🔹Cap.6 Venganza🔹

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POV DABI

Una idea realmente buena cruzó por mi cabeza pero primero debía saber si ella estaba cómoda con eso.

—Oye, ________.

—¿Qué pasa, Touya?

—¿Te gustaría hacer que mi hermano sufra, como una pequeña venganza?

—Pero, ¿cómo lo voy a hacer sufrir? No puedo dejar sin padre a ese bebé que van a tener. —emitió con ingenuidad.

—No será dolor físico, será algo mucho mejor.  —dije con una sonrisa maliciosa.

—De acuerdo, esa sonrisa que estás haciendo, solo la haces cuando tienes un plan macabro. ¿Qué tienes en mente?

—En dos días habrá una junta de prensa por parte de la agencia del viejo, así que podemos darles la noticia a la prensa de que somos pareja —ella se sorprendió pero hizo un ademán de que siguiera hablando —, le puedo decir al viejo nuestro plan que es para darle una lección a Shoto de que sus actos tienen consecuencias o alguna tontería así y nos puede apoyar.

—_______, Touya tiene razón, nunca dieron a conocer su relación con Shoto por lo que no sería para nada raro que ustedes dos estén juntos. Además varias personas los han visto muy juntos y hasta hay rumores de que son pareja.

—Mmm, no lo sé, digo, ver a este Shoto enojado me encantaría pero... ¿qué ganarías tú con esto, Touya?

—Pues —sabía que podía preguntar eso pero tenía una buena excusa —... Estos días que he estado contigo te he visto como lo has pasado muy mal y eres mi mejor amiga por lo que haría cualquier cosa por ti. Lo que hizo el estupido de Shoto no estuvo para nada bien y verlo probar un poco de su propia medicina será realmente bueno, así que —tomé la mano de ella y la acaricié un poco, sin romper el contacto visual —, ¿qué dices?

Claramente no le iba a decir que es porque llevo enamorado de ella desde hace cinco años. No quería arruinar nuestra amistad y esa era la excusa perfecta.

Se me quedó viendo fijamente durante unos segundos, como tratando de descifrar que estaba tramando y al final ladeó una pequeña sonrisa, junto con un suspiro.

—Está bien, hagámoslo. —llevé su mano a mis labios y le di un delicado beso en los nudillos.

—Entonces, ¿eres mi novia falsa oficialmente? —pregunté en un tono coqueto, soltando su mano y tomándola de la cintura para pegarla un poco a mí.

—Aunque no me lo hayas pedido formal, se podría decir que ya lo soy —contestó en el mismo tono y se acercó un poco a mí rostro—, pero cuidado con esas manos, Todoroki —se alejó de mí con una sonrisa ladina, dirigiéndose a la cocina. Sonreí de lado por su perspicacia.

—¿Qué acabo de ver? —preguntó Keigo, mirando repetidas veces a la cocina, dónde se había ido ella, y a mí.

—¿De qué?

—Por favor, si yo vi todo. Hay demasiada tensión sexual ahí.

—Claro que no. —negué metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

—¿No?, ¿Y cómo se le llama a ese cruce de miraditas?, Tal vez si no estuviera aquí habrían hecho cosas indebidas en el comedor. Le hubieras quitado la inocencia a mi niña. —dramatizó.

—No exageres, no pasó nada. Ni siquiera le intereso

—Sí, claro, sigue fingiendo que no vi nada. Esas miraditas no dicen que no le interesas. Pero cambiando de tema, al parecer alguien va a salir beneficiado de esto —comentó con una sonrisa pícara. Lo miré confundido —. No me vas a negar que esto lo haces también porque al ser pareja van a tener que darse besos frente a las cámaras y eso significa que serán muchos reporteros interesados en grabar que se besen. —comentó sin quitar esa sonrisa.

Pero tenía razón. Desde hace mucho quería probar esos labios carnosos que ella tenía y si tenía la oportunidad, ahora más que nunca lo disfrutaría. Por fin tenía una excusa por la que podía hacer eso sin arruinar nuestra amistad.

—Tienes razón, pero ni se te ocurra decir algo o —de mi mano saqué una flama de fuego para amenazarlo —... no tendrás tus preciadas plumas, ¿de acuerdo?

—Sí, lo sé, no voy a decir nada. Tranquilo. —respondió un poco asustado y deshice el fuego en mi mano.

—Muy bien. —en eso llegó ________ con las servilletas para comer todos juntos.

—¿De qué hablaban, chicos? —preguntó ella sonriendo.

—De nada interesante. —solté mirando amenazante al pajarraco.

—Oh, bueno, entonces, Keigo, quédate a comer con nosotros, ¿sí?

—Si me lo piden así no me puedo negar. —contestó pasando su brazo sobre mis hombros, acomodado. Rodé los ojos por su exceso de confianza y quité su brazo para acercarme a ella.

El resto de la tarde nos la pasamos comiendo mientras platicábamos más acerca del plan.

INFIDELIDAD-Dabi x tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora