Parte 28

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Me encontraba de nuevo en la cama de Max, pero esta vez no estaba sola, él estaba conmigo durmiendo plácidamente.

Habían pasado ya unas dos semanas desde que estuvo su padre en casa y al final, su padre fue un amor de persona conmigo, aunque sigo pensando que es por lo del cáncer y si no fuera por eso, me habría tratado horrible.

Hoy Max tenía una pequeña presentación donde daría un par de vueltas, junto con otras generaciones de pilotos, al circuito de Mónaco. Era la primera vez que lo iba a ver conduciendo un monoplaza de Fórmula 1 y si teníamos la oportunidad, podríamos montarnos los dos en uno como el que iba a usar él pero de dos plazas. Yo estaba más emocionada que él, me había despertado con una sonrisa de oreja a oreja y con nervios y él estaba durmiendo profundamente como un osito

Sinceramente, no quería levantarme. Estaba envuelta en sus brazos dándole la espalda mientras que él tenía su barbilla apoyada en mi cabeza. Lo único que hice durante unos minutos fue acariciarle uno de los brazos con el que me abrazaba. Después, sentí un ligero beso en la parte trasera de mi cabeza y me giré para verle

-Irina: Buenos días.- le dije con una gran sonrisa

-Max: ¿Llevas mucho rato despierta?.- dios su voz de recién despierto...¡la adoraba!

-Irina: Un par de minutos

-Max: No me quiero levantar.- dijo girandose para estar boca arriba y a mi me llevó hacia su pecho, por lo que quedé encima de él.- Podemos quedarnos así todo el día. Los dos tirados en la cama, acurrucados, dándonos mimitos...y también...bueno esas cositas que se hacen...

-Irina: Max...- lo miré con los ojos entrecerrados y con una pequeña sonrisa.- Tienes tu presentación y...¡VOY A VERTE EN UN FÓRMULA 1!.- empecé a golpear suavemente su pecho y a pegar pequeños brincos sobre él de la emoción

-Max: Y a lo mejor podrás montarte conmigo y ver lo TEMERARIO.- recalcó esa última palabra.- que soy conduciendo ese monoplaza

-Irina: Se tus intenciones y no me vas a hacer cambiar de idea. Vamos a ir, te voy a ver conducir y me voy a montar contigo en el monoplaza, y no se hable más

-Max: Pero yo quiero camita y mimitos y besitos contigo...- empezó a hacer pucheros como un niño pequeño

-Irina: Pero yo quiero lo otro

-Max: Pero no eres mi madre para mandarme

-Irina: Pero soy tu novia que quieres mucho y...

-Max: ¿Y...?

-Irina: Tengo cáncer.- me levanté de encima suya y corrí hacia la cocina

-Max: ¡¡Oye eso no se vale!!.- gritó desde la habitación

Él odiaba que pusiera como excusa, para hacer algo que yo quería, al cáncer. No solía usar esa llave maestra pero quise utilizarla, de verdad me apetecía verlo. Además, ¿y si no llego para cuando empiece la temporada? Debía aprovechar cada momento

-Max: Sabes que odio que utilices el cáncer como excusa.- dijo abrazándome por detrás y dándome pequeños besos en el cuello mientras preparaba el desayuno

-Irina: Lo se, pero me apetece mucho ir

-Max: Y por supuesto que vamos a ir, pero no pongas esa excusa nunca más

-Irina: Vaale...¿tostadas o cereales?

-Max: Tú.- me giró para ponerme cara a cara y me dio un beso en los labios.- ¿Puedo desayunarte?.- eso me causó risa

Hasta El Último AlientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora