Para saber como es que aquella pareja se había conformado debian regresar aproximadamente 3 años atrás, precisamente al día en que un joven Pete llegaba a la que sería su casa posiblemente por el resto de su vida.
Le había costado mucho tiempo, pero al final de su penúltimo año de Matthayom* había por fin logrando conseguir una beca para una de las mejores escuelas del país y aunque al principio se había sentido mal por tener que dejar toda su vida atrás junto al lugar que lo había visto nacer sabía que aquella oportunidad no se volvería a repetir, era muy difícil conseguir tal beca, lo sabía por experiencia pues había aplicado a ella más de una vez.
Y ahi estaba, en un lugar completamente nuevo donde apenas y podía reconocer la calle donde estaba pues había ido un par de veces antes para verificar que todo estuviese en orden en aquella pequeña casa que pronto sería total y completamente suya. Para Pete aquel lugar era perfecto, después de todo era solo para él y el lugar por lo que sabía era una zona segura y habitada por más estudiantes como él. Había tenido que trabajar realmente mucho para poder conseguir el suficiente dinero para un lugar como ese, pero sabía que había valido toda la pena.
Aunque tambien tuvo ayuda de su abuela y un poco más de la escuela la cual había cubierto una parte del precio pues al tener un buen promedio la beca que había conseguido era una de las mejores, claro está que debía mantener un promedio excelente para poder seguir teniendo aquel apoyo.
Así que ahí estaba; solo, en una casa que apartir de ahora sería su nuevo hogar posiblemente por muchos años más, hasta que concluyera todos sus estudios y encontrara un trabajo que le permitiera comprar una casa mucho mejor.
El nuevo inicio de clases sería aproximadamente en tres días, tiempo que tenía para poder conocer mínimamente los lugares más indispensables, como el camino a su escuela, la biblioteca y por supuesto el supermercado. Para los demás lugares tenía una vida por delante para conocerlas, aunque no descartaba la idea de poder conseguir buenos amigos que lo ayudaran con lo último.
Había llevado por la mañana y justo ahora su reloj marcaba las 6:00 PM había tardado mucho tiempo, pero todo lo había acomodado justo como quería así que realmente no se quejaba, su emoción no le dejaba sentir cuan realmente cansado estaba, aunque lo que si notó fue que el hambre no era algo que podía ocultar por lo que había decidido salir a explorar el lugar en busca de algo para poder comer.
Salió de su casa justo después de tomar una ducha rápida, había visto a un par de sus nuevos vecinos los cuales habían sido amables con él, y esperaba poder conocer a los que le faltaba para poder tener una buena relación con todos.
Justo estaba terminando de cerrar su puerta cuando escuchó como la casa de alado también tenía movimiento, cuando llegó no había visto a nadie y ahora le emocionaba el echo de conocer a uno de sus vecinos más cercanos. Se giró justamente cuando un chico alto de cabellos oscuros acomodaba su chaqueta sobre su torso, Pete no era ciego y tampoco mentiroso, así que no negaría que el chico era realmente atractivo aunque su rostro completamente serio le daba un poco de miedo.
Pudo notar cómo el chico se había quedado a medio camino observandolo, quizá era por qué no le reconocía por ser nuevo, Pete llenó sus pulmones de aire fresco para después con una de sus características sonrisas alzar su mano en un saludo a distancia.
-Hola, me llamo Pete, a partir de ahora seremos vecinos.- soltó tan natural como pudo, el chico aunque guapo, le daba un aire misterioso y prefería ser precavido, el contrario seguía sin hablar solo lo observaba fijamente su expresión no había cambiado pero aún así cuando Pete creyó que no tendría respuesta el contrario devolvió su saludo.
-Vegas, ese es mi nombre, un gusto.-
Y así como le contestado terminó de girarse para después tomar su propio camino. Pete había tardado unos segundos en entender que había pasado, por una extraña razón no le había molestado la manera en que el chico, que ahora sabía que su nombre es Vegas le había contestado. Quizá su expresión nunca cambio pero no había sido grosero, al menos no lo había percibido así.
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I'm Yours VegasPete
Short StoryDónde a Pete le gusta provocar los celos en Vegas después de que descubre que le gusta la manera posesiva en la que lo trata cada que algo le pone celoso