XIII

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Pedri, Pablo, Eric y Nico estaban en mi casa, sí

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Pedri, Pablo, Eric y Nico estaban en mi casa, sí. No sé cuándo exactamente empecé a llevarme muy bien con los dos últimos. Me dijeron que querían hacer lo del tweet que subiera hace unos meses, leer sucesos paranormales que le pasaron a mis seguidores. Me encanta hacer ese tipo de contenido, y a mis bananitas les encanta verlo.

Gavi y yo intentábamos disimular lo máximo posible lo de que nos gustábamos y que estábamos en algo. Pero se nos hacía muy difícil, sobre todo él. Siempre se quedaba viéndome, a veces pone excusas como: "A ver tus manos", y después se quedaba agarrado mi mano hasta que alguien nos hablaba, si eso pasaba Gavi se asustaba y me soltaba como reflejo. Pedri de vez en cuando lo notaba y me hacía miraditas. También me rozaba con su pierna, porque se sentó a mi lado para hacer el stream.

一 Hola hola, vengo con sorpresita, jeje.

El chat empezó a revolucionarse al notar que no estaba sola. Los chicos estaban perdidos y no sabían a qué pantalla mirar. Eso hizo que el chat se riera un poquito de ellos. Pero para que Pedrito Picapiedra no se pusiera modo orgulloso, les dije que no se rieran, que había un picado en el grupo.

一 Bueno, gentezuela. Hace unos meses os dije que me mandáis algunas de vuestras historias paranormales para luego yo leerlas y reaccionar a ellas, pero parece que no solo yo voy a reaccionar. Porque esta gente no son maquetas, para vuestra sorpresa. Decir hola a YouTube, porque luego esto lo voy a subir al canal.

一¿Podemos empezar ya? 一preguntó Nico ansioso.

一Calma chiquillo. Primero, tenemos que escuchar una canción de Duki y cantarla todos juntos. Gracias.

一 Vale, pero rapidísimo.

一 Pues la de No Me Llores.

Pusimos la canción y todo el chat estaba cantando conmigo, mientras yo daba saltos por toda mi habitación y los cuatro chicos estaban en shock por mi energía.

一¡QUIENES SON PA' METERSE EN LO NUESTRO! ¡ESTA ES LA CANCIÓN CON LA CUAL TE PENSABA!

Cuando la canción terminó, parecía que venía de correr la maratón. Entonces sí que ya empezamos.

一 ¡Yo quiero leer la primera!一 gritó emocionado el canario.

一Pues vale, toma.

Le di mi móvil y él empezó a leer la historia. La verdad es que le pone mucha emoción.

一 Hola Aitana. 一Pedri miró a la cámara con una cara muy seria y dijo: "No soy Aitana", para luego continuar. 一 Esto me pasó hace unos 2 años, por ahí. Yo tengo las típicas luces led de colores, que se cambian con un mando; el cual esta la mayor parte del día en un cajón de mi mesa. Bueno, pues un día cuando entré en mi cuarto, las luces estaban encendidas y yo no había sido, porque no suelo encenderlas mucho. En ese momento no le diera mucha importancia, así que ya que estaban las dejé encendidas y me tumbé en la cama con el móvil. Pero de repente el color de las luces cambio, e insisto con lo de que sin el mando no se puede cambiar el color. Me levanté y miré a ver si el cajón estaba abierto, pero no. Estaba perfectamente cerrado. En ese momento me cagué pata abajo y pata arriba y me fui corriendo a la habitación de mi madre se lo dije y ella también se cagó un poco, así que las desenchufó y ahora ya no tengo ni las luces en mi habitación.

一Voy a confiar en mi teoría de que las pilas del mando estaban en modo discoteca. 一dice Pablo todo serio. Yo no pude evitar reírme.

一Bueno, ¿ahora quién lee?

Eric levantó la mano. Sí, como si estuviera en el colegio. Me pareció un gesto muy tierno.

一 Hola Aitana. Te voy a decir una historia que me pasó de pequeña, aunque yo no la consideraría de sucesos paranormales. Bueno, pues yo siempre voy de viaje con mis padres, y cuando tenía sobre 6 años, mis padres me llevaron a una casa de unos amigos suyos. Al llegar a la habitación en donde íbamos a dormir, mi hermana eligió la cama que quería. Y donde ella durmiera tenía que dormir yo, pero yo vi a una señora vestida de un azul marino y se lo dije a mi familia. Ellos se cagaron y yo terminé durmiendo con mi madre en la otra cama, y mi hermana con mi padre en la que supuestamente estaba la señora. Al día siguiente, mientras desayunábamos con los dueños de la casa, mi madre les dijo lo que yo había visto y entonces, ellos le respondieron de que su madre, cuándo muriera su marido; solía dormir en esa cama. A partir de ahí, nunca más volvimos a dormir con ellos en esa casa, ahora vienen a la nuestra. Un besoo.

一Vale, ¿podemos hablar, de que tu padre y tu hermana durmieron encima de la señora?

Los cuatro chicos se empezaron a reír.

一Yo llego a ser alguien de tu familia, cojo las maletas y me voy pitando de allí. Ni cambiar de cama ni ostias.一dice Nico.

Nos pasamos un buen rato leyendo las historias paranormales o sin explicación que le pasaron a mis bananitas. Algunas más que darnos escalofríos, me dieron ganas de llorar. Porque hubo mucha gente diciendo cosas de que sintió y pudo hablar con su abuelo que no llegaran a conocer, y sinceramente; me pareció muy bonito.

Como aun nos quedaba tiempo, los chicos quisieron jugar conmigo al Poppy Playtime y como todos querían jugar y éramos muchos, pues nos fuimos turnando. Nos partimos de risa cuando le tocaba jugar a Nico, era un cagado. Mientras yo jugaba, Gavi no paraba de darme golpecitos con la pierna, que lo único que hacían eran ponerme nerviosa y desconcentrarme.

Cuando él jugaba, yo aprovechaba que el resto de los chicos estaba haciendo el mongolo por detrás de la sillas; para girarme y al hacer tal acción apoyarme en su pierna. Noté como Pablo se ponía tenso como unas 6 veces.

Proyecto Incierto | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora