El timbre suena y voy hacia la puerta.
—Pasa —digo al ver a Bruce.
—No sabes de lo que me di cuenta mientras venía que camino —Bruce pasa directamente a la cocina en dónde Erica se encontraba de espaldas a nosotros.
—¿Qué? —pregunto yendo al lado contrario de Bruce.
—Hola —Bruce saluda a Erica la cual solo le brinda una sonrisa y sigue en su celular.
—¿Decías? —pregunto para pasar el momento incómodo.
—Adivina quien es el escritor invitado.
—¿Quién? —digo haciendo una ademan con las manos.
—Nicolas Grey —mi cara de "no me digas" se reflejaba a millas.
— ¿A quién mas conoces de apellido Grey? —Erica levanta su vista por primera vez y nos brindamos una mirada de confusión hasta que nos dimos dado cuenta.
—¡Cameron! Osea...
—Si, es su padre.
—No me lo esperaba —digo mirando hacia la nada.
—El karma —Erica se limitaba a decir alguna palabra pero ahora era el momento indicado para hacerlo.
—¿Me he perdido de algo interesante? —Bruce enarca las cejas.
—Nada importante —digo y le hecho un ojo al reloj
— Ya deberíamos irnos.
—Supongo que tienes que ayudarle a Ava —
dice Bruce tomando sus cosas. Ya Erica se había retirado de la cocina, salió dejando la puerta principal abierta.—Si. ¿Oye, pasa algo entre ustedes? —pregunto tomando mis llaves.
—Después que te desapareciste en la prepa, estuvo muy callada, como ahora. No se que le pasa.
—Deberías hablar con ella —cierro la puerta de entrada y nos dirigimos hacia el auto de Erica.
—Tal vez esté molesta porque no le escribí luego.
—Creo que deberías irte en tu auto —si ellos se encontraban en esa situación, sería mejor evitar escenas incómodas.
—Buena opción —dice yéndose a su auto.
Entro al auto de Erica
—¿Me explicaras que te sucede o prefieres no decir nada? —Erica enciende el motor y mantiene silencio, eso quería decir que no diría absolutamente nada, por lo menos no ahora.
Entramos a la biblioteca la cual estaba repleta de gente con libros en sus manos y algunos con fotografías del que suponía yo eran de, Nicolás Grey.
—Chicos yo tengo que ir a ayudar a Ava. Ustedes vayan a no se, ustedes sabrán. —Erica se va sin decir nada y me acerco a Bruce —¿Estarás bien?
Bruce suelta un leve suspiro— Lo tengo controlado —dice y se va tras Erica, creo.
Me dirijo hacia Ava la cual se había arreglado extrañamente y se encontraba con una sonrisa muy radiante. A su lado se encontraba su hijo Brandon al cual veía muy rara vez. Brandon era de mayor edad que yo aunque aún parecía un adolescente.
—Vaya que te has arreglado —digo sonriente a Ava.
—Catherine...
—Hola Brandon —le brindo una sonrisa y nada más.
—Oye Catherine podrías recibir a las personas mientras yo y Brandon arreglamos algunos asuntos con la editorial y demás.
—Por supuesto —me dirijo hacia la puerta y permanezco allí. La multitud que se encontraba aquí era impresionante, y por alguna razón me hacía sentir bien.
Una corriente de brisa hace levantar mi vestido la cual proviene de la entrada. Intento cubrirme rápidamente y cuando volteo hacia la entrada una familia se acercaba, la familia de Nicolás Grey...
—Buenas tardes —una mujer de unos 40 años de edad, y sonrisa radiante me había brindado su mano cubierta por unos guantes de seda. Esta era Sofia Grey.
—Buenas tardes —digo sonriente.
—Catherine —la sonrisa pícara de Mike me había hecho sentir incómoda. Mantengo mi vista mirando hacia otro lado por unos segundos y lo vuelvo a mirar.
—Hola —Cameron había salido de detrás de Mike. Su sonrisa me hacía sentir un extraño cosquilleo dentro de mi, pero mirarlo a los ojos... era como viajar a otro espacio.
—Hola... —respondí perdida en sus ojos.
Cameron siguió su camino y yo volví a hacer lo que hacía. Mis piernas temblaban levemente, me mordí el labio inferior y apreté mis puños.
—¡Oye Cath! —me sobresalto al escuchar mi nombre y dirijo mi vista hacia aquella persona.
—Ya puedes cerrar las puertas —Brandon desaparecio rapidamente y yo cerré las puertas de la biblioteca.
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Healer ©
RomanceCatherine Williams ha enfrentado la tragedia desde una edad temprana, perdiendo a sus padres a los 15 años y más tarde a su tía, su única familia restante. Ahora, sola en la casa que alguna vez fue un refugio, encuentra consuelo en los libros de la...