4 de octubre
Tom mantuvo su mirada en la computadora, cambiaba lentamente las fotos de el modelaje del día anterior, sus ojos se desviaron a Scott cuando noto el plato de galletas dejado junto a su computadora y le sonrió cansadamente.
— Come algo y deja eso ya, ven a pasar tiempo con nosotros — Sonrio el de ojos grises inclinandose para dejar un beso en la mejilla de su esposo
Tom lo tomo de las caderas y lo tiró hacia su regazo, escondiendo su rostro en su cuello, dejando pequeños besos ahí — En un rato termino, y voy a darte atención, bebé
— Mhm — Scott soltó una baja risa abrazando el cuello del moreno — ¿Mucha atención?
— Mucha — Sonrió Meyer dejando un corto beso en los labios del castaño antes de dejar que se levantará
Dejo una rápida nalgada en el trasero de su esposo y intento ocultar su sonrisa cuando Scott lo miro, Baker salió de su estudio y Tom se volvió a acomodar para intentar terminar, odiaba llevar trabajo a casa, pero con el tema de la adopción había dejado mucho trabajo pendiente. Solto un largo suspiró y hizo tronar su cuello dando una mirada a la puerta cuando está se abrió lentamente, lo ignoro, Scott siempre dejaba la puerta junta y está terminaba abriéndose por el viento de la sala.
Estaba tan concentrado observando las fotos que cuando vio la pequeña mano apareciendo del costado de su escritorio y robar una galleta, lo hizo saltar, se inclino para mirar el costado, observando al niño castaño de mejillas gordas llenas de migajas.
Los ojos verdes del pequeño se juntaron con los suyos, y recibió una pequeña sonrisa de su parte.
— Alexis — Suspiro Tom y elevó al niño de cinco años del suelo — Sabes que no debes entrar aquí
— Lo siento, Tom — río suavemente el pequeño — Quedia una galleta
Meyer nego con una sonrisa, bajando de nuevo al niño para entregarle el plato — Ten, comparte con tu hermana
— Sip — Asintió el pequeño y tomo una galleta para dársela a Tom, caminando con cuidado fuera del estudio.
Alexis y Maddie eran, ya hace un par de días, sus hijos legalmente, una niña de once años, y un niño pequeño de cinco, niños que fueron dejados cuando tenían uno y siete años, llevaban tiempo con ellos, yendo siempre que se podía a aquel orfanato que Scott había elegido.
Scott estaba tan encariñado con esos pequeños, tan poco tiempo y los adoraba a morir, era una etapa nueva que pasaba con su esposo y estaba siendo perfecto. Llevo sus ojos hacia la niña que hacia sus tareas con cuidado sobre la mesa, su cabello largo y liso, de un castaño claro, sus ojos cafés claros y pequeña pecas sobre sus mejillas gorditas, siendo una niña algo se sobrepeso.
Maddie quizás fue la que más se rehusó a la adopción, tanto por su corazón roto por el abandono de sus padres, cómo el encontrar raro que dos hombres estén juntos, pero poco a poco parecía mas encariñada con ellos, llegando a preguntarse porque querían a una niña tan grande, cuando comúnmente las familias adoptaban niños pequeños y hasta bebés.
Scott tenía la respuesta para eso desde el minuto uno, había querido adoptar siempre a un niño o niña de edad porque sabía que eran los que menos personas desean adoptar, y el vio en Maddie una niña hermosa, algo tímida, pero tenía una sonrisa tan bonita que hacía sonreír a Scott, y lo más sorprendente para el castaño, es que hacía sonreír a Tom.
Alexis en cambio era un niño más revoltoso, cariñoso con las personas que a él le agradaban, siendo algo más serio con gente desconocida, su cabello era castaño y algo revoltoso, Scott lo había intentando peinar pero era imposible, ojos verdes y mejillas apretables, algo bajito para su edad, y gruñón al no obtener lo que quería.
— Ya termine — Suspiro Tom entrando a la cocina, dió una mirada a sus dos hijos, Alexis estaba sentado junto a su hermana, el plato de galletas vacío y el pequeño bebía de su vasito de jugo con desesperación — Alex, no bebas tan rápido
— Tom ¿Me ayudas? — Pidió la niña exteneidbo su cuaderno
Meyer se sentó junto a la niña y tomo el cuaderno para observar lo que hacía, tomo con cuidado el lápiz en su mano y comenzó a explicarle intentando ser lo más paciente del mundo. Scott seco sus manos y observó a su esposo con una sonrisa, quizás la imagen más bonita que podría ver era a su cubo de hielo, ayudando a su hija, mientras su hijo seguía bebiendo de su vaso.
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Tiempo que no se sabía de estos dos personajes
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Ziam redes 3 (Ziam)©
FanficLeer la parte 1 y 2 Zayn: Odio tanto las compras navideñas Papi oso: Me case con el Grinch Zayn: Ja ja Zayn: Se supone que deberíamos hacer esto juntos Papi oso: Zayn, acabas de despertar Papi oso: Iremos juntos hermoso LiamTops