A Light in the Darkness

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Una hora antes.

Dentro de un sótano oscuro, donde la sangre en el suelo y las paredes abundaba; donde el olor a muerte y castigo inundaba todo el lugar.

Allí, en una de esas paredes, estaba Chuuya, atrapado por dos esposas que colgaban por encima de él.

Se lo podía ver sereno, pero sus pálpitos acelerados decían todo lo contrario.
Eran unas simples esposas, fácilmente podría librarse de ellas. Pero algo en su interior sabía que eso no sería buena idea.
Si quería salir de allí con vida, no tenía que llamar la atención.

De repente se escucharon unos pasos que bajaban por las escaleras.

-¿Por qué me trajiste aquí? Maldito mocoso.- pregunta Chuuya al chico de negro que recién bajaba.

-¿Preguntas por qué? Tú fuiste quien ha saboteado mi misión. Era de suma importancia que capturara a ese hombre tigre. Él debe ser propiedad de la PortMafia. ¿Por qué lo proteges?-

-Digamos que... el aprecia su vida y tiene la voluntad de hacer con ella algo bueno. No como tu... un perro mediocre y bueno para nada...-

Un golpe fuerte en el estómago de Chuuya detuvo sus palabras.

-¿Sabes qué Nakahara? Las cosas han sido algo diferentes desde que te fuiste de aquí...- dice mientras se truena los dedos.- verás, nuestro jefe actual es mucho más inteligente y despiadado que el anterior. Masacrar vidas se ha vuelto un hobby para él, ya que no tiene nada que lo distraiga. Él podría matarme en el mismo instante en el que le informe que el tigre no ha sido capturado. No lo dudará... es por eso, que le daré una distracción. Serás mi paga por una nueva oportunidad.-
Luego de decir eso, le da un puñetazo fuerte en las costillas, seguido de otro en el rostro.
Gotas de sangre escurrían de la boca de Chuuya.
-De enserio quisiera matarte con mis propias manos... pero, por mucho que lo desee, debes verte lindo para él.-

-Siempre... fuiste una escoria. L-lo supe desde el primer momento en que te vi... - decía Chuuya entre quejidos de dolor.
-Pero... y aunque quizás deba retractarme por lo que diré... todavía pienso que puedes.. cambiar... aun puedes.. encontrar tu luz...-

Akutagawa estaba a punto de golpearlo de nuevo, pero se detuvo, lo miró seriamente y se dio la vuelta.

-Eres un traidor, Nakahara. Sabes cuál es el fin de los traidores que terminan aquí...-

-Si, lo sé. La verdad, estoy empezando a sentir nostalgia.-
Dice mientras lo observa subir para salir de aquel calabozo. 

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En la agencia estaban preocupados. Ya que Atsushi había desaparecido. Dos desapariciones en 3 días era algo preocupante.

El presidente de la agencia, Yukuchi Fukusawa. Dio la orden de rescatar a Atsushi, quién como habían averiguado, había sido secuestrado por la mafia y estaría siendo trasladado en una embarcación de contrabando.

Junto con él, estaba Kyouka, que había sido rastreada por Akutagawa al desconfiar en que ella pudiese traicionar a la mafia. De esa manera, los dos cayeron en sus manos.

Kunikida fue tras él en un veloz yate que le dio su jefe para rescatar al novato.
Afortunadamente, llegó a tiempo para salvarlo. Frenó el yate junto al barco para que el joven pudiese saltar y volver así los dos a salvo.

Atsushi decidió que se iría junto a él, con la condición de que también pudiesen rescatar a Kyouka. Por alguna razón, sentía una gran afinidad e instinto protector hacia ella. Afirmaba que a pesar de toda la oscuridad que la rodeaba, veía luz en ella.

Pero para salvarla, debía enfrentarse al temible mafioso, quien estaba obsesionado con su captura.

La batalla fue demasiado pareja esta vez.

Atsushi ya podía manejar su transformación a su antojo, ya sea sólo un brazo, como todas sus extremidades. Lo que le daba mucha más ventaja en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Extensiones filosas del Rashomon y garras filosas del tigre, podían verse en una vorágine de destrozos a su alrededor.

Kyouka activa una bomba que hace estallar el barco de forma inminente para rescatar a Atsushi. A lo que debían parar y salir de allí si querían salir con vida.

Nakashima logra escapar con Kyouka y vuelven juntos a la agencia.

De vuelta en la agencia, estaría en tela de juicio el destino de Kyouka. Era una niña que había cometido 35 asesinatos en su corto tiempo como arma de la mafia.
Pero, afortunadamente, la policía desconocía su identidad debido a que la mafia la había ocultado.
Ella le solicita a Fukuzawa que la acepten en la agencia. Pues fue él quien la había llamado en primer lugar para decidir su destino.
Finalmente, el corazón de éste hombre fue fácilmente alcanzable para la niña. A lo que acepta que se quede como su protegida.

Akutagawa había logrado apenas salir con vida de aquel barco, pero con múltiples heridas y quemaduras que lo habían llevado a tener que ir a terapia intensiva.
Estaban seguros de que pronto se repondría.
El más preocupado por ello era Atsushi, ya que tener otro enfrentamiento de ese estilo es algo que de verdad le gustaría evitar.

Pero en algo estaban todos de acuerdo; de que estos dos jóvenes se corretearían como perro y gato a partir de ahora.

Continuará...

Bungou Stray Dogs •◇ReBoot◇•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora