De vuelta a la realidad

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Scorpius seguía durmiendo, sin playera y boca abajo, cuando escuchó las llamas de su chimenea dar entrada a alguien en su casa. Solo dos personas tenían la confianza de llegar sin avisar, pero uno de ellos estaba en Rumania, así que se trataba de Rose Weasley. Se levantó rápidamente y se colocó una camiseta al mismo tiempo que caminaba hacia su cocina.

—Es casi medio día—lo saludó su amiga —parece que estuvo bien la fiesta.

Se saludaron con abrazo y un beso en la mejilla.

—Y seguiría durmiendo si no hubieras aparecido—agregó Scorpius.

—¿Te molestó que viniera?

—Para nada, ¿quieres un café?

La chica asintió y se sujetó su largo cabello castaño en una coleta, mientras su amigo prendía la cafetera.

—¿Sabes dónde pasó Lily la noche? —preguntó directamente Rose—mis tíos están sumamente preocupados, Harry estaba por llamar a los aurores, pero convencí a Ginny de que me dejara venir primero a averiguar contigo y ella convenció a Harry.

—Está en el cuarto de huéspedes—explicó mientras pasaba la taza y los complementos—No me mires así, estaba muy borracha para aparecerse y se quedó dormida al llegar aquí.

La castaña siguió con una mirada acusatoria y la escena siguiente no ayudó a lo contado por Scorpius. Lily apareció en la cocina con su vestido rosa, el maquillaje corrido por toda la cara, su cabello enredado y una varita en la mano.

—¿Qué pasó anoche? —apuntó acusatoriamente a Scorpius—¿Por qué amanecí en tu casa?

Ni siquiera saludó a su prima que ya se había puesto de pie junto a ella.

—Lily, tranquila—pidió Scorpius con voz calmada—¿no recuerdas nada de anoche?

Los ojos de Lily mostraron terror. Rose movía su cabeza de un lado a otro intentando entender qué pasaba.

—¿Qué hiciste conmigo? —prestó

—Evitar que sufrieras despartición—explico calmamente—en serio, baja tu varita.

—Puedes aplicarle legeremancia—sugirió Rose.

—Rose...—la miró Scorpius molesto, pero al ver que la pelirroja no bajaba su varita se acercó a ella para que entrara a su mente—esto es absurdo.

La pelirroja se concentró y comenzó a ver todos los recuerdos de la noche anterior. La fiesta, la bebida, el baile y se vio a ella misma acostada en el jardín mientras Scorpius caminaba a darle un vaso con agua para después dirigirse a su departamento donde se quedó dormida y él la llevo en brazos hasta una habitación, en seguida la dejó dormir y él se dispuso a hacer lo mismo, hasta que Rose llegó. Entonces, retiró su varita.

—¿Contenta? —preguntó el rubio.

Pero Lily no lo estaba en absoluto, sus mejillas tomaron el mismo color que su cabello. Miró a Scorpius y luego, sumamente apenada, a Rose que la interrogaba con la mirada. Se limitó a asentir con la cabeza para responder.

—Me tengo que ir—murmuró—gusto en verte Rose.

La vieron desaparecer a través de las flamas moradas y ambos intercambiaron miradas.

—Pensé que en estos meses algo se había arreglado entre ustedes—confesó la castaña.

Scorpius suspiró y se sentó a lado de su amiga a tomar café.

—Intenté volver a tener contacto con ella con el pretexto de planear la boda, solo una vez aceptó y en seguida encontró una solución para no verme justificándose que tenía muchas cosas que hacer. Ayer tuvimos oportunidad de hablar, pero como siempre cambió el tema y después estaba muy borracha.

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