III

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 Digamos que a la edad de los inocentes cinco años, el entorno de los niños es la pieza más elemental de sus vidas, desde la perspectiva del mundo, a la confianza y seguridad que estos tendrán a la hora de desarrollarse lo suficientemente sanos y respetados que el resto de niños y niñas de su entorno.

Álex no demostró grandes rasgos queer en su infancia más allá de querer imitar a su padre Silver y a Bert porque le parecía divertido tener el pelo largo. Silver tenía el pelo por los hombros y un ancho mechón cubría uno de sus ojos por su costumbre heredada de la discriminación y su traumática infancia de rechazo familiar por tener heterocromía.

Bert, su compañero de la escuela con albinismo, era un chico muy tímido que no solía hablar pero que siempre se juntaba con ellos y jugaban juntos en el patio, él se negaba a cortase el pelo desde que tenía consciencia de que el pelo existía, su cabello llegaba a la espalda alta, por debajo de las cervicales y muchas veces, cuando jugaban en el parque y se tropezaban con algunos adultos al jugar con la pelota, a Bert lo confundían con una chica... otras veces, William y él tenían peleas porque Will jugaba a querer cortarle el pelo, y este no quería. Evidentemente, Álex tuvo una infancia como muchos otros niños de su edad: Jugaba al balón y demostraba gusto por este mismo aunque no fuera tan bueno como el resto de niños que jugaban y que iban a extraescolares de fútbol, interactuaba siempre con sus mismos tres o cuatro amiguitos de la clase aunque se hablara con todos y lo único que se consideraba extraño por parte de la sociedad, era que a los cinco años, Álex tuviera cada vez el pelo más largo.

Cinco, seis, siete, ocho años... Y sus cabellos siguieron creciendo más de lo que habían planteado sus padres en un principio. Pero eso no significaba nada. Robert también estaba haciendo lo mismo que Álex por la influencia de uno de sus padres; parecía que Álex y Bert (quien a partir de los seis años empezó a hablar y había superado su timidez extrema de hablar con la gente) estaban compitiendo por ver quién tenía el cabello más largo. A los ocho años, su personalidad se iba formando más, la etapa de las preguntas se había quedado atrás desde los seis años, ahora Keenan y Álex se acercaban cada vez más a puntos concretos de sus vidas. A los ocho años, podría decirse que fue cuando se empezaron a notar aquellos primeros trazados queer en ambos niños. Álex generalmente desencadenaba el "rol femenino" en los juegos cuando estaban en su casa y muchas veces ella y Bert eran los papás de la "familia", Will acababa siendo el niño que cuidaban entre Bert y Álex; y Keenan variaba de rol entre el hermano o el amigo del "hijito" de Bert y Álex. Lo gracioso de aquellos juegos eran las incongruencias que habían y lo bizarro que era ver a los niños tener sus invenciones.

Y era gracioso que Will siempre fuera el niño rebelde y quejica que buscaba mimos todo el tiempo.

Pero sobre todo, lo curioso de eso no era que tuvieran ese tipo de juegos, sino que, cuatro chicos, que generalmente siempre están jugando a los típicos juegos de pistolas, carreras o fútbol, que los cuatro chicos estuvieran allí tranquilitos jugando a "los papás y las mamás" y que prefirieran eso antes que los otros juegos que los otros niños de la clase jugaban, era algo que les hacía mostrarse curiosos y, tal vez, asombrados.

Los ocho años fueron una etapa curiosa, graciosa y divertida para los dos adultos que veían a sus dos hijos mellizos crecer en un entorno que no estaba orientado, al menos no conscientemente, hacia un camino u otro según su género y sexo. Los ocho años fue el momento en el que Keenan descubrió la belleza de los peinados y Álex descubrió lo mucho que le gustaba que le hicieran peinados. Los ochos años fue el momento en el Keenan, Álex y Bert se pasaban toda la tarde haciéndose peinados y en el caso de Will pasarse toda la tarde comiendo y riendo de las tonterías que Bert, Keenan, Álex y él hablaban. Nunca se quejaban de las costumbres y los gustos mutuos, aquella amistad que tenían se había generado desde los tres años: momento en el que los dos hermanos y William adoptaron a un vergonzoso Bert que no hablaba nunca y que permaneció en silencio hasta los seis años, parecía ser una de las más puras, sinceras y duraderas de la clase. Will y Keenan a veces jugaban al balón, pero no había ni punto de comparación con la diversión que podían tener simplemente sentados y hablando.

Esa costumbre se fue generalizando cada vez más, hasta el punto de que abandonaron el balón por completo y lo sustituyeron con la PlayStation 4, donde los cuatro se conectaban después de pasar el día juntos o los fines de semana y, a partir de los diez u once años, tenían tremendos debates a través de la pantalla mientras jugaban a una gran cantidad de juegos multijugador. Muchas veces se unían en un mundo de Minecraft que tenían compartido, y no era raro que siempre que se conectaban se quejaran de que William estuviera haciendo trampas o hubiera explotado alguna de las casas de sus amigos; otras veces jugaban al little big planet, donde solían acabar compitiendo por quien se pasaba el nivel antes.

De los cuatro, Bert era el que más disfrutaba de la "ventaja" de poseer una gran colección de consolas antiguas, no por nada, sus padres habían sido grandes jugadores de máquinas recreativas en su momento y habían gastado muchas pesetas en aquellas antiguas máquinas y en unir sus colecciones de videoconsolas y juegos. Sus padres guardaban con cariño la PlayStation 1, 2 y 3 en el trastero. También conservaban la antigua Wii que Bert y Will habían llegado a usar para los juegos deportivos como el Wii Sports o el Wii Sports resort (no es que tuvieran más juegos que esos dos, la verdad). También tenía, gracias a sus padres, una buena cantidad de consolas de bolsillos, desde la primera game boy, la game boy color, la ness, la nintendo 64, la nintendo lite y una formidable colección de juegos que iban desde el Pacman, el Donkey Kong y el Mario, al Pokemon, el Zelda y otros múltiples juegos, todos guardados en cajas en el trastero de la casa.

Tal vez esté generalizando mucho en este concepto y poniendo muy pocos detalles, pero a veces va bien explicar las cosas de forma general y rápido, después de todo, lo interesante, importante y curioso, viene ahora:

Álex y Keenan McStone Line: 12 años.

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Tal vez la completa colección de títulos descrita en la parte superior cuando ni siquiera es importante parecerá innecesaria, pero verdaderamente es un lujo poder decir que alguien tiene esa formidable colección gracias a sus padres. No muchos tienen esa fortuna de decir que sus padres tienen esas verdaderas reliquias o han tenido la suerte de jugar con ellas.

En mi caso no he podido gozar del placer de jugar con una Game Boy o mínimo tenerla entre mis manos, por suerte sí he tenido en mi poder una Nintendo Lite y varios cartuchos con los títulos de Pokémon, Super Mario o Resident Evil, y no quieran saber la de horas que he disfrutado como una enana con ellos 💕✨💕✨💕.

Puedo decir que sí he tenido la buena fortuna de decir que los gráficos eran buenísimos en aquella época y que ahora los juegos me resulten injugables por la mala calidad de los gráficos, menos pókemon, claro, je je je

Aún sigo jugando con esos títulos.

Aquí las opiniones ------------------------>

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1356 Palabras]

P.D.: He tenido muchos juegos, pero he mencionado los que más he utilizado durante mi infancia uwu

42.- Gorgeous & Ravishing (LGBT+ Straight Partner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora