Parte 4

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Hace tres años me detectaron el cáncer. No me lo tomé de la mejor manera y mi madre tampoco aunque intentó mantenerse serena y darme apoyo. No es muy divertido que te digan que en cualquier momento te vas a encontrar mal y que puede indicar que tu vida se está acabando.

Me dijeron que tenía suerte, que la leucemia linfocitica crónica no era muy grave y que por ahora no veían problema de que yo siguiera con mi vida pero que en algún momento mi cuerpo pediría tratamiento y no podría negarme a eso si quería aguantar algo más de tiempo en pie.

Cada semana tenía una revisión con el médico, cada viernes, para ver cómo iba mi cuerpo y como el cáncer le iba afectando. Hoy era uno de esos días

-Doctor: Por ahora todo está en orden

-Roni: El tratamiento...

-Doctor: Aún no es necesario, y no creo que lo sea hasta dentro de mucho tiempo. El cáncer está yendo lento y a penas está afectando a tu glóbulos blancos, Irina

-Irina: Entonces puedo seguir haciendo vida normal

-Doctor: Por supuesto

-Roni: Pues muchas gracias doctor

-Doctor: No hay de por qué darlas. Nos vemos la semana que viene

Salimos de la consulta del médico bastante contentas. Cada viernes pasó algo de miedo en el pasillo de espera del hospital porque un día el médico dirá que no estoy bien y cuando eso pase, sabré que todo se estará acabando. Pero bueno, hoy no era ese día así que todo estaba bien.

Salíamos del hospital y llegábamos al aparcamiento para cojer el coche y volver a casa y empezar el fin de semana madre e hija. Adoraba estos días porque pasábamos los tres días las dos juntas viendo series, películas, comiendo y mamá contando historias de aventuras de su juventud, nunca se le acababan. Estábamos llegando al coche cuando a lo lejos vi al chico rubio alto de ojos azules caminando hacia nosotras

-Max: Hola señora Clark

-Roni: Puedes llamarme Roni, Max

-Max: Está bien...Hola Irina

-Irina: Hola Max

-Max: ¿Están bien?

-Roni: Si, solo veníamos a hacer un chequeo ¿Y tú?

-Max: Vengo a recoger unos análisis.- el chico me miró detenidamente.- Te veo pálida Irina

-Irina: Soy blanquita de piel...- él río

-Roni: Te espero en el coche Rina...

-Irina: No si ya nos va...

-Max: Espera.- me interrumpió cogiendo mi brazo.- Voy a odiar preguntarte esto

-Irina: No lo preguntes entonces

-Max: Tengo que hacerlo...¿Quieres venir a una quedada con unos amigos?

-Irina: ¿Tú y amigos tuyos?.- el asintió.- suena peligroso

-Max: No habrá cuatro ruedas, solo chicos hablando y pasando el rato

-Irina: ¿Y por qué me invitas?

-Max: Me lo pidió Daniel

-Irina: Pues...si vale, ¿Por qué no?

-Max: Paso a recogerte a las ocho. Se puntual

-Irina: Lo intentaré...- saqué una sonrisa ladeada

Hasta El Último AlientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora