La decisión

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-Atsushi-kun... tu eres el tigre.-

El chico de pelo albino frente a él, comenzó a tener un ataque de gritos, lo que se debía a que su cuerpo estaba comenzando a sufrir una metamorfosis a partir de que divisó el claro de la luna caer sobre él.

Pronto, sus extremidades comenzaban a tomar forma de una bestia. Mas bien, tomaban forma de un tigre blanco.
De repente todo su cuerpo se vio envuelto en un resplandor azul que lo convirtieron completamente en ese animal.

El tigre se giró hacia Chuuya y lo mira con ojos desafiantes.

-Ja, así que así es. Tu eres el tigre.-

La bestia se abalanza hacia él, pero rápidamente es golpeado por una de las grandes cajas de madera que había en el lugar.
Solo logra detenerlo un momento y el tigre se vuelve a levantar para atacar.

-Sabes, ser un Detective Armado es un juego de niños para mi. A veces me gustaría tener un reto que valga la pena. Gracias a mi poder, he sido un gran artífice de ataque. Y soy tan efectivo en mi trabajo, que siempre me prometen que mi próxima misión será de verdad desafiante.-

Chuuya seguía siendo atacado sin cesar por la bestia, pero nunca llegaba a tocarlo. Y ésta estaba recibiendo infinidad de golpes.

-La verdad, por un momento creí que iba a ser un verdadero desafío capturar a un tigre. Pensé que podría divertirme al fin al hacerlo. Pero viendo que tan solo se trata de un niño huérfano que no sabe el poder que tiene, realmente es lamentable. Quisiera no tener que lastimarte chico.-

El tigre comenzaba a cansarse; y podría decirse que muy rápidamente. Pero no dejaba de intentarlo.

-No tienes control sobre tu propio poder...-

Lanza una caja.

-No tienes familia, ni lugar a dónde ir, ni qué comer...-

Lanza otra.

-Te torturaron por poseer una habilidad...-

Lanza la última. El tigre cae rendido.

-No voy a adoptarte como una mascota, pero puedo decirte, niño, que he estado en tus zapatos. Y sé lo que siente, mucho mejor de lo que crees. Haré que puedas controlar tu poder. Te lo prometo.-

Otro resplandor azul envuelve al tigre devolviendo a Atsushi a su forma original.

-¡Nakahara-san!-
Entra corriendo un hombre alto de cabellos rubios atados por una coleta. Usaba lentes e iba vestido de manera muy sobria. Su nombre era Doppo Kunikida, compañero de Chuuya en la ADA (Agencia de Detectives Armada)

-Ah. Qué tal Kunikida. Gracias por venir. Ya capturé al tigre.-
Le dice con tranquilidad mirándolo de costado.

-¿Era este mocoso?-

-Si, al parecer tiene la habilidad de convertirse en una bestia bajo el claro de la luna. Sólo que no lo sabe y no puede controlarlo. Nadie se lo ha dicho nunca.-

-¿Y tú sí? -

-No lo recordará cuando despierte. ¿Llamaste a Yosano?-

-Le dije que venga, estaba atendiendo a Tanizaki por la misión de ayer. No debe tardar.-

-¿Me llamaban?-
Desde la puerta se veía llegar a una muy bella chica de unos 26 años, su nombre era Akiko Yosano, de cabello negro por los hombros, con un adorno metálico con forma de mariposa en él, y un aspecto casual pero femenino.

-Yosano-chan. El tigre resultó ser este niño. Lo encontré hoy por la tarde junto al río mientras seguía los rastros del tigre. Esta muy lastimado por la cantidad de golpes que debí darle para que ya no pudiera mantener su habilidad activa. ¿Podrías encargarte de él?-

-Nakahara-san ¿Qué piensas hacer con el niño? Nos ordenaron entregarlo vivo o muerto. ¿De qué serviría mantenerlo con vida? Lo han nombrado amenaza en el distrito, así que creo que su destino es inevitable.-
Dice el rubio mientras leía algunas anotaciones sobre el tigre en una especie de libreta de bolsillo, con la palabra "Ideal" en la tapa. Al mismo tiempo que Yosano revisaba las heridas del albino.

-Pues eso... ¡eso no está bien! ¡No pueden nombrarlo amenaza!. No se registraron muertes hechas por el tigre. Sólo ha atacado algunos gallineros, por lo que me han informado.-

-Si, pero eso no lo decidimos nosotros. Son órdenes.-

-¡Pues al diablo con las órdenes! Él será uno de nosotros.-

-Chuuya-san...-
Dice Akiko con un tono compasivo mirándolo de repente. Ella era una de las pocas personas que conocía algo de la vida de Chuuya, debido a que muchas veces compartían algunas copas de vino por el cual tenían un gran gusto en común.

-Hablaré con el jefe. Yo me haré cargo de enseñarle el oficio. Además, ya me urgía tener un potencial compañero de ataque para las misiones difíciles.-

-Hablas como si se tratase de una mascota-guía, Chuuya- una voz se oye desde la puerta de entrada.
Un hombre con vestimenta típica de detective se acerca al círculo de personas. Su nombre era Ranpo Edogawa. Uno de los más inteligentes miembros de la ADA y sus fundadores.

-Ranpo-san. ¿Qué haces aquí?-

-Me di cuenta de tus intenciones desde el momento que llamaste a Kunikida hoy por la tarde. Vengo a advertirte. La decisión que estas por tomar, no debe ser tomada por ti a la ligera. Créeme, tus fantasmas del pasado te lo harán recordar.-

-¿De qué estás hablando? Es sólo un chico.-

-Un chico con una capacidad especial, buscado por muchas organizaciones, y entre ellas, el gobierno. Sabes a lo que me refiero. Así que solo piénsalo y haz lo que quieras. ¡Ah, y mantenlo alejado de mi stand de dulces!-

-Chuuya-san. Hay que llevarlo a mi consultorio ahora. Debo tratar a este niño.-

-Ay... pobre de ti.-
Dice Ranpo prediciendo el futuro del chico tigre.

Nakahara levanta al chico sobre sus hombros y se adelanta rápidamente a la salida. Kunikida trata de alcanzarlo para hablar con él.

-Espera, Chuuya-san.-

-Ahora qué pasa Kunikida-

-Ranpo nunca viene a una misión si su presencia no es realmente requerida.-

-¿Y qué con eso?-

-Digo que... si se tomó el atrevimiento de venir a advertirte, sea lo que sea, piénsalo bien.-

El pelirrojo mira al suelo un segundo sin dejar de caminar. Luego mira las manos colgadas del chico, llenas de cicatrices y maltratados sus brazos.

-Le hice una promesa al chico... no te preocupes. Asumiré las consecuencias.-

Continuará.

Bungou Stray Dogs •◇ReBoot◇•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora