Él extraña, siente, piensa [MILEX] [Miles Kane x Alex Turner] +18

8

Domingo 08 noviembre de 2015

Apartamento de Alex - Kensington - Barrio de Londres

Hacía dos veranos que conocí un prestigioso chef de la ciudad. Durante los seis meses que salimos me enseñó a cocinar. Descubrí que la cocina me relajaba y que no era tan malo para ella.

Taylor seria la invitada de honor quien degustaría mi preparación para el almuerzo. Mientras terminaba de preparar la salsa, el timbre sonó. Al abrir la puerta, una muy sonriente rubia se echó a mis brazos. La abracé cálidamente.

"Qué bueno que te sientas mejor ¡me tenías muy preocupada, Al!" expreso besando mis mejillas

Me hice a un lado para dejarla pasar. De espalda a ella, la tome por los hombros y le pedí que me cediera su abrigo. Ella se lo quito y lo acomode en el perchero junto a la puerta.

"Esperaba tu llegada para que elijas el vino" declare regresando a la cocina y abriendo la pequeña cava que disponía debajo de la isla

"Cariño ¡el que elijas por mí está bien! "contesto sonriente

Luego de discutir los beneficios de un vino en contra de otro y terminar de preparar la salsa boloñesa para la pasta, nos sentamos a la mesa.

La charla fluyo, la comida estaba exquisita y el vino corría. Las mejillas de Taylor comenzaron a tornarse de color rosa y supuse que el culpable sería el vino, así que disimuladamente lo retiré. La necesitaba sobria para el postre. Ella trajo consigo dos porciones del tiramisú que venden en su trabajo. La invite a sentarnos en los sillones de la sala de estar con la intención de acompañar el manjar con un vino dulce blanco. Insistió en compartir cucharas de la delicia y cada vez se encontraba más y más cerca de mi persona. Debía aclarar nuestra situación cuanto antes.

"Cariño ... necesito confesarte algo y que me prestes mucha atención" exprese acomodando un mechón de su pelo detrás de su oreja

Ella apoyó sus piernas en mi regazo.

"Me gusta cuando me llamas <cariño> "replico mirándome profundamente a los ojos

Amablemente le quite la cuchara y la copa de vino para dejarlas en la mesita de café junto a los vacíos platos del postre. Tomé sus manos y me apoyé en el respaldo del sillón. Busque su mirada y suspire.

"Tay ... eres una chica extremadamente hermosa. Nos conocemos hace muy poco, pero presiento que puedo confiar en vos ... que puedo decirte cualquier cosa y no me juzgarías ... Es extraño, lo se ... porque nos estamos conociendo y porque también me comporte como un completo idiota la otra noche. Te pido disculpas otra vez, por despacharte así ..."

Acariciando mi mejilla, me aseguro que no estaba enojada por aquello.

"... Debo ser honesto si quiero involucrarte en mi vida ... pero no quiero involucrarte de la manera en la cual creo que vos si quieres ..."

En su rostro percibí que se encontró desorientada con mis palabras.

"Cariño ... soy gay ..."

Me centré en sus expresiones. Sus ojos se manifestaron sorprendidos y parpadearon intensamente. No tardó mucho en comenzar a reír. Tapo su boca con sus manos y su risa se hizo cada vez más fuerte. Supuse que, por mis nervios, comencé a reír también.

"¡Alex! ¡Estás de broma! ¿no?"

"¡No, Taylor! ¡No bromearía con algo así!"

"¡Alex!" ahora escondió todo su rostro detrás de sus manos "te estuve manoseando cada vez que pude, compre ropa interior nueva pensando que me llevarías a la cama, ¡no puedo creer lo idiota que soy!" confeso entre risas

Me alivie que no lo tomo mal, pero me sentí mal por haber generado tales expectativas en ella.

"¡No, no lo eres! ¡Cariño, lo siento mucho! ¡El idiota soy yo! ..." objete quitando sus manos del rostro "... seguí tu juego y te ilusione ... lo siento ... simplemente me gusta coquetear, más allá del género ..."

Sus blancas mejillas se encontraban teñidas de color rubí.

"Soy consciente de que cualquiera mataría por estar en mi lugar, pero no tienes lo que me gusta" añadí

"¿Una buena verga?" contesto sonriendo ampliamente y mordiendo su labio inferior

"¡Taylor!" exclame asombrado por su vocabulario

"¡Ay Alex! ¡Ya deja de hacerte el señor conmigo! Sospecho que debes decir muchas palabras sucias cuando entras en confianza ..."

Tenía razón, pero esas palabras las expresaba en una sola situación.

"... Al, está todo bien ..." continuo "...Aunque me hubiera gustado saberlo desde el principio ... ya que eres muy lindo y estaba fantaseando sobre cómo sería sentirte dentro mío..."

Su confesión generó que fuera el turno de mis mejillas el ruborizarse.

"Lo siento ... a partir de ahora no te ocultaré más nada, lo prometo. Te quiero en mi vida, de verdad"

"Siempre quise un amigo gay, así que estaré encantada de pertenecer a tu vida ..." objeto en tono burlesco "... aunque no pueda hacerte una mamada como me gustaría ..."

"¡Taylor!" la reprendí entre carcajadas y nuevamente ruborizado

Cuando las risas cesaron, ella beso mi mejilla y acariciando mi nuca, pregunto si tanto misterio se debía a que todavía no había salido del closet.

Asentí para proceder a contarle sobre mi familia. Ella escuchó con atención cada una de mis palabras. Se sintió liberador poder contarle a alguien cómo realmente me sentía.

Para el final del día pude confesarle qué era lo que realmente había sucedido la noche de nuestra cita. Se enojó un poco por mi comportamiento, pero nuevamente prometí que no habría más secretos entre nosotros y procedió a escuchar lo que me sucedía con Miles.

Cenamos temprano, ya que al día siguiente yo debía trabajar. Me ofrecí a llevarla hasta su apartamento y en el transcurso del camino nos mantuvimos en un confortable silencio. Cuando llegamos a la puerta del edificio donde vivía, ella me sonrió.

"Estoy feliz de haberte conocido y de que me hayas confiado tanto ¡Este día fue extraordinario!"

"Pienso lo mismo, cariño ..." busqué su mano y la entrelacé con la mía, besando el dorso de su mano "... Agradezco infinitamente que me escuches y no me juzgues"

"Para eso están los amigos ... mañana cuéntame qué tal te va cuando veas a Miles ... invítalo a la oficina y ya sabes" manifestó con una picara sonrisa

"Taylor no me voy a insinuar en la oficina ..." respondí riendo

"¿Por qué no?"

"Porque no es muy apropiado"

"¡Relájate un poco! ¡Disfruta como en los años de universidad!"

"¡Definitivamente no debí contarte todo aquello!"

Nos despedimos entre risas con un beso y un abrazo. Esperé a que entrara y luego me marché.

Pasar el día con ella me había llevado a estar entusiasmado por comenzar la semana.