CapítuloNueve

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Stella abrió la puerta de su habitación con el mayor cuidado posible para no hacer ningún tipo de ruido, era media noche, el momento ideal para escabullirse de Alfea y entrar a la escuela de brujas aprovechando que hoy celebraban una fiesta. Vio con algo de culpabilidad las camas de Flora y Bloom, ellas al igual que Musa y Tecna querían ayudarla pero esto había sido su culpa, su anillo, su responsabilidad.

Cerró la puerta de la habitación caminando con rapidez por los pasillos de la institución, iba con cuidado de no tropezar con Griselda y agradecida que su romance con Mandy le había servido para conocer los pasadizos para entrar en Torre de Nubes. Estaba en la zona baja de Alfea, iluminando con su teléfono los pasadizos cuando sintió la mano de alguien en su hombro, reconocería esa mano sin cualquier duda.

—¿Creías que te íbamos a dejar sola?—preguntó Bloom con una sonrisa igual de grande que las que tenían Musa, Flora y Tecna—Somos amigas, en las buenas y en las malas.

—No te vamos a dejar entrar en territorio de brujas sola.—apuntó Tecna cruzada de brazos con una sonrisa.

—Puede que el año pasado te metieras en la cama de una, nos aseguramos que no lo vuelvas a hacer.—bromeó Musa golpeando con cariño su hombro.

—A donde tu vayas, nosotras iremos.—añadió Flora con dulzura en su voz apretando su mano.

Te prometo Stella que cuando encuentres amigas de verdad nunca más te sentirás sola—era la frase que le dijo a Stella su madre cuando se marchó por primera vez de Solaria tras el divorcio con el rey Radius. En ese momento la rubia lloró pero más que triste estaba enfadada porque eso nunca sucedió, ella tenía amigas pero seguía sintiéndose muy sola. Ahora sintiendo las miradas de las chicas frente a ella se daba cuenta que su madre no era una mentirosa, solo debía encontrarlas a ellas. Los ojos avellanas saltaron hacía cierta pelirroja "Desde que la encontré en ese bosque no me siento sola" pensó apretando los labios.

—Entonces vamos, hay que aprovechar que están de fiesta para entrar en el lugar.—habló la princesa forzando la voz para que no notaran su emoción—Entramos por las catacumbas y de allí iremos a la habitación de las Trix.

—¿Cómo sabes dónde duermen?—preguntó Tecna quien había preparado un plano de Torre de Nube por si acaso.

—Las habitaciones de las brujas se dividen entre las mazmorras y las catacumbas, sabré dónde está mi anillo por la propia magia solar que desprende.—contestó con suficiencia mientras acercaba a Bloom a su lado—Tanto Bloom como Flora vais a notar una presión sobre vosotras, como si os estuviera drenando la magia, no os asustéis Torre de Nube es como un organismo vivo y repele la magia elemental como la nuestra.

—¿A qué te refieres con organismo vivo?—preguntó la pelirroja aferrándose al brazo de la rubia.

—Es complicado de explicar pero si atacas o molestas a la torre reacciona como alguien lo haría, así me lo explicó mi abuela cuando vine aquí de pequeña.—informó mirando a su mejor amiga con una sonrisa tranquilizadora.

Después de esa pequeña charla las chicas siguieron caminando en silencio ya había sido un milagro que Griselda no las hubiera descubierto, caminaron al menos treinta minutos hasta que empezaron a escuchar música de una fiesta. Stella se puso un dedo sobre sus labios e indicó que la siguieran, podía notar el tirón que le daba el anillo pero no era la única: Tanto Flora como Bloom sentían la magia del sol que provenía del objeto, no de donde, pero si lo podían sentir.

—Vaya pocilga.—habló Musa al entrar a la habitación de las tres brujas, un pensamiento que compartían todas las chicas.

—¡MI ANILLO!—Gritó Stella al ver la joya junto a un montón de basura.—¿Por qué tanto interés en robarlo si luego lo dejan tirado en cualquier lado?

When the sun meets fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora