Dylan
Muevo los dedos sobre el teclado y balanceo ligeramente mi cabeza al ritmo de la música que se reproduce en mis auriculares. Estoy arreglando algunos detalles del proyecto, tenemos que presentarlo con Lu dentro de un mes. No es como si el trabajo tuviese muchos errores, pero nunca está de más releerlo, estoy fascinado con todo. Lupe lo dejó como si de una novela se tratase, es increíble escribiendo. Si no hacemos total de puntos significa que hay algo ahí.
Por el rabillo de mi ojo noto un movimiento y sé de quién se trata por lo que, estoy tentado a ignorarla, pero también la conozco y sé que no me dejará en paz, no me queda de otra que mirarla. Hace una señal con las manos para que me quite los auriculares, muy a mi pesar, lo hago. Me preocupa que esté tan entusiasta. Algo quiere saber.
—¿Qué onda con Lupe?— es lo primero que pregunta y sé a lo que se refiere, pero sinceramente, prefiero hacerme el loco porque ni yo lo sé, o tal vez sí.
—¿Onda de qué?— vuelvo a escribir, una sonrisa se asoma en mi rostro cuando la escucho resoplar, Jessica tiende a perder la paciencia con facilidad. Lo que es irónico, ya que es psicóloga.
—¡No te hagas el idiota! ¿Ya están saliendo? Los vi besándose y hubo lengua.
Con una mueca en el rostro la observo, la diversión brilla en sus ojos, está haciéndolo apropósito.
—No seas asquerosa.
—Dime, te escuché decirle que la querías. Fue genial, sentí estar en una telenovela. La tienes a tus pies y tú—me señala con su dedo índice— estás a los suyos.
Me remuevo un poco en la silla, incómodo por tanta atención, no niego que Lupe hace cosas locas con mi organismo. Ella tiene cierto poder sobre mí que no sé en qué momento obtuvo, digo, hasta hace unos meses esquivaba cada coqueteo, pero ahora... Dios, tan solo escuchar su voz, me hace sonreír, ¿y sus coqueteos? Me encantan.
—Uy, qué sonrisa de idiota. ¿Cuándo le vas a pedir ser tu novia? Me urge una cuñada.
Tras la muerte de mis papás y mi abuela, mi hermana fue la única persona que estuvo para mí, por lo que la confianza que nos tenemos es única y fuerte. No me avergüenza hablar con ella de mis sentimientos, es más, siempre es liberador hablar con ella y si soy sincero necesito que me dé su opinión respecto a lo que está sucediendo entre Lupe y yo.
—Mira... Lu y yo somos amigos que se besan.
—Que se besan mucho y con lengua.
—Sí, pero eso no es necesario repetirlo todo el tiempo—se ríe solamente—. No sé con certeza qué es lo que ocurre con nosotros, digo, no estamos en una relación, pero pareciera que sí. Hacemos todo lo que se hace en una relación.
—Solo les falta el título.
—Sí.
—¿Se lo pedirás?
—No lo sé.
Aparto la mirada cuando me escruta con la mirada. Jessica dice todo el tiempo que no estudia a las personas cuando no está trabajando, pero no le creo en lo absoluto.
—Tienes miedo — es su conclusión y no lo niego. Asiento y ella me imita. Jessica me conoce como nadie y es en ocasiones tedioso, pero en momentos como este lo agradezco.
—No sé muy bien la razón, pero quiero que ella lo haga.
Frunce el entrecejo, creo que la acabo de enredar.
—¿Ella lo haga?
—Mi relación con Lu se basa en: ella da un paso y yo la sigo.
—Ya veo.
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Dulce Corazón
Novela Juvenil«Nuestro amor sabe a chocolate, un corazón de bombón que late » **** Lupe es conocida en su clase como: «La escritora» pero claro, no en el buen sentido de la palabra, sin embargo, más allá de ofenderla, le pone de buen humor, ya que, lo único que h...