Nuestra 1° Videollamada

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Un simple recuerdo de una tarde con una persona a la que conocí hace unos meses. Una persona a la que, como yo, le excitaba el sexo escrito, imaginando, describiendo, pero con la que llegué más lejos.
Andaba leyendo los relatos de sexo virtual y me hicieron venir a mi cabeza los recuerdos de una amiga que tuve hace ya unos cuantos meses.

En aquel entonces yo solía entrar muy a menudo en chats calientes, siempre me han gustado los relatos y me fascinaba poder encontrar una chica con la que desarrollar uno, conocernos un poco, charlar, compartir experiencias y acabar con un buen, divertido y placentero orgasmo virtual. No buscaba nada más, no estoy especialmente interesado en imágenes porque me gusta desarrollar la historia o el encuentro de manera imaginativa, puedes imaginarme como quieras, yo puedo imaginarte como yo quiera.

En esas estaba cuando la conocí a ella, su Nick era «Peque7u7», en un principio conversamos y nos masturbamos juntos alguna vez, hasta que, poco a poco fuimos cogiendo mayor confianza. Tal eran las ganas de vernos que entraba casi a diario (o sin casi) a las salas de chat a buscarla y ella hacía lo mismo.

La primera vez que me ofreció sexo por teléfono me dijo que no me asustase porque estaba acatarrada y tenía voz de camionero, me hizo dudar un poco, pero decidí aventurarme a llamarla y oír su voz. Bendita decisión que tomé, pues aunque tenía razón con lo de su voz se notaba que era una chica.

En aquel entonces decidimos comunicarnos por Zoom como método , aunque tampoco faltaban otras redes sociales . Aunque la mayor parte de la comunicación era en Zoom como he dicho, nos dejábamos mensajes que esperábamos que la otra parte viese, con una hora o con un recordatorio tales como «hoy saldré de fiesta, llegaré a las X, seguro que llego cachonda, espero que estés para corrernos antes de dormir», no éramos novios ni mucho menos, pero disfrutábamos, eso si, del sexo virtual.

Unas veces, si teníamos tiempo, nos montábamos un relato, otras tan solo cibersexo, salvaje, sucio. Sin buscar nada más que una paja/dedo rápidos. Con ella descubrí las palabras sucias durante el sexo, a ella le encantaba y, pese a que en un principio me daba corte, durante todo ese tiempo me fui soltando.

Hecha la introducción y habiendo metido a los que hayáis aguantado hasta aquí en antecedentes, recuerdo muy especialmente un día en concreto.

Ese día yo estaba en casa como cualquier tarde normal, siempre buscábamos ser discretos dentro de nuestros calentones y vicios. Aquel día tenía abierto el Zoom cuando ella me escribió, un saludo cordial y formal por si yo no estaba frente al PC nadie sospecharía.

Conversamos un poco, solo para decirle que lamentaba no poder «atenderla» ya que no estaba solo en casa, tenía un compañero esa tarde. Como habréis deducido, efectivamente, me he pajeado en casa más de una vez. Y huelga decir que en aquel entonces, un simple saludo de Peque7u7 o solo verla conectada, eran suficientes para despertar mi excitación, pues mi polla sabía que iba a pasar y se ponía dura para ella.

Entre risas y comentarios subiendo de tono me dijo que bueno, ya que yo no podía pajearme si podría ayudarla a ella a hacerlo, su idea no me pareció mala, aunque sabía que me iba a poner cachondisimo.

En eso nos pusimos, a narrar como la desnudaría, como lamería todo su coño arrancándole los gemidos que tanto me excitaban por teléfono. Le describía como empezaría despacio, encima de mi mesa probablemente, a saborear todo su flujo, enterrando mi cabeza entre sus piernas, ella no se callaba, pues también escribía, como la chuparía, como haríamos un 69 en el suelo de la oficina, empapándonos de saliva y de flujos.

Mi excitación era palpable y se lo hacía saber, sentía que casi sin tocarme iba a correrme de un momento a otro, yo no corría peligro, pues mi compañero estaba delante de mí y en caso de levantarse, podía minimizar la pantalla y seguir con mi Excel.

A los minutos de estar charlando en Zoom, me lanzó una solicitud de video, yo acepté ya casi totalmente fuera de mí, sentía mi polla llamando, clamando por mi mano, o por su coño. Peque7u7  tenía un cuerpo espectacular,  sabía disfrutar del sexo, era una persona liberal a la que le gustaba masturbarse, le gustaba el sexo y no tenía reparos en hacerlo ni demostrarlo, eso me volvía loco.

Ella estaba totalmente desnuda, masturbándose, abría sus piernas y la veía introducirse los dedos mientras estrujaba sus tetas, ponía cara de vicio y en mi mente, viendo su boca abierta resonaban sus gemidos y jadeos. Obviamente, yo no tenía audio, pero mi cara debía de ser un poema, ella se sentía divertida, de vez en cuando se acercaba a la pantalla y me escribía alguna guarrada, yo seguía describiendo como me la estaría follando en esos momentos.

En primer lugar masturbando ese coño tan tragón y hambriento que tenía ese día, haciéndolo chapotear, el sonido acuoso de su coño al meterse los dedos me tenía loco y no eran pocas las veces que le pedía escucharlo cuando lo hacíamos por teléfono. Luego,  sintiéndome abrazado por sus piernas, penetrándola, con fuerza, en esa postura en la que estaba en el video.

La excitación de ambos era total, por el morbo, entre otras cosas de la situación, ya que estábamos «follando» con alguien en casa, algo que nunca había hecho, es en ese momento cuando le comenté que en cuanto acabase, me iría al baño a pajearme y ella, pícara y viciosa como era, me enseñó su teléfono, una clara invitación. Cerré el Zoom, por si acaso, y, alegando una indisposición bajé las escaleras y recorrí como pude hasta el baño.

La llamé casi temblando de la excitación, ella descolgó casi al instante y, aunque tratando de controlar el volumen, empecé a gemir y jadear como no había hecho en mucho tiempo, ella también, aunque más alto y más libre. Las palabras sucias iban volando entre ambos; «fóllame cabrón», «quiero llenarte puta, quiero que me sientas dentro de ti», «jódeme», «eres una viciosa, mira lo que has conseguido, estoy pajeándome en la oficina con alguien cerca, joder» y lindezas de ese estilo.

En esos momentos, llevábamos no se cuanto tiempo de «preliminares» y, en verdad, duramos más bien poco pajeándonos por teléfono, pero, la corrida fue espectacular, me contuve cuanto pude, pero supongo que gemí más de lo que hubiese debido, ella se corrió también con un vicio que pocas veces le había visto.

Me dijo que me vistiese y volviese , así hice tras limpiarme y limpiar el estropicio que hice, se conectó de nuevo ya más relajada y nos despedimos hasta otra ocasión.

Buscando a CamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora