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A veces el reír le gana a la belleza.

El sonido de la alarma, algunos pocos sonidos de sus vecinos y la poca luz que emitía su propio teléfono fue lo primero que vio Usopp al despertar. Eran las cuatro de la mañana, era bastante temprano. Sentado en su cama recordó lo que hablo con sus amigos.

Ya en la mesa sus sentimientos por Kaya tenía que hacer algo, Sanji solamente decía lo lindo que era al igual la importancia de la belleza física, ser un caballero y ser hermoso eran lo más importante. Usopp podría ser que fuera caballero pero, personalmente, no se veía como una persona atractiva como Zoro o Sanji.

Mirándose al espejo, miro su cabello rizado, estaba muy esponjado, miro su barba, estaba muy desagradable y desordenada. Dando un fuerte suspiro, limpiando su cara y dientes. Tomo lo poco que tenía para poderse arreglar. Le costó un poco controlar su cabello pero finalmente, no era la gran cosa pero estaba mucho mejor que tenerlos suelto, en una coleta se veía mucho mejor, comenzó a cortar lo poco que tenía de vello facial. Mirando algunas ideas en internet de como mejorar esa poca barba que tenía; todo acabo dejando un triángulo bajo su labio hasta su barbilla. Se miró bien, la verdad, se veía mucho mejor que regularmente.

Alistando sus mejores ropas, aunque tuviera pocas, eran las cinco y un cuarto, aún tenía tiempo, antes de salir de su pequeña casa se vio nuevamente al espejo, estaba bien pero sentía que le faltaba algo. Buscando algo en la habitación de chatarra encontró un sombrero blanco, quitanto un poco de polvo.

Al tener ese sombrero se vió mucho mejor, tenía ese sentimiento de confianza en su imagen que muy pocas veces tenía.

Salió con una gran sonrisa y con su pequeño cambio de estilo.

Al llegar a la universidad algunos chicos le dijeron que se veía mucho mejor de esa forma al igual que recibió muchos alagos y cumplidos de chicas y compañeras en sus clases, llegó a su primera clase. Sanji al entrar vio a Usopp.

Vaya que estaba muy bien, ambos amigos se saludaron con grandes sonrisas; la clase comenzó.

[...]

Comiendo su almuerzo que le preparo Merry está vez pero se sentía bastante mal, había llegado una familia que molesto a todos, incluyendo al mismo gerente, escucho todos esos insultos y quejas de esas personas, Luffy la intentaba de animar pero Kaya seguía con esa mirada un poco triste.

—¡Vamos Kaya! No estés así de triste, eres mucho mejor cuando estás feliz.—Dijo Luffy aún tratando de hacerla reír.

Kaya le dió una pequeña sonrisa pero seguía con esa tristeza.

—No te quedes así Kaya, solo fueron personas que no tienen nada mejor que hacer que molestar a chicos como nosotros, además hasta el mismo gerente les dió su merecido. Deja de tener esa cara.—Dijo Nami uniéndose en el plan de animarla.

La rubia miraba su comida sin mucho ánimo.

—¿Doctora san?—Pregunto Robin.

—Se que son personas malas pero... No puedo evitar sentirme mal...

—Kaya...—Chopper le dió un pequeño abrazo.

El grupo se quedó en silencio, era verdad que esas personas si que los trataron verdaderamente mal. Lo único que podían hacer era esperar que nunca regresen, la hora de comida terminó.

Aunque ya tenía una sonrisa en su rostro, seguía teniendo ese sentimiento de dolor en su pecho, atendiendo a las personas son amabilidad y anotando las órdenes del autoservicio y domicilios. Seguía igual de triste. Las horas pasaron, el lugar estaba tranquilo, solo habían tres mesas ocupadas y las personas estaban muy tranquilas.

McDonald's RestaurantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora