—Bloom ¿Puedes transformarte?—preguntó Stella mirando directamente a la pelirroja, asintió mientras acariciaba las espaldas tanto de Musa como de Flora—Hazlo, empieza a subir el nivel de tu magia.
El hada de ojos azules no dudo en obedecer transformándose mientras atraía a Tecna a su lado para protegerla también. Poco a poco empezó a subir el nivel de su magia clavando la vista en Stella quien también estaba en su forma de hada.
—Bloom, debes bajar tu nivel de magia. —murmuró Tecna respirando con dificultad—Hay algo en este bosque, se acercará a tu magia como una polilla a la luz.
—Ese es el plan Tecna.—aseguró con una sonrisa la pelirroja dejando muda al hada de cabellos magenta.
"Pero si no han hablado" pensó negando con la cabeza. Y tenía toda la razón, no habían hablado, pero tampoco les hacía falta, ellas se entendían sin palabras con tan solo la mirada de soslayo que le había dirigido Stella, entendió a qué se refería y lo que haría a continuación. No necesitaba más explicaciones, ella lo había pedido así que obedecerá.
Stella miró a sus lados, su energía había aumentado, no se sentía realmente cansada. Podía notar la presencia de varios orcos acercarse, al menos dos muy cerca de ella mientras que otros aún lejanos pero cercanos a las otras hadas.
"Espero que lo entiendas Galatea" pidió la rubia antes de lanzar una serie de rayos de luz a través del bosque en dirección al grupo de hadas. Para un hada normal aquellos rayos podían significar cualquier cosa, pero no para las princesas, ellas habían entrenado desde su niñez con otras hadas ciertas señales de ayuda para comunicarse en secreto. Desde que su magia se había vuelto errática dejó de acudir a estos entrenamientos ya que lo que menos quería la princesa de Solaria era herir a otras hadas, pero aun así la princesa de Melodía junto a la de Andros se encargaban de decirle cual era la nueva señal.
Tras esto Stella se dio la vuelta hacía Bloom, compartió una suave mirada con la pelirroja antes de correr dándole la espalda, abandonando a las Winx. Tecna, Musa y Flora gritaron a la princesa para que volviera con ellas mientras la pelirroja se mantenía en el centro estoica, aumentando sus poderes como le había dicho su mejor amiga. Pasaron unos minutos hasta que el bosque se llenó de un silencio ensordecedor, el miedo en el aire, todas sentían la magia oscura típica de un troll acercándose hacía ellas y sabían que la única que podía luchar era Bloom pero que la magia más efectiva era la de Stella.Un gruñido rompió aquel silencio y la pelirroja giró su cabeza en busca del causante, frente a ella un gran troll de piel azul y largos cabellos negros portando una maza llena de pinchos que podría aplastar su cabeza como si se tratase de una uva.
—¡Bloom muévete!—le gritó Musa mientras ayudaba a Flora a levantarse, pero ella se mantuvo en el mismo lugar mientras el monstruo corría hacía ella.
—¡Bloom!—Las voces estranguladas y de impotencia de Flora y Tecna se escucharon con fuerza al mismo tiempo que el troll alzaba la maza.
Pero no llegó a impactar sobre el hada de Gardenia ya que con la velocidad de la luz Stella apareció, con el cetro de Solaria transformado en una espada, en la espalda del monstruo para asestar una estocada mortal. El resto de Winx soltaron todo el aire que estaban conteniendo antes de reunirse con ellas dos.
—¿De verdad creíais que os estaba abandonando? —aunque intentará bromear en la voz de la princesa había algo de dolor—Mi magia repele a los trolls pero ellos me desgastan con mucha facilidad así que lo mejor era reunir a la mayoría aquí.
—Vienen dos por ahí. —señaló Flora quien se esforzó para invocar algo de su magia—Puedo retenerlos para que acabes con ellos con la espada.
—¿Desde cuándo sabes usarla? —preguntó con los ojos brillantes ignorando el potencial peligro que tenían delante. Stella no contestó, simplemente le dio una sonrisa ladina y corrió frente a los dos trolls.
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When the sun meets fire
FantasyBloom siempre se había sentido como un pez fuera del agua en Gardenia, no conseguía conectar con nadie y solo conseguía ser plenamente feliz cuando estaba inmersa en alguna historia de fantasía mientras acariciaba a su pequeño conejo Kiko pero eso c...