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Lunes 30 noviembre de 2015

Las gotas de la lluvia golpeaban el cristal de la ventana. El clima acompañaba mi estado de ánimo.

La reunión programada con los inversores de Paris estaba cancelada a raíz de la fuerte tormenta que se había desatacado la noche anterior y la negación desde el aeropuerto para despegar mi vuelo. Me sentía angustiado y con una culpa que ni el alcohol ni la almohada habían quitado. Me había comportado como un imbécil con Miles. Tenía en claro que él no lo merecía. Expresar mis emociones siempre fue un dilema y cuando se trataban de emociones negativas era impulsivo e hiriente. Usualmente no me arrepentía de mis acciones ya que no me importaban las personas que recibían mi destrato, pero con él era diferente porque me importaba y mucho. Mi domingo había consistido en acosarlo con llamadas y dejarle múltiples mensajes de voz hasta que su celular me dio apagado. Por la noche conduje hasta su casa en vano. Insistí durante un buen rato llamando a su timbre, pero nadie me atendió. Fui hasta el bar que frecuentábamos para tampoco encontrarlo. Mi estado mental estaba devastado y empezó otra vez a jugar conmigo. ¿Y si estaba con Tom? ¿si lo había empujado hasta ese bastardo? La última opción era visitar a Matthew, pero si se encontraba allí probablemente no sería bien recibido. Derrotado volví a casa y un ataque de llanto se apoderó de mí cuando se me cruzo por la cabeza la posibilidad que no me perdonara. En mi rostro se evidenció la mala noche y no hizo falta contarle a mi secretaria que habíamos tenido una pelea. Según el reloj, Miles no llegaría a la oficina hasta dentro de una hora. Lo que no esperaba es la visita de mi padre. Su voz me sobresaltó cuando como de costumbre irrumpió en mi despacho.

"¡Alexander! ¿Qué haces ahí parado?"

Ni un saludo y ya me estaba cuestionando. Giré sobre mis talones y le ofrecí una fingida sonrisa dándole los "Buenos Días". Ignoró mi saludo acercándose al escritorio donde tomo unos papeles y se dispuso a leerlos. Volví a mi posición para apreciar la lluvia.

"¡Creo que es una pésima idea que la reunión se haya cancelado! La podrías haber realizado desde la sala de conferencias"

Sin importar lo que le dijera me cuestionaría de igual manera.

"¿Qué sucede? ¡Luces impresentable! ¿Estuviste con alguna chica?"

Cerré mis ojos y respiré hondo.

"No, padre. Estoy cansado, eso es todo"

Se posicionó a mi lado hojeando la carpeta de estudio de mercado que habíamos realizado ese mes.

"Dada la situación climática las conexiones no funcionan como deberían" formule como respuesta a una de sus primeras preguntas "Además, ¿Cuál es la prisa? ¡Están dentro prácticamente!"

"Hasta que no vea su firma en mi contrato nada está asegurado, Alexander"

Puse los ojos en blanco. Me parecía patético que hablara de su contrato cuando el trabajo lo estaba haciendo yo. David olfateó el ambiente.

"¿Estuviste fumando aquí dentro?" me observó por un instante "¡Estás más delgado! ¡No deberías salir tanto!"

Respire hondo. Era increíble el talento que poseía para ponerme de un terrible mal humor. Se alejó de mí volviendo al escritorio. La lluvia era cada vez más intensa. La punta de los edificios no se veía por la neblina.

Lo que daría por estar en una cama abrazado a él.

"¿Por qué hay una corbata en tu cajón?"

Tragué saliva. Agradecí que seguía de espaldas a él porque mi rostro de espanto me hubiera delatado. Fugaz me acerqué hasta mi padre para quitarle la corbata de sus manos y volverla a guardar en el cajón.

Él extraña, siente, piensa [MILEX] [Miles Kane x Alex Turner] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora