Parte 16

1.3K 77 5
                                    

Llegábamos a Mónaco después de un no muy largo viaje en avión de Austria a Mónaco. Max estaba instalado en Montecarlo, dónde también se encontraban sus amigos que me presentó hace tiempo: Lando, Charles, Carlos, Pierre...

Despedirme de mamá fue algo duro. Nos echamos a llorar y no paramos hasta que en el aeropuerto llamaron por nuestro vuelo. Era la primera vez que to me alejaba de ella, la primera vez que yo estaría en un país y ella en otro. Me costaba creer que esto estuviera pasando, mi pequeña independencia y mi vida por libre, aunque mamá le dejó bien claro a Max que tenía que cuidarme y protegerme y que siempre que pasara algo, aunque fuera alguna tontería, la llamara. Mamá me había estado cuidando ella sola desde que nací.

Pero lo que más me sorprende de todo esto es Max. Él tiene claro que quiere estar conmigo a cada segundo, que quiere estar pendiente de mi y que quiere darme todo lo que pueda y más. En parte me da miedo saber que alguien quiere estar tanto conmigo, solo he tenido a una persona así y ha sido mi madre, que lo haga otra persona que no se ella me asusta. Además, ni él ni yo hemos tenido un gran ejemplo de relaciones entre dos personas muy buenas, sus padres divorciados y mi padre abandonó a mi madre, pero como él dijo, tengo que hacer mi propia historia...

-Max: Bienvenida a Mónaco.- dijo mientras entrábamos con el coche en aquel pequeño país

-Irina: Es precioso...y las vistas son...increíbles.- observaba todo desde la ventana del coche de Max.- Este lugar es maravilloso

-Max: Pequeño, pero hermoso...cómo tú.- mi mirada se dirigió a él con una sonrisa tímida

-Irina: Mido 1'75, no soy tan pequeña.- le repliqué

-Max: Pero si hermosa

-Irina: Pues deja de mirar mi hermosura y concéntrate en la carretera. Que prefiero morir de cáncer que atropellada

-Max: Ahg, no digas eso...además, ya sabe que tengo buen nivel en carretera

-Irina: Ya...claro...

-Max: ¿Te lo demuestro?

Iba a decirle que no, pero él aceleró y empezó a conducir a todos prisa. Mi corazón se puso a mil por hora y cerré los ojos esperando a que frenara

-Irina: ¡¡Para, para, para!!.- le supliqué y desaceleró

-Max: ¿Y bien?

-Irina: Si, eres increíble en la carretera

-Max: Eso quería oir. Bien, este es mi apartamento

-Irina: Wow...es grande

-Max: Pues espera a verlo por dentro, es en la última planta y con azotea

-Irina: Mejor que la casa de campo

-Max: Me gusta más la casa de campo. Tus cosas irán llegando poco a poco a lo largo de la semana

Mientras Max seguía hablándome de planes, subíamos hacia su piso. Una vez dentro pude observar que no mentía, ese piso era enorme. Era abierto, el salón y la cocina estaban conectados y había una gran vidriera justo en frente de la entrada desde donde se podía ver todo Mónaco. Luego las habitaciones ta estaban separadas y conectadas al salón por un pequeño pero amplio pasillo. La decoración era muy sencilla pero era entre un toque rústico y moderno y además había una chimenea eléctrica, que venía bien para ahora que hacía frío

-Max: Tu habitación es la de invitados, que ya no será de invitados.- me la señaló y entramos

La habitación solo tenía una cama grande de matrimonio, dos mesitas de noche, un armario bastante grande y aún lado de la cama había otra vidriera. No estaba muy decorada y había espacio suficiente para mer unos cuantos muebles más

Hasta El Último AlientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora