sábados eran fijos de mañanas con olor a café y desayunos juntos. Tostadas y mermelada, televisión de fondo hasta que tu té estuviese listo y fuese a despertarte.
así llegabas a la sala, siendo cargada por él al pedirle que lo haga. Pero ya no quería soltarte, estabas calentita y esa mañana de otoño, Johnny estaba cariñoso.
se sentó contigo en su regazo, bebiendo de su taza de café y dándote tiempo de despertar. Le encantaba tener a un suave y tibio koala sobre él, balbuceando que las noticias eran aburridas y que tenía suficiente depresión con solo vivir para mirar un noticiero.
---- buenos días, darling..
ese maldito sobrenombre, la forma dulce en la que lo decía, tan adorable y cariñoso. Como si fuese una cucharada de miel en tu boca, simplemente encantador.
te derretía con sus caricias en su espalda, metiendo su mano debajo de tu camisa de pijama y pellizcando con delicadeza para sacarte risas.
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