededor "No entiendo como ninguna chica está interesada en salir con ella" admitió mentalmente pensando en como sus ojos avellana siempre brillaban cuando sonreía  o como ponía aquella sonrisa torcida por las tontería que hacía Musa sin querer reconocer la gracia que le hacía.

—¿Puedo ver el dibujo?—Tanto Bloom como Flora, quién estaba adelantando sus trabajos de botánica mágica, alzaron la cabeza al escuchar la voz de Stella. La chica de Gardenia se sonrojó levemente por lo que había estado pensando y como la princesa estaba vestida.

—Estas preciosa Stella.—la aludo Flora con una sonrisa dulce mientras hacía florecer una flor de color amarilla y la ponía sobre el cabello de la princesa.

—Muchas gracias Flora.—besó su mejilla con dulzura antes de volver a mirar a la pelirroja quien tenía la boca ligeramente abierta lo que le causó algo de gracia y decidió burlarse un poco—Cierra la boca no queremos que ningún bicho entre ahí dentro ¿No?—murmuró bajo mientras se acercaba a su amiga para cerrar ella misma su boca.

—¿Dónde vas tan guapa?—preguntó el hada de fuego antes de abrazar a la rubia con una sonrisa. La chica llevaba un vestido que mostraba los colores del reino Luna, blanco y azul, su pelo estaba suelto y brillante como lo hacía siempre.

—Mandy me ha escrito, quiere hablar conmigo y yo quiero disculparme.—contestó de forma vaga lo que provocó el ceño fruncido de la pelirroja—No quiero que pase nada, pero le debo una disculpa.

—Bueno ¿Quieres que te acompañe?—insistió la pelirroja, no le gustaba la idea de que Stella fuera a hablar con su ex-novia, la realidad es que la chica humana era bastante celosa y posesiva con la princesa en algunas ocasiones aunque fuera de forma inconsciente.

—No, pero quiero que guardes esto por mí.—la chica se quitó el anillo de Solaria—Quiero que lo mantengas contigo hasta que vuelva aquí y solo me lo des si te digo "A veces tú mejor poder es manipular lo que otros ven", sabes lo importante que es para mí y prefiero que lo tengas tú a caminar con él cuando me voy a la zona de las brujas.

—Lo haré ¿Pero estarás bien sin él?—susurró para que la chica de cabellos castaños con dos mechones rubios no la escuchará—Lo digo por...

—Últimamente mi magia parece que está más estable, las clases con la directora Faragonda y contigo me han ayudado mucho.—la tranquilizó en un susurro para que Flora no la escuchara, antes de besar su frente—Volveré por la noche, cubridme de Griselda cuando haga las rondas.

Bloom cogió el anillo y lo inspeccionó curiosa, a diferencia de cuando estaba en el dedo de Stella ahora no brillaba ,sentía curiosidad por aquel artefacto así que tras despedirse de Flora caminó hasta la biblioteca donde se puso a leer un libro sobre artefactos mágicos.

When the sun meets fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora