𝟶𝟷𝟸

353 32 19
                                    

Un poste especial.

Terminando de escribir lo último en su ensayo para comenzar con su presentación que tenía en unos días para una clase, recostado en su cama con su escritorio un poco desordenado por su afán de hacer rápido sus tareas. Mirando su celular en dónde solo había una foto.

Una hermosa pelinaranja en medio de un campo verde mirando al cielo. Esa era la foto de perfil de Nami, el rubio miraba tan encantado esa foto, era tan diferente a la Nami que el conoció; una con su hermoso uniforme y poniendo en orden ese restaurante.

Miro los mensajes que tenía con ella, eran bastante pero eran más que nada cortos y sin mucha fluidez en la conversación, aunque había veces en que Nami hablaba mucho con él y la conversación seguía y seguía; llegando hasta la madrugada, la chica no se había conectado desde la mañana. Seguramente estaba muy ocupada.

Nuevamente estaba en su escritorio estudiando, tenía su mente en sus tareas pero de igual manera tenia otros pensamientos, mientras leía sobre el tema de su presentación igual recordaba lo poco que le dijo la hermana adoptiva de Nami. "Adora las mandarinas, es su fruta favorita"

—Mandarinas...—Dijo para si mismo.

Terminando de estudiar hasta altas horas de la noche pero no tenía mucho sueño, aún teniendo esa fruta en su pensamiento. Buscando comidas con esa fruta. Tal vez podría ganarse el corazón de Nami con deliciosa comida.

Vaya, habían muchos postres y deseaba prepararlos todos.

[...]

Fue la primera en llegar al local, como ya tenía la llaves, lo abrió. Dejando sus cosas en su casillero pero sin aún cambiarse sus ropas, limpiando lo sucio que se dejó el restaurante anoche por su afán de irse rápido. Recogiendo algunas basuras cuando alguien tocó la puerta, pensó que era uno de sus amigos pero fue su sorpresa de encontrarse con ese rubio.

Cómo aún no había prendido las cámaras de seguridad, le dio permiso de entrar aún sin ser empleado.

—¡Sanji kun! ¿Qué haces a esta hora? No deberías estar dormido o en camino a tus clases?—Pregunto Nami, el chico solo le sonreía. Comenzando a buscar en su mochila, hasta que dejo ver una pequeña lonchera que tenía unas mandarías dibujadas.—¿Mm?

—Nami chan, esto es para ti, un regalo de mi parte para una hermosa dama como tú.

Nami estaba sorprendida por el detalle, tomando esa pequeña lonchera, no sin antes sentir como Sanji acaricio por un segundo su mano, esto la puso un poco nerviosa, cada acción que involucrara darle cariño le daba vergüenza. El chico rubio solo le sonrió, dando la vuelta, saliendo del restaurante no sin antes decirle un hermoso 'adiós' a la pelinaranja. La chica se quedó mirando unos segundos lo que el rubio le había traído.

Dejo la pequeña lonchera con cuidado igual en su casillero. Tomando la escoba cuando se volvió a escuchar la puerta, pero esta vez era Luffy un poco dormido.

El día ha pasado de lo más tranquilo para el mcdonald's. Clientes normales para los desayunos y preparar todo para los almuerzos y las hamburguesas, está tarde llegó el gerente a vigilar algunas cosas. A veces ese señor puede dar un poco de miedo para todos, Crocodile puede llegar a ser un poco estresante con la perfección.

Era la hora de su almuerzo, cambiando de turno con Kaya, sacando su almuerzo que le hizo su madre y de igual forma esa lonchera que el trajo Sanji, estaba curiosa por ver que era, Robin y Chopper eran quienes la estaban acompañando a comer, terminando su comida salada, lista para abrir la lonchera.

Solo para encontrarse con un hermoso postre de mandarina, con crema y pastel. Estaba sorprendida al igual que sus amigos, vaya que era tan hermoso que daba lastima destrozarlo para comerlo, con cuidado de no dañar aún la imagen del postre lo probó.

¡Estaba delicioso! Era tan delicioso que ya no le prestó atención a la imagen, dándole a probar a Robin y Chopper los cuales igualmente les gustó, ese postre tenía algo especial algo que le encantó a Nami, al terminarlo y regresar los cubiertos a la lonchera; claro después de lavarlos. Encontró una carta.

" Espero que te guste este postre, soy un gran chef pero no soy muy bueno con las cosas dulces, por favor dime qué te gustó. Nami chan. "

—Creo que le gustas a ese chico de ceja rara, Nami.—Dijo Robin al ver la pequeña sonrisa y sonrojo que tenía su amiga al leer esta pequeña carta.

—Si creo que sí.

—¿Y tú Nami? También te gusta ese chico?

Pero su pregunta no recibió respuesta, solo una nerviosa Nami cambiando de tema, pero vio perfectamente tomar un lapicero de la caja y una servilleta, seguramente, escribiendo la respuesta para ese delicioso postre.

Le gustaría seguir mirando a esa Nami tan enamora como la estaba mirando en estos momentos. Pero acaba de llegar otro cliente al restaurante.

[...]

Sanji encontró a mcdonald's para recoger la lonchera para irse a casa, con quién se encontró fue con su linda chica pelinaranja. Siendo recibido por una sonrisa.

Sentado en una mesa cuando fue sorprendido por Luffy casi saltando de la alegría, mirando de un lado a otro para luego verlo triste.

—Hola Luffy, ¿Por qué tan triste?

—Pensé que Zoro estaba contigo, por cierto, hola Sanji.

El rubio dio un pequeño suspiro, vaya que ese tonto marimo logro tener la atención de ese azabache extrovertido.

—Zoro se tuvo que quedar hacer algunas cosas para un seminario, tal vez salga un poco tarde por todo lo que necesita hacer.—Dijo, lo que dejó al azabache un poco preocupado.—¿Qué pasa Luffy?

—¿Y si alguien le hace daño a Zoro si sale muy tarde?

—Tranquilo, ese tonto es muy fuerte y no deja que nadie le roba tan fácilmente, sabes me hiciste recordar una vez que–

—¡Luffy!—Un grito interrumpo la charla,  ahí estaba Nami con la lonchera en sus mano y enojada.—Te dije que llevarás las carnes a la nevera no al congelador.

—Es lo mismo para mí.—Dijo despreocupado pero al ver cómo Nami estaba preparando su puño para un golpe lo hizo salir corriendo a reparar su error.

—Perdón Sanji kun, a veces puede ser un niño en el cuerpo de alguien que tiene diecinueve años.—Dijo apenada.

—Tranquila, no me molesta de hecho me agrada, solo estaba preguntando por su noviecito verde.

Levantándose de la mesa, la pelinaranja le dio la lonchera que claramente estaba bastante liviana. Eso le hizo feliz, eso quería decir que Nami comió su pequeño regalo pero antes de irse la chica lo tomo de su hombro. Lo empujó un poco hasta quedar a su altura.

Recibiendo un beso por parte de la chica en su mejilla, estaba muy sonrojado.

—Estas ganando puntos, Sanji kun.

Otra vez un beso, lo soltó y camino de vuelta para la caja, el rubio al verla alejándose estaba muy apenado por esas acciones de Nami, claramente no se esperaba un beso por parte de ella. Estaba tan feliz, casi saltando de la alegría y sus ojos se veían corazones. Nami miraba todo eso aún teniendo su sonrojo.

—¿Qué le pasa a Sanji?—Pregunto Chopper, causando al risa de Nami.

—Esta feliz es todo.

Y vaya que lo estaba, saliendo del local tan feliz, le pedirá a Zeff que le enseñe más sobre los postres e investigará más recetas con mandarinas y naranjas. No podía estar más feliz que estos momentos. Y mas a la hora de llegar a su casa y ver la 'carta' de Nami.

" Tienes un don para la cocina, estaba delicioso, te gustaría venir a cocinar junto a mi madre y mi hermana? Les comente por mensaje tu postre y desean probarlo. Gracias Sanji <3 "

El corazón de Sanji estaba que se salía de su pecho.

Un mensaje le llego a Zoro, era una foto, la carta de Nami a Sanji junto con un mensaje de voz del rubio burlándose del peliverde por no tener una carta de amor de su noviecito azabache. 

McDonald's RestaurantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora