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Capitulo 21

Me dirijo hacia la mesa rezando por poder contener el alcohol y el nerviosismo.

—No te preocupes por la ropa. Te puedo prestar algo de mi hermana. —dice Dylan amablemente. Le sonreí y me enfoque en los tres vasos que tenía al frente.

Bien, solo son tres vasos. Solo tengo que hacerlo lentamente y todo saldrá bien.

—¡Bien! Comencemos.

Mi boca toca los vasos, y el olor a cerveza se impregna en mi nariz. Cada vez mas dudaba de poder ganar. Voy tomando sorbos grandes de cerveza imaginando que solo estoy tomando agua. Dicen que la mente se puede engañar, espero poder hacerlo en este momento.

Ya había terminado el primer vaso sin problema alguno y ya iba por la mitad del segundo. Al parecer esto seria mas fácil de lo que pensaba. Pero, por un momento mis ojos se ponen locos. ¿Ya estaba empezando a ponerme ebria?

Veía todo un poco borroso. Ya iba por el tercer vaso y el bullicio de los que rodeaban la mesa me estaba poniendo nerviosa. Ya casi voy llegando a la mitad del tercer vaso cuando siento la mesa moverse.

—¡buuu! —escucho decir. ¿Qué había pasado? ¿Estaba mareada?

—Oye alguien movió la mesa. —me paro molesta.

—¿Qué?, ¿Quién movió la mesa? —Dylan pregunta en un tono molesto. Todos se quedan callados y mi mirada se fija en aquella harpía de los cuernos.

—Tu... —dije sonando ebria. —¡fuiste tu maldita harpía !— apunté hacia Diana la mejor amiga de Melanie.

—¿Yooo? ¿Cómo te atreves de acusarme cuando acabo de llegar? —dice ofendida. La muy hipócrita.

—¡Exacto!, todo iba muy bien.. hasta que llegaste... ¡Harpíaaaaa! —me tambaleo y el otro chico me sostiene.

—Es cierto Cat, no pudo haber sido ella. Ella acaba de llegar. A menos que alguien la haya visto. —todos siguen callados sin decir nada.

—Bien entonces, tendrás que cumplir tu condena.

—!Si! —escucho a todos gritar.— ¡que se tire! ¡que se tire!

Siento como me dirijo hacia la alberca casi contra mi propia voluntad. El chico me ayuda a quitarme las zapatillas y me pregunta si estoy segura de hacer esto.

Miro hacia la piscina la cual ahora veía borrosa, y dudo si en realidad quiero hacer esto. Pero, ¿qué opción tenía?

Todos siguen gritando que me tire y los demás que se encontraban al rededor de la piscina se les unen. Me tapo la nariz, y cuento hasta tres. Me tiro de espaldas..

—Noo de espaldasss... —es lo ultimo que escuché decir.

Todo se escuchaba lejos. Mis oídos no podían entender lo que se decía en el exterior. Al estar en el agua por alguna razón, lo único que podía sentir es paz... y eso, eso, me hacia sentir tan viva. Hasta que recordé.. que no sabía nadar.

Toda la paz que había sentido hace unos segundos se había esfumado. El pánico había invadido todo mi ser. Intentaba subir hacia la superficie, pero sentía como mis pulmones se habían quedado sin oxigeno. Sigo luchando por subir pero no lo lograba. No podía gritar, no podía respirar, no podía hacer nada...

Me había rendido por completo. Tal vez, ese día que siempre añore, había llegado al fin...

Cerré mis ojos y volví a sentir la paz que hace un rato me había sido interrumpida. Todo se sentía tan calmado y callado, hasta que sentí como unas manos que doblaban las mías me sujetaban, llevándome hacia arriba.

Empiezo a toser como loca. Sentía como el agua obstruía mi garganta, impidiéndome respirar. Soy echada hacia un costado e intento respirar lo mas que puedo pero sigo sintiéndome atragantada, hasta que por fin puedo escupir.

—¿Has perdido la cabeza? ¿Qué te sucede? ¿Cómo te tiras a una piscina sin saber nadar? —pero ¿por que me gritaba? ¿Acaso no ve que casi me muero?

—Cat, Cat ¿estás bien? ¿Qué paso? —Erica se acerca a mi preocupada.

—¿Y ustedes donde estaban? —la voz de Cameron me había hecho entrar un poco en razón aunque aun seguía un poco aturdida.

—Bueno.. —escucho decir a Bruce. Cameron me toma y me carga.

—Oye, ¿a donde me llevas? —pregunto debilitada. Pero no escuché ninguna respuesta.

—¡Cameron! —escuche la voz de Erica detrás

—¡Erica! Ayúdame... —dije sin fuerzas. El alcohol aun seguía en mi sistema.

—Déjala con el, ella estará bien. —fue lo ultimo que escuche decir antes de perder el conocimiento por completo.