Solo un diamante puede...

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       - Dazai-san, usted sabe que haría cualquier cosa por seguir sus órdenes al pie de la letra... - dice el jóven Akutagawa con las manos detrás de su espalda y bien erguido a pesar de que por dentro sentía que quería soltar maldiciones.

       - ¿Pero...? -pregunta su jefe acomodado con sus pies sobre el escritorio y sus manos detrás de su cabeza, mostrandose relajado y a la vez curioso por ser quizás la primera vez que Ryunosuke se proponía incumplir con una de sus ordenes.

       - Pero es que ésto que usted me demanda, es algo que realmente me aborrece hacer... - dice junto con una mueca de asco pensando en esa táctica idea por su jefe.

Dazai baja los pies del escritorio y apoya los codos en él tomando una posición mas desafiante.
Casi que él mismo se recordaba a su anterior jefe cuando se acomodaba de esa forma.

Akutagawa trago fuerte saliva.
Desobedecer una orden encomendada por su jefe era casi como cometer un suicidio.
Y vaya que a este jefe le encantaba esa idea. Pero a la vez se preguntó, ¿tanto detestaba el plan como para preferir estar muerto?

Hmmm...

Esa reacción ya la había visto antes en otros casos. Y por su experiencia propia, sabía que emparejar dos polos opuestos y tan controversiales, como lo eran su subordinado y el nuevo miembro de la agencia, era una opción mucho más que válida.

Sonrió pensando en su rivalidad con cierto chico que lo volvía loco en su juventud, y en lo bien -y mal- que había funcionado.
Así que quería hacer su propio experimento.

       - Escucha Akutagawa, la gente de esta organización suele ser... algo tediosa con esto de acatar mis ordenes.
La mayoría lo hace sin ninguna contradicción, pero por algún motivo, las posibilidades de que fallen son un poco mas altas que las tuyas. ¿Entiendes lo que digo?

       - Entiendo, pero-

       - Pero nada.- le interrumpe.
       -  No puedo arriesgarme con ésta misión. Tu no puedes fallar. La ciudad te necesita, yo te necesito. Eres una pieza clave de mi plan. -

Dazai lo miraba desafiante, pero sabía que un castigo no sería tan efectivo como hacerle creer y sentir que era alguien 'especial' para él, alguien de quien esperaba muchas cosas, cosas buenas.

Y Akutagawa se comió ese cuento al instante.
Francamente, esperaba mas un castigo -o directamente ser asesinado- que ésto.

Su jefe no era de halagar, y menos a él.

Se sintió algo extraño.

¿Acaso su jefe se había ablandado por algún motivo aparente?
De hecho, últimamente, se lo veía hasta más animado.

No le dio muchas mas vueltas al asunto y hace una pequeña reverencia con la cabeza.

      - Por supuesto, jefe. Completaré la misión bajo sus ordenes absolutas. Nadie se interpondrá en nuestro camino para llevar el nombre de la Port Mafia y el suyo a lo mas alto.
Con su permiso, me retiro.-

Dazai le sonríe falsamente.

Realmente le sorprendía la capacidad que tenía su subordinado de admirarlo. Pero...
¿Realmente él era alguien digno de admirar? ¿Aun con todos esos castigos y atrocidades que había cometido a lo largo de su vida sin cesar? ¿Aun siendo un tipo que no valora la vida y solo espera su muerte? ¿Realmente era capaz de sentir algo bueno, como recibir un halago sin comportarse como un maldito demonio?

Que gran estupidez, pensó para sí mismo.

      - Esperaré noticias tuyas, Akutagawa.
Puedes retirarte.-

Bungou Stray Dogs •◇ReBoot◇•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora