Protección

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Los ojos de Lily estaban cansados de tanto llorar. Estaba molesta; se sentía frustrada y dolida con su familia, sobre todo con su papá y su hermano que nunca le darían la oportunidad de demostrar lo que ella podía hacer y por lo que llevaba años preparándose.

Esa mañana se había despertado más tarde de lo acostumbrado, la victoria del juego de la noche anterior la había dejado agotada y el domingo siempre era su día descanso y preparación para la siguiente semana. Cuando se disponía a bajar a desayunar escuchó la voz de su hermano James que entablaba una conversación con su padre, se sorprendió mucho ya que él solía visitarlos pasado medio día, así que aceleró su paso para encontrarse con ellos.

—¡Lily!—sonrió su hermano, cambiando su aspecto de inmediato—¡Felicidades por el partido de ayer!

La chica lo miró sospechosa para después ver a su padre que le estaba sirviendo una taza de café.

—Ni siquiera fuiste—protestó.

—No, pero ya estás en todos los periódicos—le lanzó el profeta—y como no estarlo si es mamá la corresponsal de esa sección.

Lily ignoró el comentario y se percató de como su hermano guardaba un sobre en su bolsa trasera del pantalón.

—¿Quieres algo de desayunar? —preguntó su padre.

Esta negó con la cabeza y en el primer momento de distracción, arrebató lo que su hermano escondía y se apresuró a quedar detrás de la mesa para que no se lo pudieran quitar.

—¡Lily! —la reprendió Harry.

Pero esta no lo escuchó. Leyó rápidamente el documento y una sonrisa se le formó en sus labios mientras susurraba la palabra "Genial".

—¿Cuándo nos vamos? —agregó inmediatamente—¿Cuánto durará la misión? Necesito organizarme bien con el equipo....

—No vas a ir—la interrumpió Harry abruptamente ganándose la mirada de su hija—es muy pronto para ti.

—¿Muy pronto? —repitió incomoda—James fue a su primera misión cuando seguía en la academia.

—Y tú también has ido—alegó su padre.

Lily se dejó caer en la silla.

—Papá, estoy cansada de deshechizar casas. He aprobado todos mis niveles de forma exitosa, ustedes saben mejor que nadie que todo ha sido por merito propio, que incluso yo hice exámenes para ingresar a la Academia, no como tú o como Teddy.

—Lily...—quiso intervenir James, pero su padre lo detuvo con una mano.

—No te podemos exponer de esta forma—explicó Harry—no sabemos a qué nos enfrentamos.

La paciencia de Lily se estaba perdiendo. Ahora se encontraba dando vueltas en la pequeña cocina.

—Yo sé eso, lo he sabido siempre—apretó los dientes—estoy dispuesta a correr el riesgo.

—Pero yo no, ni como jefe de aurores ni como tu padre.

Tuvo que morderse el labio para evitar llorar frente a ellos, este le temblaba al igual que sus manos. Asintió con la cabeza y tragó saliva.

—Que regresen con bien.

Fue lo ultimo que dijo antes de volver a su habitación. Sabía que su mamá no tardaba en llegar y querría hablar con ella, así que bloqueó su puerta con encantamientos y dejó que las lagrimas contenidas fluyeran sobre su rostro. Habría seguido así toda la tarde si una lechuza, que conocía a la perfección, no hubiera golpeado en su ventana.

Lo único que séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora