Él extraña, siente, piensa [MILEX] [Miles Kane x Alex Turner] +18

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Domingo 22 noviembre de 2015

[POV ALEX]

El impulso por sentir el cosquilleo de las hebras de su barba en la yema de mis dedos me llevo a acariciar su mejilla. Su respiración era pausada y relajada. El sueño profundo. Disfrutaba esa peculiar sensación que me dejaba el acto de acariciarlo. Prefería no compartir cama, pero con él ansiaba que cada minuto fuera infinito. No lo admitiría en voz alta, pero lo que Miles me generaba no lo había sentido nunca. Sospechaba que me estaba enamorando. Me apasionaba su ser. Si hubiera podido fundirme en su piel, lo hubiera hecho. Tenía pensando resérvame el sentimiento hasta estar seguro que fuera correspondido.

Se me ocurrió que sería una buena idea investigar su cocina y despertarlo con un desayuno. Me levanté con cuidado, busqué mi bóxer y al ver su remera en el suelo decidí que también podría usarla. Me deleito que su fragancia se impregne en mi cuerpo. Del lado donde dormía Miles se encontraba su baño. Luego de asearme me escabullí de la habitación para pasar a la sala de estar. Fije mi atención en un estante donde reposaba un cenicero repleto de púas, un par de paquetes de cigarrillos y viejas entradas de conciertos. Lo que capturo mi atención fueron unas polaroids que se dispersaban en la pared: Miles sonría y abrazaba a una mujer con expresión dulce en su mirada, quien supuse que sería su madre. Miles con Matthew, con la banda y varios atardeceres de ensueño. Seguí mi camino hasta la pequeña cocina donde se destacaba una lujosa máquina Nespresso con sus cápsulas y pocillos haciendo juego alrededor. Al abrir la heladera descubrí que parte de su dieta consistía en cerveza, pizza y pollo frito. En la parte más baja había gran cantidad de naranjas. Divisé huevos, así que decidí preparar un revuelto. Miles guardaba todo ordenado y eso hizo que me gustara un poco más (si acaso era posible). Mientras la sartén se calentaba puse la máquina de café en funcionamiento. Exprimí unas naranjas y serví dos vasos de jugo. Me concentré en el revuelto preguntándome como le gustarían. No quería que se pasasen y tampoco que estuvieran muy blandos. Estaba tan sumergido en mis pensamientos que me exalté y se me cayó la espátula al suelo cuando unos labios se posaron en mi cuello y un par de manos abrazaron mi estómago.

"¿Qué haces, Aly? ¿Planeas incendiar mi cocina?" su voz susurro a mi oído

Golpeé con mi codo su abdomen. Él se rio y esparció un par de besos por mi cuello.

"Planeaba sorprenderte con un desayuno, ¡pero lo arruinaste, Kane!"

"Planeaba que mi desayuno seas vos ¡lo arruinaste, Turner!"

Sonreí y me di media vuelta para buscar sus labios. Su boca sabia a pasta dental. Sonreí por eso y Miles hizo lo mismo.

Al volver a mi tarea descubrimos que los huevos ya estaban secos y a punto de quemarse. Saqué la sartén del fuego y me molesté ante el hecho. ¡Quería que todo fuera perfecto! Manifestó que no me preocupara y se dispuso a enseñarme cómo hacerlos a su gusto. Nos entretuvimos en la cocina por un buen rato ya que, entre cada paso aprendido, lo celebrábamos con caricias y besos.

Desayunamos en el sillón de la sala de estar uno encima del otro, aunque la preparación fue en vano. El café se enfrió, el jugo de naranja perdió sus vitaminas y los huevos quedaron a medio camino. Preferimos nutrirnos del otro con la luz mañanera atravesando las cortinas, bañando nuestros cuerpos, gozando del éxtasis previo al orgasmo. Miles dentro de mí hasta saciarnos. Al finalizar nos quedamos nuevamente dormidos hasta el mediodía. Al despertarnos nos duchamos juntos donde otro encuentro sexual tuvo lugar.

El día estaba soleado e ideal para salir a disfrutarlo, pero preferíamos el refugio del apartamento. Lo que deseábamos hacer no era apto para el público. Almorzamos comida china sentados enfrentados en el suelo del balcón. Miles trajo su guitarra y cuando le mencioné que mi banda favorita era The Strokes, tocó "Barely Legal". A cabo de poco toco algunas de sus propias letras. Su voz me hipnotizaba.