—La cinta Lu... —extiendo mi brazo pasándole la cinta sin alejar la mirada de Claudia y Dominic, ambos están conversando animadamente acerca de algo. Quiero hablar con ellos—¿Crees que eso ya es suficiente?
—Sí, ya vuelvo — camino entre las mesas y me detengo recién frente a ellos, Claudia deja de hablar, pero de igual manera me observa sonriente.
—¡Lu! Hoy tienes que defender el proyecto, ¿estás lista?
—Algo así.
—¿Son nervios?—pregunta Dominic—. Es normal, no es fácil hablar frente a personas.
—No es eso, bueno, tengo nervios, pero no es por el proyecto, es por otra cosa.
—¿Qué es...?— Claudia me insta a seguir, arrastro una silla libre y me siento frente a los dos. Necesito consejos, a ver, sé lo que tengo que hacer. Está todo planeado, pero me ha entrado una especie de pánico.
—Estoy nerviosa, quiero pedirle a Dylan que sea mi novio — susurro, ambos abren mucho los ojos por la sorpresa.
—¿Hoy?— dice Claudia también en un susurro y yo asiento.
—¿Eso te tiene nerviosa? ¿Por qué?
—No lo sé, solo me ha entrado una especie de pánico.
—¿Él comparte tus sentimientos?
—Sí, bueno, parecemos novios, solo nos falta el título. Y eso es lo que quiero, el título.
—Si él está en la misma página que tú, ¿cuál es el miedo?
—No lo sé.
Dominic sonríe. Él me cae realmente bien, no fue incómodo empezar a hablar, de hecho, Claudia hablaba tanto de él que yo prácticamente lo conocía como la palma de mi mano.
—Todo saldrá bien Lupe, si lograste que él, alguien que no te conocía en lo absoluto, se enamorara de ti, lograrás que diga que sí.
—¿Ustedes creen?
—Lo hacemos.
Dominic se recuesta por la silla y sigue sonriendo.
—Por eso quiero llevarla, es una pizzería muy famosa.
Frunzo el ceño por el cambio abrupto de conversación. Una mano de posa sobre mi hombro y me sobresalto.
—Lu, tenemos que empezar.
—Claro, voy.
Me pongo de pie y les doy una última mirada, ambos me sonríen.
—¡Suerte!— Claudia me guiña un ojo y sé a lo que se refiere. Respiro hondo y sigo los pasos de Dylan hasta nuestros puestos. Julia me sonríe desde su mesa y disimulo la misma en mi rostro. El otro día me comentó que al parecer yo sí tenía razón y que ella estaba viviendo una especie de romance, ya que empezaba a ponerse celosa cada vez que alguien se acercaba a Sánchez, lo que, claro, me hizo increíblemente feliz.
—¿Empezarán?
Dylan empieza a hablar presentándonos y dando una introducción de lo que es nuestro tema, el proyecto lo escribí yo, así que sé de lo que trata. Pero siento la presión por la mirada de todos, trago grueso y siento mis manos temblar.
No lo olvides, no lo olvides...
Siento el tacto de una mano sobre la mía, es Dylan. Sigue hablando como si yo no estuviese por tener un ataque de pánico frente a todos. Se queda en silencio y es mi turno. No quiero decepcionarlo, ambos trabajamos mucho por esto, así que, hago uso de toda mi imaginación para hablar del tema como si de una novela se tratase. Hablo acerca de los distintos periodos y las personas que ayudaron con los avances de la química. Me trabo en algunas ocasiones, pero Dylan me ayuda y empezamos a tener una conversación referente al tema, él me ayuda y en definitiva eso hace que lo quiera más.
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Dulce Corazón
Jugendliteratur«Nuestro amor sabe a chocolate, un corazón de bombón que late » **** Lupe es conocida en su clase como: «La escritora» pero claro, no en el buen sentido de la palabra, sin embargo, más allá de ofenderla, le pone de buen humor, ya que, lo único que h...